Con el final del verano, son muchos los que buscan una alternativa con la que escaparse durante un fin de semana, huyendo durante un par de días de la rutina. De esta manera, varias ciudades alrededor de la península ibérica destacan por tener una gran riqueza paisajística y arquitectónica, volviéndose opciones idóneas para planificar un viaje de última hora, en el que desconectar y descansar hasta la próxima vuelta al trabajo.
Una de las principales opciones para muchos turistas es visitar alguna de las múltiples islas que rodean la península, tanto en España como en el país vecino, Portugal. Este cuenta con cerca de 80 territorios, repartidos por varios conjuntos insulares, aunque tan solo unos 20 de ellos están habitados de manera oficial.
Así, la isla de Madeira, en el archipiélago con el mismo nombre, destaca tanto por su historia como por la singular naturaleza que la rodea, volviéndola un destino idóneo para visitar durante una escapada otoñal. Su capital, Funchal, es el mayor centro urbano de la isla y ha sido, durante años, un lugar de disfrute para múltiples figuras históricas y de renombre mundial.
Historia de Funchal
Tanto Madeira como la isla vecina de Porto Santo cuentan con una convulsa historia, protagonizada por navegantes y pescadores a lo largo de múltiples décadas. En específico, la capital de Funchal fue fundada hace más de 5 siglos, en el año 1418 por Tristão Vaz Teixeira, un navegante, explorador portugués. Aunque sería años después, en 1508, cuando el rey Manuel I de Portugal le otorgaría al asentamiento el rango de ciudad de manera definitiva.
Durante décadas, la actual capital se convirtió en un importante puerto, sobre todo por encontrarse en el recorrido principal entre varios países europeos y sus colonias, volviéndose así una ciudad próspera y prominente económicamente para el siglo XVI.
Además, los mercaderes de la zona aprovecharon la dedicación del puerto al aprovisionamiento de buques que llevaban a cabo la ruta transatlántica para comercializar con productos locales como vino, popularizando el producto autóctono y transformando al enclave en un territorio idóneo para el mercadeo entre naves de múltiples países.
Tiempo después, en el siglo XIX, Funchal se volvería famoso entre muchas personalidades de las altas esferas por su clima y sus paisajes naturales, comenzando a partir de ese entonces a destacar como destino turístico. Algunos de los personajes históricos que visitaron el enclave son:
- La emperatriz austrohúngara Isabel de Wittelsbach -también conocida como Sissi-.
- Carlos I de Austria.
- Józef PiÅsudski, dictador durante la segunda república polaca.
- Winston Churchill, primer ministro inglés durante la Segunda Guerra Mundial.
- Fulgencio Batista, presidente y dictador cubano.
Qué ver en Funchal
La mayoría de monumentos históricos se sitúan en el centro de la capital, junto al puerto. Además, gran número de ellos son de carácter religioso, debido a la gran tradición católica que ha mantenido la isla desde sus orígenes.
La catedral de Funchal es uno de los monumentos religiosos más destacados del enclave. Proyectada durante el reinado de Manuel I, la iglesia, que fue comenzada a finales del siglo XV y terminada en el año 1514, mezcla varios estilos, como flamenco, hispano-gótico y manuelino.
Otro de los edificios de origen católico más relevantes son la iglesia y el monasterio del convento de Santa Clara, construidos entre el 1489 y el 1496, los cuales mezclan el estilo portugués con el mozárabe hispano. Esta fue restaurada entre los siglos XVII y XVIII hasta dejarla en su estado actual, aunque aún se conservan varias zonas de la construcción primitiva como el portal de mármol gótico o el túmulo de Martim Mendes Vasconselos.
Sin embargo, estas no son las únicas iglesias presentes a lo largo del territorio insular, sino que la capital está repleta de construcciones de este tipo. Algunas de las más destacadas son:
- Igreja do Monte.
- Igreja de São Pedro.
- Igreja do Socorro.
- Igreja do Carmo.
- Igreja de Santa Luzia.
- Capela da Encarnação -o Capilla de la Encarnación en castellano-.
Por otro lado, a lo largo del espacio es posible disfrutar también de varios edificios civiles y militares, entre los que destaca principalmente la fortaleza de São Lourenço, la cual fue construida en la primera mitad del siglo XVI. Además, la construcción comprende también el antiguo palacio del regidor de la zona, el cual hoy es un museo.
Por otro lado, la Fortaleza do Pico -también denominada Forte de São João Baptista-, fue un elemento defensivo clave en la ciudad, principalmente ante los ataques de corsarios ingleses y sobre todo franceses, los cuales incluso intentaron invadir la capital.
A lo largo de todo el territorio también es posible disfrutar de la naturaleza que envuelve la zona, como el Jardín Botánico de Madeira, que resalta por ser uno de los lugares más cuidados, con varias especies exóticas animales y vegetales. Además, el enclave destaca por los múltiples teleféricos que ofrece, mediante los que poder disfrutar de unas vistas aéreas únicas.
Cómo llegar y dónde dormir en Funchal
Al tratarse de la capital insular, Funchal es una de las ciudades mejor conectadas de todos los archipiélagos portugueses. Los dos métodos principales para llegar a la isla son en avión, mediante un vuelo hacia el aeropuerto internacional Cristiano Ronaldo de Madeira, situado en la ciudad de Santa Cruz; o en barco, hasta el puerto de Funchal.
Respecto al alojamiento, la ciudad cuenta con una gran oferta hotelera debido a su gran tradición turística. La oferta es variada tanto en calidad como en precios, por lo que será posible encontrar tanto hoteles de gama alta como hostales de gran encanto y precio más asequible en la capital. No obstante, también es posible buscar alojamiento a las afueras de Funchal; una gran opción es buscar en las Quintas de Madeira, unos terrenos en las afueras de estilo palaciego.