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Una escapada para desconectar en la Sierra de Cazorla
Al pensar en Andalucía muchas veces se cae en el error de reparar únicamente en sus playas, cuando en su interior se esconden además algunas de las sierras más frondosas y húmedas de toda España. El Parque Natural Sierra de Grazalema se reparte entre las provincias de Cádiz y Málaga y es una de las zonas más lluviosas de España, si no la que más.
La Sierra de Grazalema es un entorno muy especial, hogar de un abeto en peligro de extinción: el pinsapo. Una especie descendiente de los abetos europeos y que hoy solo se puede encontrar aquí, en el Parque Natural Sierra de las Nieves y en Sierra Bermeja, ambos espacios en Málaga.
Una escapada por la Sierra de Grazalema nos llevará por pueblos blancos como El Bosque, Zahara de la Sierra, Grazalema y Ubrique, pero además nos pondrá en bandeja un buen número de rutas de senderismo con las que adentrarnos en la naturaleza y conocer de cerca a los amenazados pinsapos. Además, aunque el Parque se extiende mayoritariamente sobre terreno gaditano, en el sector malagueño es de obligada visita la cueva de la Pileta, donde un espectacular conjunto de pinturas rupestres nos trasladará directamente al Paleolítico.
En el Parque Natural de la Sierra de Grazalema se incluyen 14 municipios, nueve de ellos de la provincia de Cádiz y cinco de la de Málaga, pero para tener una buena idea de sus orígenes, su arquitectura, su historia y su gastronomía, te recomendamos visitar al menos los seis que describimos a continuación.
El Bosque es un pequeño pueblo blanco ubicado a los pies de la Sierra de Grazalema y es una buena puerta de entrada al Parque. De hecho, en su Centro de Visitantes se pueden expedir los permisos que permiten visitar algunas de las rutas de senderismo de acceso restringido de la zona. Si te gusta el queso es muy recomendable visitar su Museo del Queso y aprovechar para llevarte algunas de las especialidades de la zona, como el queso emborrado de oveja grazalemeña o el queso con vino oloroso.
Grazalema está en el corazón del Parque y es, por así decirlo, su pueblo de referencia. Está en las alturas y pone un punto blanco al verdor que tiene a su alrededor. Merece la pena pasear por sus calles, como la de las Piedras y la de las Parras. Tomarse algo en la Plaza de España donde se encuentra el ayuntamiento y la iglesia de la Aurora, y después continuar hasta la iglesia de San Juan. Además, lo bueno de Grazalema es que cuenta con varios miradores desde donde contemplar la Sierra, como el de los Peñascos o el de los Asomaderos.
Zahara de la Sierra hay que verlo primero desde lejos, para contemplar su silueta con su castillo en lo alto, y después desde dentro, para subir y bajar por sus empinadas callejuelas de piedra. Otro pueblo de fachadas blancas y techos de tejas, lleno de rincones con encanto, plazas como la de San Juan o la del Rey y varios miradores. Pero para vistas las que se consiguen desde la torre del homenaje del castillo, los únicos restos junto a algunos lienzos de la muralla que formaban la antigua fortificación nazarí.
Ubrique, al sur del triángulo que forman El Bosque, Zahara de la Sierra y Grazalema, es mundialmente conocido por su marroquinería y su artesanía de la piel. De hecho cuenta incluso con su propio Museo de la Piel. Su trazado medieval te llevará por calles angostas y bonitas plazas, pasando por la ermita de San Antonio y el convento de los Capuchinos, hoy convertido en centro de exposiciones. Antes de irnos, en sus inmediaciones merece la pena acercarse a conocer el yacimiento arqueológico de Ocuri y la calzada que une Ubrique con Benaocaz, ambos restos de época romana.
Benaocaz es un pequeño pueblo blanco de menos de 700 habitantes que ha sido declarado conjunto histórico. Está justamente entre el Parque Natural de la Sierra de Grazalema y el Parque de los Alcornocales y conserva restos de su antiguo barrio nazarí, que mantiene su antiguo empedrado. Junto a la calzada romana ya comentada que lo une con Ubrique, también es de interés visitar el Castillo de Tavizna, de origen nazarí, las ermitas de El Calvario y la de San Blas, y subir al mirador de Cintillo y Aguas Nuevas.
Benamahoma es una pedanía de Grazalema, de menos de 500 habitantes, y se encuentra a unos 5 km de El Bosque. De hecho, ambos pueblos están unidos por el río Majaceite, por el que discurre una de las rutas de senderismo más populares del Parque. Para hacer algo diferente aquí podemos visitar el Ecomuseo del Agua, un lugar donde se puede aprender sobre los usos que las personas de esta tierra han dado al agua desde la Prehistoria hasta nuestros días.
Puede que si visitamos la Sierra de Grazalema no nos queramos perder algunos de sus pueblos más bonitos, pero lo que es indiscutible es que para conocerla en profundidad y sumergirnos en su verdadero encanto natural, deberíamos hacer al menos una ruta de senderismo que nos lleve a conocer de cerca sus bosques y montañas. Te proponemos cinco de las más famosas ordenadas por su nivel de exigencia y dificultad.
Es sin duda una de las rutas más populares de la Sierra de Grazalema. La ruta sigue el río Majaceite y une los pueblos de El Bosque y Benamahoma, por lo que se puede hacer en ambos sentidos. No se desempeña ninguna dificultad ya que el desnivel es mínimo, no requiere autorización y de punta a punta tiene una longitud de 4,3 km.
La ruta de los Llanos del Rabel tiene una longitud de 6,2 km, es de dificultad baja y sí es necesario obtener una autorización en el Centro de Visitantes de El Bosque para realizarlo. Un primer tramo lineal nos lleva siguiendo la ladera del monte para terminar en un llano, desde donde comienza un segundo tramo circular que nos adentra en el bosque de pinsapos.
Es quizá la ruta más deseada del Parque pues su camino nos mete de lleno en el singular bosque de pinsapos de la Sierra de Grazalema. Es de dificultad media y es necesario obtener con bastante antelación una autorización previa en el Centro de Visitantes de El Bosque. La ruta es lineal, tiene una distancia de ida de 10,5 km y nos llevará por oscuros bosques densos y umbríos.
Para realizar la ruta de la Garganta Verde necesitarás obtener una autorización en el Centro de Visitantes de El Bosque. Es un sendero lineal de 2,4 km pero su dificultad es media/alta. En un momento pasaremos de la frondosa vegetación al interior de un cañón, fruto de la incansable erosión del arroyo Bocaleones. La senda nos lleva por una pronunciada bajada hasta la base de la garganta mientras que sobre nuestras cabezas sobrevuela una de las mayores poblaciones de buitres leonados de Europa.
Con la ruta de El Torreón podremos contemplar la Sierra de Grazalema desde lo alto. Es una ruta corta pero de ascensión dura, con un desnivel de 779 metros a superar en un trayecto de 3 km. Es necesario obtener autorización en el Centro de Visitantes de El Bosque para poder realizarla y subiremos hasta los 1.648 metros de altitud. Desde allí arriba tendremos una espectacular panorámica sobre toda la sierra y, en dirección norte, el bosque de pinsapos, en principal protagonista de la zona, quedará a nuestros pies.
Una escapada para desconectar en la Sierra de Cazorla