Excursión de un día a Toledo: qué ver y hacer en la ciudad amurallada

Elena Segura

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Toledo, la Ciudad Imperial, oculta muchos tesoros entre sus muros, sus estrechas calles medievales y sus empinadas cuestas. Si te has planteado visitar la ciudad del Tajo, te vamos a dar una serie de recomendaciones y a mostrar sus lugares más imprescindibles. Si vas con el tiempo justo y no tienes más que un día para recorrerla, no te preocupes porque te vamos a dar la lista más completa para que te vayas de Toledo con la sensación de no dejarte nada, o casi nada, pendiente.

El primer consejo es que si te has desplazado hasta la ciudad amurallada en vehículo propio, lo más recomendable es que lo aparques al llegar en alguna de las zonas libres de pago o en algún aparcamiento privado si no encuentras plaza gratuita. Estacionar en el centro es casi imposible. Uno de los aparcamientos gratuitos -Safont- se encuentra muy cerca de la estación de autobuses y a pocos minutos andando del casco histórico.

Toledo es la ciudad de la tolerancia, de las tres religiones y de la cultura. Cuando el poeta romántico Rainer Maria Rilke vino a España en 1912 en busca de inspiración la encontró exclusivamente en este lugar: “No hay nada comparable a Toledo”. Para el austríaco, es la ciudad “donde convergen las miradas de los vivos, de los muertos y de los ángeles”, especialmente, la del Greco, pintor cretense que se estableció en la capital imperial a partir de 1577, tras haber pasado por Italia.

Casa y obra del Greco

El Museo del Greco de Toledo es el único de España dedicado al pintor. Se encuentra en el Paseo del Tránsito, en pleno corazón de la judería, y fue la casa del pintor desde que se instaló en esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986.

Se trata de una vivienda acomodada en su época con jardín, patio interior y capilla. En ella se puede ver un Apostolado completo del Greco, su 'Vista y Plano de Toledo' y varios retratos masculinos salidos de los pinceles del artista.

'El entierro del conde de Orgaz', posiblemente su mejor obra y donde su estilo manierista alcanza el culmen del exceso, se contempla, sin embargo, en la parroquia de Santo Tomé.

Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz, fue un hombre muy piadoso y benefactor de esta parroquia, que cuenta con una magnífica torre mudéjar. En el lienzo se representa su entierro con la presencia milagrosa de San Esteban y San Agustín. El estilo inconfundible del pintor nos regala figuras alargadas, extraños escorzos, iluminación sobrenatural, colores brillantes y personajes coetáneos al conde con aspecto fantasmal.

Tres culturas

Estando en el barrio judío, comenzamos la visita de los templos que atestiguan la convivencia de las tres religiones en la ciudad castellanomanchega con dos sinagogas: la del Tránsito y Santa María La Blanca. La primera también acoge el Museo Sefardí, al tiempo que es una de las más bellas sinagogas conservadas de la época medieval.

En este museo se muestra la historia de los judíos en España: desde su llegada a la península Ibérica, su edad de oro en la Edad Media y su expulsión por los Reyes Católicos en 1492. También se explican el fenómeno de la conversión, la persecución que sufrieron por la Inquisición y cómo se formaron las comunidades sefardíes en el exilio.

Grandes arcos que se apoyan sobre columnas octogonales son los que construyen la belleza, simplicidad y mística de la Sinagoga de Santa María La Blanca. Dichos arcos le otorgan el único aspecto sinuoso al templo con sus motivos vegetales y lacerías geométricas en yeso que dibujan la estrella de David, junto con el bello artesonado mudéjar.

El templo fue construido en el 1180 como sinagoga y funcionó como tal 211 años, momento en el que fue expropiada y transformada en iglesia durante el pogromo de 1391.

Con la 'pulsera turística', de hecho, se puede visitar este lugar junto con otros seis monumentos: la Mezquita Cristo de la Luz, el 'Entierro del Señor de Orgaz', la Iglesia del Salvador, la Iglesia de los Jesuitas, el Monasterio de San Juan de los Reyes y el Colegio de Doncellas Nobles.

El siguiente templo a visitar no puede ser otro que la majestuosa Catedral Primada de Toledo, una obra maestra del arte gótico español, con altas bóvedas y hermosos rosetones. En su interior se encuentran más obras del Greco, junto con otras de Velázquez y Goya. Las vidrieras y la Capilla Mayor son lo más impresionantes de la iglesia. La Capilla cuenta con un retablo renacentista tallado por diversos artistas que incluyen a Juan de Borgoña y Diego de la Cruz.

Para completar el recorrido por las tres culturas solo nos falta conocer la Mezquita del Cristo de la Luz, una maravilla del arte islámico.

Este edificio milenario es un ejemplo magnífico de la pervivencia del arte de al-Ándalus: una mezquita de la época califal que se erigió en el año 999 y tras dos siglos de existencia se transformó en iglesia, a la que se le añadió un ábside que respeta el estilo del edificio primitivo, dando lugar al arte mudéjar. Su interior se divide en nueve espacios que están cubiertos de bóvedas nervadas. La simbiosis de las diferentes culturas se hacen realidad en este templo si miramos la cabecera románico-mudéjar del siglo XII o los capiteles visigóticos que sustentan arcos de herradura.

Bonus track de arte moderno y contemporáneo

Para quien tenga curiosidad por ver cómo se asienta el arte moderno y contemporáneo en una ciudad con tanto peso de la historia, no tiene más que dirigirse a la colección Roberto Polo. Inaugurada en 2019, se trata de un museo estatal que alberga una colección privada.

El edificio que acoge su colección permanente es el antiguo convento de Santa Fe, construido entre los siglos IX y XVI; en Cuenca, una segunda sede de la colección fue inaugurada en diciembre de 2020 en la antigua iglesia de Santa Cruz.

De especial belleza es su Jardín de Esculturas, con piezas de Oteiza, Miquel Navarro, Kcho, Dagoberto Rodríguez o Alberto Corazón.