Claves para visitar el Parque Nacional Kruger, la mayor reserva natural de Sudáfrica

El elefante es uno de los 'big five' que todo el mundo desea encontrar.

Roberto Ruiz

Sudáfrica cuenta con una enorme cantidad de parques y reservas naturales en su territorio pero hay uno que por tamaño y reconocimiento les gana a todos: el Parque Nacional Kruger. Con una extensión de 19.633 km² tiene el tamaño de la provincia de Cáceres y en él se encuentra un gran número de representantes de la fauna más auténticamente africana.

Con su tamaño se merece una visita de al menos tres días, Sudáfrica está muy lejos como para tomárselo con prisas una vez allí y así incrementarás las posibilidades de contemplar más y más animales. Si visitar el Parque Nacional Kruger es uno de tu sueños, te vamos a dar tres consejos básicos: uno, estudia a fondo la página web de los parques de Sudáfrica (South African National Parks) donde encontrarás toda la información sobre el Parque Nacional Kruger; dos, organiza y reserva tu viaje con la máxima antelación posible, los alojamientos vuelan y dormir dentro del parque es altamente recomendable; y tres, toma nota de las siguientes claves para entender cómo es y cómo se vista el mejor parque de Sudáfrica.

Cómo visitar el Kruger: zonas públicas y zonas privadas

Para entender el Parque Nacional Kruger es importante que sepas que en él encontrarás tanto zonas públicas como privadas. Las primeras son las más extensas y su gestión es igualmente pública, en ellas podrás entrar con tu coche de alquiler, circular por sus carreteras y montarte tu propio safari a tu aire. Hay campamentos y alojamientos sencillos donde encontrar cama pero no comida. Es la forma más barata de visitar el Kruger, pero en su contra tiene que está estrictamente prohibido salirse de los caminos, por lo que ves menos animales, y puede darse cierta aglomeración de vehículos si aparece algún bicho importante.

Por otro lado están las zonas privadas por las que no podrás moverte con tu vehículo. Hay hoteles y lodges de buena calidad, con precios variados aunque tirando a altos, en los que el alojamiento incluye la entrada al parque, las comidas y dos safaris con guía en todoterreno. De esta manera las posibilidades de avistar animales se multiplican, los vehículos pueden salirse de los caminos y los rangers son expertos rastreadores capaces de dar con los animales más escurridizos.

La recomendación, si tienes tiempo, es combinar ambos tipos de safaris, a tu aire por los terrenos públicos a los que accederás comprando tu entrada y de manera guiada por los privados para tener la posibilidad de ver un mayor número de animales.

Cuándo ir al Kruger

El Parque Nacional Kruger está abierto todo el año, así que puedes ir cuando mejor te venga. Sin embargo, el parque cambia mucho de una época a otra del año así que es bueno saber qué te encontrarás. En invierno (de junio a agosto) la vegetación es más baja y el agua más escasa por lo que es más fácil ver animales, hay menos vegetación en la que esconderse y suelen concentrarse en las zonas de agua para beber. En verano (de septiembre a abril) el follaje de la vegetación es más tupido y será más complicado ver animales, pero a cambio el paisaje es mucho más espectacular.

Cómo llegar al Kruger

El parque no está mal comunicado y todo depende de cómo plantees tu viaje por Sudáfrica. Si vas con tiempo y quieres visitar otras zonas del país, no es mala idea alquilar un coche en Johannesburgo y moverte con él. Hasta el Kruger tienes unas 6 horas, pero puede variar a más o menos dependiendo de por dónde quieras entrar a él.

Si quieres volar desde Johannesburgo o Ciudad del Cabo tampoco hay problema, cerca del parque hay tres aeropuertos a los que llegan vuelos internos: Phalaborwa (PHW), Hoedspruit (HDS) o Nelspruit, también conocido como Aeropuerto Kruger Mapumalanga Internacional (MQP).

Los animales que puedes ver

El Kruger no solo es famoso por ser con diferencia el Parque Nacional más grande de Sudáfrica, sino también porque si tienes suerte en él encontrarás los animales más característicos de África, esos que te harán dudar si te has metido en un documental o en el rodaje de El Rey León. La concentración de animales suele ser mayor en la zona sur del parque, así que aunque una vez allí te compres un mapa del parque (sí o sí), puedes ir echando un ojo a este mapa del Kruger para ir haciéndote una idea.

En el Kruger el objetivo más deseado es poder ver “the big five”, es decir, elefantes, búfalos, rinocerontes, leones y leopardos, y con tiempo, paciencia y suerte no es tan difícil conseguirlo. El parque tiene una lista de mamíferos que puedes ver en el Kruger para que sepas lo que puedes encontrar y es que aproximadamente se estima que hay unas 147 especies de mamíferos, sumándose a los anteriores hipopótamos, jirafas, cebras, ñus, facoceros, varios tipos de antílopes, guepardos, hienas… además de cocodrilos, tortugas, infinidad de aves, serpientes e insectos. Para que te hagas una idea, las cifras dicen que allí viven unos 1.500 leones, 17.000 elefantes, 48.000 búfalos y unos 1.000 leopardos, por lo que las probabilidades de encontrarte con alguno de ellos no son bajas.

Tipos de safaris por el Kruger

Como decimos, si tienes vehículo puedes hacer tu propio safari por la zona pública como más te plazca. Puedes entrar, hacer tu visita y salir a dormir fuera del parque o puedes pernoctar en alguno de sus campamentos, que es lo suyo. Hay algunas normas básicas con las que deberás cumplir: no salirte ni de carreteras ni caminos, no superar la velocidad máxima establecida (50 km/h sobre asfalto y 40 en caminos de tierra) y no bajarte del coche salvo en las zonas habilitadas para ello. Hay muchas otras normas que debes cumplir, como evidentemente no tirar basura o no alimentar a los animales.

Y después, si haces una visita organizada, verás que el abanico de posibilidades aumenta. Puedes hacer el safari clásico en todoterreno, donde irás en una posición más elevada con tres filas de pasajeros; hacer un safari nocturno, en el que buscar la fauna que hace vida cuando cae el sol; o incluso hacer un safari a pie, donde tener mayor sensación de cercanía con los animales. Todas estas posibilidades dependerá de la empresa que escojas para hacer tus visitas guiadas.

Qué llevar en tu safari

Más allá de la ropa cómoda que estimes necesaria para hacer un safari, sin olvidar que el invierno puede ser frío y el verano caluroso, hay ciertas cosas que no pueden faltar en tu mochila si quieres disfrutar al máximo de la naturaleza. Ni lo dudes, hazte con unos buenos prismáticos, serán básicos para ver un mayor número de animales, así como con una buena linterna por si haces algún safari nocturno organizado. Si te gusta la fotografía, disfrutarás como un niño pero la calidad del equipo marcará mucho la diferencia. Lo más recomendable es llevar dos cámaras, una con un objetivo corto y otra con un teleobjetivo largo, si puede ser te recomendamos una lente de 300 mm para arriba.

Ten en cuenta que te moverás por zonas donde la malaria está presente, así que independientemente de que te mediques o no en tu mochila no puede faltar un buen repelente de mosquitos. Y por cierto, en Sudáfrica los enchufes son un tanto particulares (clavijas tipo D), así que aunque los hoteles suelen estar preparados te vendrá bien llevar un adaptador. Los clásicos adaptadores universales no suelen incluir este tipo de clavija, así que es mejor comprobarlo antes de salir.

Precios de las entradas

Las entradas al parque se pagan por días de visita y para extranjeros tienen un precio de 331 rands/día (unos 22 euros) y de 166 rands/día (11 euros) en el caso de los niños.

Si tu interés por la naturaleza te quiere llevar mucho más allá del Kruger también tienes la posibilidad de hacerte con la Wild Card, una tarjeta con la que tendrás acceso a más de 80 parques y reservas por toda Sudáfrica por 2450 Rands (unos 166 euros) y que tiene una validez de 365 días. Si tienes pensado recorrer Sudáfrica es posible que te salga a cuenta, haz números y aprovéchalo.

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