Cinco lugares para disfrutar de impresionantes puestas de sol en La Manga del Mar Menor

Los atardeceres en La Manga del Mar Menor, en la Región de Murcia, son una explosión de vetas anaranjadas, rosas y rojizas que se entretejen sobre un cielo azul que, poco a poco, se va oscureciendo. Son atardeceres con una luz única que se queda pegada a la retina y la memoria; fotogramas de una película que, en otoño, se pueden disfrutar más, si cabe, porque las playas y las localidades de este cordón litoral están más deshabitadas.

Esta lengua de tierra tiene 21 kilómetros de longitud y se extiende desde la localidad costera de Cabo de Palos, pasando por el pueblo de San Javier hasta llegar a las Salinas y Arenales del municipio de San Pedro del Pinatar. Con una anchura entre 100 y 1.200 metros, separa parcialmente el mar Mediterráneo del Mar Menor.

Esta restinga se fue formando desde el Cuaternario hasta hace dos mil años por la acumulación de arenas sobre rocas de origen volcánico y que, al cerrar una bahía existente, dio lugar a la laguna costera del Mar Menor.

Hablamos de cinco lugares especiales desde los que contemplar el atardecer, entre otras cosas, en esta franja arenosa de la Región de Murcia; algunos de ellos son, además, espacios protegidos.

Cabo de Palos e Islas Hormigas

Fue en 1865 cuando sus luces iluminaron la costa y el mar por primera vez. Desde entonces se ha convertido en el icono de Cabo de Palos. El faro se alza en una pequeña península de unos 600 metros que, en su día, había estado ocupado por una antigua torre vigía. El edificio se eleva 30 metros sobre el nivel del mar y se utilizó como material constructivo sillares de piedra traída de una cantera. Su señal luminosa alcanza, aproximadamente, las 24 millas.

Sus fondos marinos forman la Reserva Marina de Cabo de Palos e Islas Hormigas, un enclave único que pertenece al municipio de Cartagena. Se trata de un espacio natural submarino protegido, con una explosión de vida subacuática. La Reserva es reconocida como una de las mejores zonas del país para bucear.

Cabo de Palos también cuenta con un pequeño y delicado puerto pesquero y deportivo, rodeado de restaurantes donde comer el caldero, un plato estrella de la zona que combina arroz y pescado y que tiene un intenso sabor.

Parque Regional de Calblanque

Mar y campo se unen en plena naturaleza. El Parque Regional de Calblanque se ubica entre Cabo de Palos y Portmán. Este enclave se caracteriza por la gran diversidad de ambientes que confluyen en él, como los pinares de pino carrasco, matorrales, ramblas, arenales, dunas, paleodunas, calas y acantilados, así como las Salinas del Rasall, humedal incluido dentro de la ZEPA Mar Menor.

Al estar protegido, las zonas por donde se puede transitar son limitadas y están señalizadas. Desde mitad de junio a mitad de septiembre está regulado su acceso con vehículos de motor. A partir del 15 de septiembre, en cambio, se puede visitar sin limitación de vehículos entre los horarios de 9.00h a 15.00h y los viernes y sábados, también de 16.00 a 19.30h.

Parque Regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar

Es un Espacio Natural Protegido, un humedal de gran importancia por ser lugar de nidificación y descanso para numerosas especies de aves. De hecho, es una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), ya que cada año se convierte en lugar de paso para bandadas de flamencos y otras aves migratorias.

Se encuentra entre los municipios de San Pedro del Pinatar y San Javier y tiene una extensión de 856 hectáreas, entre las que incluye seis kilómetros de costa mediterránea. En el Parque se pueden encontrar diversos ecosistemas: estanques salineros, pinares, carrizales, saladares, dunas y golas encañizadas, donde se combinan actividades tradicionales que respetan el entorno, como la pesca o la explotación salinera.

El Centro de Interpretación se sitúa en la entrada del Parque y ofrece información sobre los valores ambientales de este espacio natural, así como las rutas y visitas guiadas. El Parque también cuenta con observatorios para facilitar el avistamiento de las aves que pueblan la zona.

La Encañizada

La Encañizada es un humedal situado en el límite con el Mediterráneo y donde sobresalen una serie de escollos o pequeñas barreras. Al otro lado, junto al Mar Menor, hay dos pequeños islotes, El Ventorrillo y La Encañizada, surcados por dos golas o canales de comunicación, la Gola de la Torre y la del Ventorrillo, las únicas naturales que se conservan, de las cinco que existen en La Manga.

En estas dos golas, para aprovechar el movimiento migratorio de algunos peces como el mújol, la dorada, el magre, o la chapa, se instalan unos sistemas de pesca elaborados con cañizos y redes, llamados encañizadas, que han dado nombre al paraje.

Este arte de pesca de las encañizadas, originario de la época árabe, cuenta con seis siglos de pesca artesanal. La pesca en las encañizadas consiste en colocar cañas formando laberintos circulares en canales de agua entre el mar Mayor y el Mar Menor para que los peces que pasen queden atrapados en el laberinto, sobre todo lubinas y doradas que salen después de desovar en aguas más cálidas del Mar Menor.

Playa de Calnegre o de Monte Blanco

Es la última playa del mar Mediterráneo perteneciente al ayuntamiento de Cartagena en la Manga del Mar Menor y también es conocida como la Playa de Monte Blanco. No debe confundirse con la playa del mismo nombre que se encuentran en el municipio de Lorca y que también cuenta con una inusitada belleza.

Se encuentra en el kilómetro 3,5 de la Gran Vía de La Manga. Cuenta con buenos accesos y está situada en la zona de ocio conocida como Plaza Bohemia. Es una playa de arena fina y dorada que cuenta con una longitud de 1.000 metros y una anchura media de 20, desde donde ver morir el día y nacer la noche.

Es importante recordar para quienes todavía están dispuestos a meterse en el agua del mar que las aguas del Mediterráneo son más movidas y cuenta con playas más anchas, las del Mar Menor son calmadas y poco profundas.