10 bosques de Aragón en los que disfrutar de un paisaje de ensueño este otoño
Aragón cuenta con una gran diversidad de espacios forestales que se extienden desde los valles pirenaicos hasta las sierras del sistema Ibérico. Durante el otoño, estos bosques presentan cambios estacionales que permiten apreciar la transformación de la vegetación, la distribución de especies autóctonas y la relación entre el relieve y los ecosistemas presentes. Los diferentes tipos de bosque, que incluyen hayedos, pinares, abetales y formaciones de ribera, ofrecen la posibilidad de disfrutar del cambio de hoja en otoño, cuando las laderas se tiñen de distintos tonos.
La red de parques nacionales, naturales y paisajes protegidos de Aragón facilita el acceso a estos entornos, proporcionando rutas señalizadas y puntos de información sobre su conservación con oportunidades para el senderismo y la observación de la flora y fauna locales. Los visitantes pueden recorrer caminos históricos, itinerarios de montaña o senderos fluviales, disfrutando de recorridos de distinta longitud y dificultad. Esta variedad convierte a la región en un destino destacado para quienes buscan conocer bosques representativos del Pirineo y del área prepirenaica durante la estación otoñal.
Valle de Ordesa
El Valle de Ordesa se encuentra en la comarca del Sobrarbe, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Este entorno natural fue el primero de España en recibir la figura de protección nacional: el 16 de agosto de 1918 el fondo del valle fue declarado Parque Nacional de Ordesa. Décadas más tarde, en 1982, el espacio protegido se amplió para incorporar los valles de Añisclo, Escuaín y Pineta, dando lugar al actual Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Entre las rutas de senderismo más frecuentadas se encuentra la que conduce hasta la Cola de Caballo, una cascada situada al fondo del valle. Este itinerario discurre junto al río Arazas, atraviesa zonas boscosas y puede completarse en unas dos horas, siendo de dificultad moderada y accesible para la mayoría de visitantes. Otra alternativa es el sendero de Torla a la Pradera de Ordesa por Turieto Bajo, antiguo camino que conectaba el pueblo con el valle. Su recorrido, de unas tres horas, atraviesa bosques de ribera y zonas umbrías antes de alcanzar la pradera principal.
Parque Natural del Moncayo
El Parque Natural del Moncayo ocupa unas 11.000 hectáreas en la provincia de Zaragoza y es considerado uno de los espacios naturales más importantes de Aragón. Su altitud varía desde los 600 metros del río Huecha hasta los 2.315 metros de la cumbre del Cerro de San Miguel, lo que genera una diversidad de ecosistemas que van desde bosques y praderas hasta zonas rocosas de alta montaña.
El área protegida abarca nueve municipios: Tarazona, San Martín de la Virgen del Moncayo, Lituénigo, Litago, Trasmoz y Añón de Moncayo en la comarca de Tarazona y el Moncayo; Talamantes, en la comarca del Campo de Borja; y Calcena y Purujosa, en la comarca del Aranda. La distribución de la vegetación responde a los distintos pisos de altitud, con bosques de pino y roble, matorrales y praderas alpinas.
Los principales puntos de acceso al parque desde Aragón son Tarazona, San Martín de la Virgen del Moncayo y el monasterio cisterciense de Veruela. Desde estos lugares se inician senderos que conducen a la cumbre del Cerro de San Miguel, al Santuario de la Virgen del Moncayo y a otros itinerarios señalizados.
Pinares de Rodeno
El Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno se encuentra en la provincia de Teruel, abarcando los términos municipales de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín. Está compuesto por un extenso pinar de pino rodeno o resinero, acompañado de rebollos y encinas, que configura un ecosistema representativo del bosque mediterráneo de montaña.
El área, conocida como la “ciudad roja”, presenta en sus 6.829 hectáreas dos tipos de relieve: zonas de arenisca roja con formaciones modeladas por la erosión y áreas de bosque más llano y continuo. Este paisaje singular fue habitado por el hombre prehistórico, conservándose manifestaciones de arte rupestre levantino, que justificaron su inclusión en el Parque Cultural de la Sierra de Albarracín y su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El acceso principal se realiza desde Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín, donde se encuentran senderos señalizados que permiten recorrer el pinar, visitar abrigos con pinturas rupestres y observar la diversidad de flora y fauna del entorno. El recorrido combina la contemplación de formaciones rocosas, zonas boscosas y miradores naturales.
Selva de Oza
La Selva de Oza se encuentra en el valle de Hecho, dentro del Parque Natural de los Valles Occidentales, y se caracteriza por su bosque de montaña compuesto principalmente por abetos, hayas y pinos, con presencia de arces y tejos en zonas húmedas. Su relieve incluye pendientes pronunciadas y barrancos que generan microclimas diversos, favoreciendo la biodiversidad vegetal y faunística.
Entre las rutas más conocidas se encuentra la ascensión al Valle de Agua Tuertas, un recorrido de aproximadamente tres kilómetros que parte desde el aparcamiento del camping de la Selva de Oza y sigue el curso del río Aragón Subordán. Este itinerario permite recorrer un paisaje de alta montaña cercano al límite con Francia y es apto para la mayoría de visitantes. Otra alternativa es la ruta al Castillo de Acher, un itinerario más exigente que alcanza 2.384 metros de altitud, con un desnivel de 1.270 metros y una distancia total de ida y vuelta de 13 kilómetros, cuya duración supera las seis horas, recomendado únicamente para senderistas con experiencia.
Selva de Conques
La Selva de Conques se encuentra en el Valle de Benasque, en el Pirineo aragonés, y constituye uno de los bosques más representativos de la zona por su cobertura y diversidad. Predominan abetos y hayas, con la presencia de avellanos, robles, fresnos y acebos, que forman un mosaico forestal característico de montaña. La topografía incluye laderas pronunciadas y claros que permiten apreciar la transición entre distintos pisos vegetales.
El recorrido principal atraviesa el bosque por senderos señalizados que ofrecen vistas hacia la sierra de Chía y permiten observar la combinación de bosques cerrados con zonas más abiertas. La ruta recorre áreas de pendiente moderada y algunos tramos más escarpados, siendo accesible para senderistas con experiencia básica, y brinda la oportunidad de contemplar la diversidad de flora y fauna local.
Chopos Cabeceros del Alto Alfambra
El Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra se extiende a lo largo del curso alto del río Alfambra, abarcando los términos municipales de Ababuj, Allepuz, Aguilar de Alfambra, Camarillas, Cedrillas, Galve, Gúdar, Jorcas, El Pobo y Monteagudo del Castillo, en la provincia de Teruel. Esta zona representa un paisaje agrario tradicional en el que se combinan la actividad humana y el bosque de ribera.
El parque obtuvo su declaración oficial en abril de 2018, reconociendo tanto el valor ambiental como el patrimonio cultural de los chopos cabeceros. En el sur de Aragón, el chopo cabecero es el nombre popular que recibe el chopo negro después de ser sometido a una escamonda periódica, una técnica tradicional destinada a la obtención de madera, leña y forraje. Esta práctica ha modelado el paisaje durante siglos y ha dado lugar a un ecosistema singular que combina árboles de ribera con zonas de cultivo y pastos.
Hayedo de Luesia
El Hayedo de Luesia se encuentra en la localidad prepirenaica de Luesia, en la provincia de Zaragoza, y constituye una de las formaciones de hayas más meridionales del Pirineo Occidental. Su ubicación en el Paisaje Protegido de la Sierra de Santo Domingo lo convierte en un paraje de gran interés ecológico, donde coexisten hayas con otras especies de ribera, distribuidas en laderas y valles con condiciones de humedad adecuadas.
El área presenta un microclima especial, donde las características mediterráneas se ven atenuadas por la influencia atlántica, favoreciendo la diversidad de flora y fauna. Los senderos permiten recorrer el bosque, combinando tramos de bosque cerrado con claros y miradores, mientras la gestión del espacio regula el tránsito de visitantes y protege los ecosistemas presentes.
Sierra de Gúdar
La Sierra de Gúdar se encuentra en la provincia de Teruel y pertenece al sistema Ibérico. Está formada por pequeñas sierras y valles que descienden progresivamente desde los más de 2.000 metros de la Peñarroya, cerca de Valdelinares, hasta las planicies del río Mijares. La vegetación combina pinares, carrascas y sabinas con matorrales y praderas, distribuidos según la altitud y la exposición de las laderas.
Entre las rutas señalizadas destaca el sendero hasta el Mirador del pico Peñarroya, que permite contemplar una de las mejores panorámicas de la sierra y de los valles circundantes. Los caminos combinan tramos de bosque cerrado con claros y áreas rocosas, y la gestión del espacio regula el tránsito de visitantes para garantizar la conservación de los ecosistemas presentes.
Entorno de San Juan de la Peña
El entorno de San Juan de la Peña se encuentra en la comarca de Jacetania, provincia de Huesca, y combina bosques mixtos de pino silvestre, roble y hayas con valores históricos, ya que alberga el Monasterio de San Juan de la Peña, situado sobre un saliente rocoso. La zona presenta laderas escarpadas, cursos de agua y claros naturales que permiten observar la diversidad de la vegetación y la fauna local.
Los senderos recorren el bosque y conectan miradores con áreas de interés histórico, ofreciendo rutas de distinta longitud y dificultad moderada. El acceso principal se realiza desde los municipios cercanos, especialmente Santa Cruz de la Serós y Jaca, y la gestión del espacio combina la protección del patrimonio natural y cultural, regulando el tránsito de visitantes y señalizando los itinerarios.
Bosque de Labati
El Bosque de Labati se ubica en el valle pirenaico de Aragüés del Puerto, dentro del Parque Natural de los Valles Occidentales. Está compuesto por un mosaico de pinos silvestres y negros, acompañados de hayas, arces, serbales y avellanos, distribuidos entre bordas y prados que caracterizan el paisaje prepirenaico. La vegetación se combina con áreas abiertas, lo que permite recorrer zonas de bosque denso y claros naturales a lo largo del valle.
Los senderos atraviesan parajes conocidos como los Corralones, Turnolo, Tremuito o Cucuruzuelo, conectando puntos de interés dentro del bosque. Entre las rutas señalizadas, destaca el itinerario desde el refugio de Lizara hasta Aragüés del Puerto, que ofrece la oportunidad de recorrer el bosque y observar su diversidad ecológica, mientras la gestión del parque regula el tránsito de visitantes para preservar los ecosistemas y la flora autóctona.
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