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Cinco ciudades europeas que aumentarán su flujo de turistas españoles este verano

Los turistas españoles están ampliando su repertorio de destinos para no quedarse sólo en nuestro territorio y explorar otras ciudades, según las conclusiones del estudio de Tendencias de Viaje 2017 que ha realizado la agencia internacional de viajes eDreams, analizando las reservas de sus clientes en España para viajar de julio a septiembre.

En este ranking, en comparación con las ventas de 2016, las estadísticas arrojan una notable subida de la popularidad de destinos como Bruselas, Praga, Lisboa, Milán y Nueva York que verán aumentar su flujo de visitantes españoles de forma considerable en los próximos meses.

Bruselas es la ciudad que más aumenta su popularidad entre los españoles (un 111%), probablemente por las compañías de bajo coste que la acercan a nuestros aeropuertos, y por la publicidad tácita que implica el hecho de ser la sede del Parlamento Europeo. La Grand Place, el Ayuntamiento de estilo medieval, las casas de estilo Art Decó, la figura del Manneken Pis, o su variada gastronomía también contribuyen a que la capital europea se alce con la primera posición.

La segunda la ocupa Praga, un destino que ha aumentado su fama un 90%, y no por equivocación. La belleza de la capital de la República Checa es inusitada, al igual que la del río que cruza la ciudad, el Moldava. Su impresionante Parlamento, sus parques y sus balnearios son, asimismo, parte de sus atractivos. Estos últimos, por cierto, son ideales para darse una remojada en verano. Si se cuenta con tiempo de sobra, es recomendable escaparse a Karlovy Vary, un señorial pueblo ubicado a las afueras.

La vecina Lisboa, por su parte, sube un 76%. En Portugal no sólo se puede explorar la costa para hacer surf, que para eso es Atlántico y los acantilados esconden calas apabullantes, sino también destinos de alto standing como Cascáis o Estoril. Pero, ante todo, se debe inspeccionar a fondo toda la capital lusa. A fondo significa callejear desde la Plaza del Comercio hasta el Barrio Alto y el Chiado, pasando por los castillos y sus miradores, como el de San Jorge, y parando por la noche a cenar y a escuchar fados en el mágico barrio de La Alfama. En el restaurante multifuncional Chapitó la luz del atardecer brillando en el Tajo le confiere un azul anaranjado a las vistas que es, sencillamente, impagable. El bacalhau en sus mil recetas, los espectaculares vinos de todo el país, empezando por el vinho verde o el de Oporto, y los pasteles de Belém de la pastelería del Monasterio de los Jerónimos son fundamentales para poder afirmar que se conoce algo Portugal.

Un peldaño por debajo, en la cuarta plaza, se sitúa Milán, que gana adeptos en un 74% con respecto al año 2016, curiosamente, porque nunca ha sido de las capitales de Italia más demandadas. Pero parece que los españoles ya se saben los tours por Florencia, Venecia y Roma y quieren probar más pasta fresca casera en las tiendas delicatessen de Milán, donde el buen gusto hay de sobra, como evidencia la zona del Viamonte Napoleone. Más económicos resultan los aperitivos milaneses al caer la tarde, en los que se ofrece buffet libre a discreción por la zona de Navigli, con sus puestos de artistas a lo largo del canal. Aparte de monumentos como la Catedral y el Duomo, se recomienda visitar el parque Sempione, el pulmón de Milán. En Brera también hay una Galería alternativa y la escuela de Bella Artes, aunque en cuestión de arte hay que ver el cuadro de la última Cena de Leonardo Da Vinci, en el convento dominico contiguo a la iglesia de Santa Maria delle Grazie.

Nueva York, que aumenta su atractivo un 51%, es la única ciudad fuera de la Unión Europea que aparece en el ranking. No es casual, pues la oferta cultural de la ciudad es inabarcable, por no hablar de los cientos de visitas y actividades que permite realizar, con un eclecticismo único en el mundo. Y no se puede obviar la curiosidad que provocan sus barrios de todas las nacionalidades, desde el Soho, pasando por Little Italy o el artístico Harlem, hasta China Town, el barrio coreano o el Latino, una absoluta reproducción del Caribe. Una ventaja de esta multiculturalidad es que, si no se sabe inglés, siempre se encontrará a alguien alrededor capaz de ayudarte a encontrar el puente de Brooklyn, para pasar al barrio bohemios más de moda, o el ferry para admirar la Estatua de la Libertad de cerca, que se coge en Manhattan.  El único inconveniente son los precios, una copa de vino puede salir por 18€ en un barecillo normal.