Halloween es una tradición que con el tiempo se ha extendido por todo el mundo. Una celebración en la que la fiesta se mezcla con el terror, las calabazas con las bromas, los disfraces con las calaveras y los trucos con los tratos.
Halloween, que significa literalmente “Víspera de todos los Santos” (“All Hallow’s Eve), también se conoce como la Noche de Brujas, Noche de Muertos o Noche de Víspera de los Difuntos. Y al final, cada cultura, ha sabido hacer una adaptación en la que recordar a sus muertos en un día tan especial.
Aunque Halloween ha llegado incluso a muchas de nuestras casas, hay unos cuantos destinos realmente auténticos en los que vivir una experiencia única y tenebrosa.
Irlanda, el origen de Halloween
Si alguna vez te habías preguntado dónde y cuándo había nacido la celebración de Halloween acabas de dar con su origen. No, Halloween no es un invento americano, aunque los estadounidenses sí sean grandes responsables de su propagación por el resto del mundo sus inicios tienen lugar en el viejo continente.
Halloween nació en Irlanda alrededor del año 100 d. C. pero los celtas de entonces no lo celebraban como tal, sino como el Samhain, una palabra gaélica que significa “el final de la cosecha”. Era el momento en el que los antiguos celtas se preparaban para el invierno almacenando provisiones y sacrificando ganado. La tradición decía que la noche de Samhain los espíritus de los muertos volvían al mundo de los mortales por lo que, para ahuyentarlos, se encendían grandes hogueras y sólo se conseguía que los vivos no fueran arrastrados por los malos espíritus si se parecían a ellos, por lo que se empleaban máscaras y trajes para asemejarse a los muertos. Los irlandeses que emigraron a Estados Unidos llevaron esta tradición con ellos y allí se volvió muy popular.
No sólo los disfraces nacieron en Irlanda, sino también las tradiciones del “truco o trato” de los niños pidiendo golosinas por las casas o la de las calabazas decoradas con una vela en su interior, conocidas originalmente como “Jack-o’-lanterns”. La leyenda cuenta que un viejo granjero avaro atrapó al diablo en un árbol y éste, para vengarse, le conjuró a vagar todas las noches con la única luz de una vela dentro de un nabo. La versión de calabaza llegaría con el tiempo.
Irlanda es cuna de mitos, hadas, fantasmas, leyendas e historias de terror, por lo que no habría un Halloween más auténtico que el vivido en la tierra que lo vio nacer.
Las brujas de Salem en Massachusetts
Quienes más saben de Halloween no dudan en coincidir en que Salem, en Massachusetts (USA), tiene la noche de los muertos vivientes más aterradoras de todas.
En Massachusetts y Connecticut se vivió una auténtica caza de brujas en el s. XVII. En Salem, a unos 25 km de Boston, entre 1692 y 1693 veinte personas fueron ejecutadas por brujería y pasó a la historia como el “Salem witch trials” (El juicio de las brujas de Salem). Hoy las brujas siguen teniendo su protagonismo en esta localidad estadounidense e incluso tienen su propio museo, el Salem Witch Museum.
El museo, bajo el lema “Veinte personas inocentes fueron ejecutadas durante la histeria por las brujas en 1962. La historia las hicieron famosas… nosotros las hacemos reales” hace que el visitante reviva lo sucedido siglos atrás representando escenarios, figuras y los polémicos juicios de brujas.
Además de su museo, Salem celebra Halloween a lo largo de todo el mes de octubre con desfiles y recreaciones.
El Castillo de Drácula en Transilvania
No podríamos hablar de terror sin mencionar el Bran Castle, más popularmente conocido como el castillo de Drácula. El castillo de Bran, en Rumanía, fue el supuesto escenario escogido por Bram Stoker para dar vida a su novela El Conde Drácula. Aunque en realidad la relación es ficticia, se dice que fue el hogar de Vlad “El empalador”, personaje histórico real que inspiró la novela de Stoker.
Las atrocidades que se llevaron a cabo en el castillo le han valido hoy su fama de lugar terrorífico y es uno de los principales reclamos turísticos de Rumanía. El castillo se encuentra abierto al público y ofrece visitas especiales en Halloween para que los más valientes puedan descubrir en persona las terribles leyendas que esconden sus muros. Para aumentar aún más su tirón en estas fechas el castillo ofrece su particular Halloween Party, una fiesta organizada por el Conde Drácula donde los disfraces tenebrosos, los espíritus de la noche, la música y las calabazas no faltan a finales de octubre.
El día de los muertos en México
México mantiene su genuino y propio “día de muertos” de la manera más tradicional, lejos de las calabazas que Halloween ha llevado a todo el planeta.
La celebración del Día de Muertos en México es anterior a la llegada de los españoles y con la implantación de la religión católica se fijó durante el 1 y 2 de noviembre. Durante esos días los mexicanos celebran a sus muertos de manera familiar, acudiendo a los panteones y levantando pequeños altares en los hogares para que los muertos puedan pasar unos días con ellos.
Lejos del espíritu terrorífico de Halloween, el Día de Muertos es una fiesta de luz y de color en la que se da la bienvenida a los antepasados con la aceptación natural de la muerte. La representación de esqueletos, calaveras y el uso de espectaculares maquillajes ha hecho que esta tradición mexicana se haya vuelto una de las más populares del mundo en estas fechas.
Nueva York: Sleepy Hollow y el gran desfile
Posiblemente no haya acontecimiento que no se celebre en Nueva York y, cómo no, Halloween no iba a ser menos. En la ciudad de la gran manzana Halloween va mucho más allá de las calabazas decoradas y del clásico “trick or treat” de los niños visitando casa por casa, sino que se puede vivir un Halloween tan tenebroso como festivo.
El cementerio de Sleepy Hollow es posiblemente el rincón más aterrador de Nueva York. Los fantasmas que frecuentan su valle son más que conocidos por todos, especialmente “El jinete sin cabeza”, un soldado muerto en combate alcanzado por una bala de cañón que cada noche cabalga en busca de su cabeza. La mejor manera de sumergirse en Sleepy Hollow es a través de una de sus visitas guiadas nocturnas, pero además en Halloween no falta música, visitas a mansiones, paseos en carruajes y ferias callejeras.
Si se prefiere la parte de la fiesta uno no se puede perder el Village Halloween Parade, un macro desfile en el que todo el mundo puede participar vistiendo sus galas más terroríficas. El único requisito para participar y ser parte del desfile es vestir un disfraz, pero si se prefiere ser parte del público se verán cientos de marionetas gigantes, más de 50 bandas de música, bailarines de todos los estilos, artistas y miles de neoyorquinos dispuestos a darlo todo. Lejos de ser aterrador, el Village Halloween Parade podríamos entenderlo como un carnaval tematizado. Tiene lugar el 31 de octubre a partir de las 19h y recorre parte de la Sexta Avenida.