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Los colores rojizos de las hojas caídas, sentir su crujido bajo los pies y volver a respirar el aire más fresco de los últimos meses hacen que los bosques se conviertan durante la temporada otoñal en destinos irresistibles para los amantes de la naturaleza, la fotografía y la belleza misma.
Más allá de la mera contemplación, pasear por el bosque ofrece una serie de beneficios para nuestra salud física y, según un estudio reciente publicado en Nature que demuestra que una hora de caminata por el bosque puede reducir los niveles de estrés hasta en un 54%, también beneficia a nuestra salud mental.
Adentrémonos en estos cinco bosques de España que bien merecen un paseo, ya sea en busca del bienestar o por el mero placer de contemplar la estación más melancólica desde dentro y en todo su esplendor.
Selva de Irati, en Navarra
La Selva de Irati es el segundo bosque de hayas y abetos más grande de Europa y, probablemente, uno de los destinos otoñales más deseados de nuestro país.
Situada en pleno Pirineo navarro y ocupando los valles de Aezkoa y Salazar, y parte de los valles franceses de Cize y Soule, el espectáculo del cambio de color y la caída de las hojas de las hayas es, simplemente, mágico.
Para disfrutarlo, existen multitud de senderos señalizados que pueden recorrerse a pie, permitiendo al senderista disfrutar de un baño de naturaleza y color inigualable, que recomendamos completar con una estancia en alguno de los encantadores pueblos de la zona, como Ochagavía, Orbaitzeta o Ezcaroz.
Fageda d’en Jordà, en Girona
El hayedo más famoso de Catalunya, situado en plena comarca de la Garrotxa, se convierte en uno de los bosques más impresionantes del país cuando llega el otoño y comienza su transformación.
Su atípica situación, a tan solo 550 metros de altitud y ocupando la superficie de una antigua colada de lava del volcán de Croscat, hacen que su relieve sea lo suficientemente suave como para poder disfrutar de la excursión en familia, eligiendo casi cualquiera de los itinerarios disponibles en el punto de información situado en el parking de la Fageda.
Este místico bosque ha sido inspiración para artistas y poetas como Joan Maragall, quien le dedicó el precioso poema La fageda d’en Jordà, en cuya memoria se alza un monumento dentro del propio hayedo.
Además, en su interior también se encuentran un centro de conservación de plantas cultivadas que busca la preservación de especies frutales en peligro de desaparición y la Cooperativa La Fageda, un proyecto social con estructura empresarial basado en la producción y venta de derivados lácteos que da trabajo a personas en riesgo de exclusión social.
Cañón de Añisclo, en Huesca
El siempre impresionante Cañón de Añisclo, una enorme falla que parece partir esa zona del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en dos, alcanza su máximo esplendor durante los meses de otoño.
La entrada a pie al cañón se encuentra en el parking de San Úrbez, al que en esta época se puede acceder desde Torla, tomando la carretera hacia Sarvisé y, después, hacia el mágico pueblo de Fanlo o desde Escalona, siguiendo la carretera que nos adentra en el propio cañón hasta llegar al parking.
Desde allí se pueden tomar dos rutas fluviales de diferente exigencia física y longitud, que nos llevarán permanentemente pegados al río, disfrutando de la paleta de colores que forman las hayas, abetos, pinos o robles que crecen en las zonas más húmedas del cañón, creando un contraste brutal con las zonas más escarpadas y altas de esta impresionante garganta.
Después del paseo, recomendamos llegar en coche hasta el mirador de Buerba para disfrutar, desde las alturas, de uno de los paisajes montañosos más especiales del país.
Parque Natural de Gorbeia, en Álava y Vizcaya
Este fenomenal hayedo, en el que se pueden encontrar algunos de los ejemplares de hayas más impresionantes de los bosques de la península, está vertebrado por una red de catorce senderos.
Algunas de las hayas del Hayedo de Otzarreta, uno de los más conocidos del Parque Natural, son centenarias y, durante varias décadas, fueron sometidas a podas frecuentes para la obtención de carbón. Esto propició que los árboles muestren hoy un aspecto de candelabro, formando un paisaje boscoso tan atípico como bello.
Pero además de los muchos y diferentes hayedos que se encuentran en el Gorbeia, no deberías irte de este lugar sin visitar la cascada de Goiuri, a la que se accede por un desvío en la carretera, poco antes de llegar al pueblo de Orduña, desde Sarría.
Hayedo de Busmayor, en el Bierzo, León
El hayedo de Busmayor ocupa sesenta hectáreas de terreno situadas en esa mágica y primitiva frontera entre León y Galicia, conocida como El Bierzo.
Durante el otoño, esta joya de la naturaleza alcanza un nivel de belleza que, por momentos, resulta irreal: toda la gama de ocres y rojizos imaginable recubre el suelo y las cada vez más menguadas copas de sus árboles, mientras cientos de arroyos serpentean por el bosque, creando preciosas cascadas y saltos de agua que dan lugar a un entorno indescriptible que hará las delicias de los amantes de la naturaleza, la fotografía y el caminar pausado y consciente.