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Bergen no es solo el punto de acceso a la Noruega de los fiordos, además es una de las ciudades más bonitas y con más encanto de todo el país. Una ciudad que cuenta su antiguo esplendor comercial entre casas de madera, que combina lo clásico con lo moderno y que se asoma al mar rodeada de montañas y naturaleza.
Aunque es la segunda ciudad más grande de Noruega, solo por detrás de Oslo, Bergen es capaz de transmitir un ambiente de tranquilidad propio de un pequeño y acogedor pueblecito. Con estrechas calles llenas de historia y rincones pintorescos, también es ciudad de museos, excelentes restaurantes, coquetas cafeterías y mucha vida juvenil. Tan juvenil que los estudiantes suponen el 10% de la población de Bergen, por lo que siempre hay actividad en un lado u otro.
A Bergen se la conoce también como ‘la ciudad de las siete montañas’, y es que a su alrededor, lo que no es agua, es montaña, lo que nos proporciona algunos miradores a los que subir en busca de las mejores vistas de la ciudad. Es considerada la ciudad más lluviosa de Europa, con más de 200 días de lluvia al año, y eso también la hace especial. Por lo que cuando brilla el sol sus calles se llenan de vida y los colores de sus edificios salen a relucir.
Si quieres descubrir una de las ciudades más pintorescas de Noruega, y aprovechar para conocer sus fiordos de primera mano, aquí tienes unas cuantas visitas imprescindibles que te llevarán por los lugares y los planes más destacados de Bergen.
Bryggen es la cara más conocida de Bergen, el barrio del puerto con antiguas casas de madera pintadas de colores que antiguamente fue centro de actividad y negocios para comerciantes y pescadores. Es un enclave fundamental para comprender la importancia que tuvo Bergen en el imperio comercial de la Liga Hanseática entre los siglos XIV y XVI, y de hecho hasta la Segunda Guerra Mundial el nombre del barrio fue Tyskebryggen (embarcadero alemán).
La madera ha hecho que sea especialmente sensible al paso del tiempo y que los incendios fueran el enemigo más temido. Un gran fuego arrasó gran parte de Bryggen en 1702 y el último fue en 1955, pero las reconstrucciones que se han llevado a cabo han seguido los modelos originales y se han empleado métodos tradicionales, por lo que el sitio ha sido capaz de preservar su esencia. Tanto es así, que Bryggen es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979. Hoy en día perdura un conjunto de 62 inmuebles, con tiendas, restaurantes y bares, y merece mucho la pena callejear entre ellos para dar un pequeño salto en el tiempo.
Y junto al antiguo puerto: el mercado de pescado. Comenzó su actividad en 1276 y hubo una época en la que esta zona era un hervidero de barcos, redes y pescado que iba de un lado a otro, pero hoy es ya un mercado de pescado mucho más refinado y, sobre todo, turístico. Un edificio de nueva construcción de forma triangular, y en cuya primera planta se encuentra la oficina de turismo, acoge en la planta baja varios puestos de pescado y un par de restaurantes entre los que se encuentra el Fish Me, uno de los más famosos de la ciudad. Pero en temporada alta y cuando el tiempo acompaña, el mercado sale a la calle y sobre un gran número de puestos se ofrecen tanto las capturas del día como diversos platos elaborados con pescado orientados a los turistas más curiosos y hambrientos.
Toda visita a Bergen que se precie ha de incluir al menos una parada en el monte Floyen, que a 320 metros sobre el nivel del mar ofrece una espectacular panorámica de la ciudad. Puedes subir caminando o hacerlo cómodamente con el funicular de Fløibanen, que sale desde el casco antiguo de la ciudad y ha sido reformado y actualizado recientemente. Si quieres más, siempre puedes continuar hasta los 643 metros del monte Ulriken, para el que en este caso hay un teleférico. Desde allí tendrás a tus pies Bergen, el mar, las islas, las montañas y los fiordos.
Siguiendo la línea del puerto de Bryggen verás que un gran edificio con aspecto de fortaleza llamará tu atención. Es Bergenhus, una construcción defensiva medieval en la que destaca la torre de Rosenkrantz, a la que se puede subir si quieres disfrutar de unas buenas vistas del casco histórico, y el salón de Haakon, destinado a recepciones y ceremonias.
Hay varias iglesias que llaman la atención en Bergen. Por un lado está la catedral de ââSan Olaf, por otro la de San Juan (Johanneskirken) y justo detrás de Bryggen, la de Santa María, cuyas torres sobresalen por encima de los tejados de madera y que presume de ser el edificio más antiguo de la ciudad, al datar del año 1140. Es de estilo románico, fue utilizada por los miembros de la Liga Hanseática hasta el XVIII y ha sido pasto de las llamas en alguna ocasión, además de las bombas de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando visitas una ciudad y te hace un día horroroso de lluvia, los museos llaman a tu puerta y de pronto te fijas en ellos, aunque de primeras tuvieran una temática que quizá no llamara mucho tu atención. Pues bien, en Bergen hay unos cuantos altamente recomendables, llueva, nieve o haga sol. Si te interesa, se puede adquirir una tarjeta turística, la Bergen Card, que incluye la entrada a multitud de espacios donde se incluyen los principales museos.
Para muchos es el museo más importante de la ciudad. El KODE es un complejo compuesto por cuatro edificios dedicados al arte. Cuenta con obras de importantes artistas internacionales, como Paul Klee, Pablo Picasso o Johan Christian Dahl, además de todo un edificio dedicado a Edvard Munch.
Edvard Grieg, que vivió entre finales del siglo XIX y principios del XX, fue el más famoso compositor y pianista noruego de todos los tiempos. En Bergen encontramos estatuas suyas, como en la plaza Festplassen, y también un bonito museo a las afueras de la ciudad, en una preciosa casa de madera decorada de época donde Grieg solía componer.
Ya hemos comentado la importante que tuvo la Liga Hanseática para la ciudad, por lo que puede ser interesante visitar su museo. Lo encontrarás en una de las casas de madera de Bryggen y es perfecto para entender cómo era la vida en Bergen varios siglos atrás.
Bergen, al encontrarse ubicada entre los fiordos más grandes e importantes de Noruega, el de Hardanger y el de Sognefjord, está en el lugar perfecto para ser el punto de partida de alguna excursión que nos lleve a conocerlos. Verás que hay diferentes ofertas para surcar las aguas de los fiordos en barcos o en lanchas, y que solo así podrás ser realmente consciente de la magnitud y la belleza de uno de los espacios naturales más característicos de Noruega.
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