San Francisco, una ciudad para quedarse a vivir
San Francisco tiene un encanto especial, y si has podido compararla con otras ciudades de Estados Unidos seguro que nos darás la razón. Será su historia, su ambiente, su ubicación, sus barrios, su gente o sus cuestas, pero el caso es que es una ciudad que atrapa, la más atractiva de toda la Costa Oeste estadounidense y también, posiblemente, la más bonita.
La habrás visto en mil películas: que si el Golden Gate, que si su tranvía, que si Alcatraz, que si la calle Lombard, que si sus leones marinos… Una ciudad de esas que crees que conoces incluso antes de poner los pies en ella. Pero por suerte, también una ciudad que sorprende incluso cuando te la sabes y repites una y otra vez.
Los motivos para amarla son muchos, unos más conocidos y otros menos, pero todos, hasta su gastronomía, se quedarán con un pedacito de tu corazón cuando la visites por primera vez. Aquí tienes unos cuantos para convencerte, por si aún no habías incluido San Francisco en tus próximos planes viajeros.
El Golden Gate
Este enorme puente de acero colgante tiene una longitud de 2 km y fue inaugurado en 1937. Y sí, es el símbolo indiscutible de la ciudad de San Francisco. Las mejores zonas para observarlo son las de Battery East y Baker Beach a este lado y Battery Spencer al otro, y es característico encontrarlo tapado por la neblina marina. Puedes cruzarlo andando, en bicicleta y en coche, aunque ten cuenta que es de peaje telemático, aunque puedes pagarlo online.
La isla de Alcatraz
Alcatraz es la cárcel más famosa del mundo, estuvo en funcionamiento entre 1934 y 1965 y recibe casi 1,5 millones de visitantes al año. Aunque la isla de Alcatraz es un Parque Nacional de los Estados Unidos, la empresa Alcatraz Cruises cuenta con la concesión para organizar sus visitas en exclusiva. Te recomendamos reservar tu plaza con la máxima antelación posible pues las plazas diarias son limitadas. La visita se realiza mediante una audioguía narrada por guardas y presos reales, pasarás por las celdas, el comedor, el patio y todas las estancias del presidio.
El Pier 39
El muelle 39, o Pier 39, es el más famoso de la ciudad. Es una bonita zona de ocio con tiendas y restaurantes, un lugar que no para ni de día ni de noche. Pero aquí los protagonistas no están en tierra, sino en el agua. Una colonia de leones marinos ha hecho del Pier 39 su casa y hoy son su mayor atracción. Llegaron por sorpresa en octubre de 1989 y aunque el número de miembros de esta colonia varía cada año suele superar los 300 ejemplares, alcanzando su récord en 2009 con 1.701 leones marinos contabilizados.
Las Painted Ladies
Arquitectónicamente San Francisco también tiene mucho que ofrecer y unos de sus edificios más característicos son sus casas de estilo victoriano. Estas preciosas casitas de madera las encontrarás en diferentes barrios, pero las famosas, las que todo el mundo quiere ver, son las Painted Ladies de Alamo Square, las Damas Pintadas. Son de finales del siglo XIX y la ciudad estaba repleta de ellas, lástima que en comparación a lo que había solo unas pocas sobrevivieran al terremoto de 1906.
Lombard Street
La ciudad de San Francisco está construida sobre un terreno lleno de colinas, de ahí sus famosas cuestas y calles empinadas, y aunque todas ellas son rectas hay una que salva el desnivel haciendo zigzag, la calle Lombard, la más famosa de San Francisco. Esta pequeña calle tiene hasta 8 curvas de 180º en su trazado y aunque se diseñó como una solución práctica hoy es un enorme reclamo turístico. Puedes echar un rato observando los coches que bajan, diferenciando entre locales y turistas, y sacar tu propia estadística. Te sorprenderá.
Fisherman's Wharf
Fisherman's Wharf fue un histórico barrio de pescadores, junto a los muelles, pero hoy en día es uno de los principales atractivos turísticos de San Francisco. Aquí encontrarás un buen número de restaurantes, de hecho no puedes irte de la ciudad sin probar su famosa clam chowder (crema de almejas), así como atracciones de diverso tipo, desde el barco SS Jeremiah O'Brien y el submarino USS Pampanito, ambos de la Segunda Guerra Mundial, hasta el curioso y divertido Musée Mecanique, de acceso gratuito y con un sinfín de máquinas recreativas antiguas que te harán viajar en el tiempo.
El famoso San Francisco Cable Car
El famoso tranvía de San Francisco es el San Francisco Cable Car, un transporte mediante funiculares que permite salvar las pronunciadas pendientes de la ciudad. El sistema mediante cables se probó por primera vez en 1873 y en 1878 contaba con 23 líneas por toda la ciudad. En la actualidad quedan en funcionamiento tres de ellas: California Cable Car, Powell/Hyde Cable Car y Powell/Mason Cable Car. Aunque son un medio de transporte práctico y utilizado por todo el mundo son a la vez un imán para los turistas que no quieren perderse una de las atracciones más características de San Francisco.
Los barrios de San Francisco
San Francisco tiene unos barrios muy diferenciados y merece la pena recorrer algunos de ellos. Chinatown es un clásico, es el barrio chino más antiguo de Estados Unidos y sus farolillos rojos son inconfundibles. Es como trasladarte directamente a China. Castro es el barrio gay de San Francisco, el más orgulloso y colorido de la ciudad. Aquí en los años 70 Harvey Milk tuvo un papel reivindicativo fundamental al convertirse en el primer político abiertamente gay de la historia de Estados Unidos, promoviendo los derechos homosexuales. El barrio de Mission es el barrio latino y en él, además de su comida, destaca la Misión Dolores, la misión levantada por los jesuitas en 1776 y que permanece como el edificio más antiguo de la ciudad. Y Haight-Ashbury, otro imprescindible, es donde nació el movimiento hippie en los años 60, y aunque sus años de gloria ya hayan pasado sigue siendo uno de los más alternativos de la ciudad.
Las Twin Peaks
Las Twin Peaks son dos colinas gemelas, de casi 300 metros de altura, que se elevan al sur del barrio de Castro. Subir permite obtener una de las mejores panorámicas de la ciudad, un mirador natural que permite ver San Francisco en toda su amplitud, hasta donde la vista alcance o hasta donde la niebla lo permita.
El pueblo vecino de Sausalito
Al pueblecito de Sausalito se llega cruzando el Golden Gate y es una de las visitas más típicas que se suelen hacer desde San Francisco. Está a menos de 10 km y en él reina un ambiente especial, bohemio y tranquilo, y merece la pena acercarse si quieres darte un paseo relajadamente entre casas flotantes y alguna que otra galería de arte. Si lo quieres hacer aún más especial, puedes ir a Sausalito en Ferry desde San Francisco.