Con un faro y un acantilado: el sendero Mediterráneo para desconectar con vistas al mar

A un lado queda el mar Mediterráneo y sus praderas de posidonia, mientras que al otro se contemplan las vistas de los pinos y los algarrobos que crecen agarrados a la montaña. El sendero serpenteante que llega hasta el Faro de L'Albir está ubicado en pleno Parque Natural de Serra Gelada (Alicante), entre Benidorm, Altea y L'Alfàs del Pi.

La ruta, que abarca 2,5 km de ida (5 km en total), es ideal para introducir a los más pequeños en las caminatas. Comienza en un parking habilitado junto a una caseta de información. El buen estado del asfalto y la accesibilidad de la ruta, además, permite que las sillas de ruedas también puedan circular sin problemas. En algún momento, la senda se eleva suavemente por las estribaciones de la Serra Gelada.

Nada más empezar el recorrido se encuentra un espacio recreativo con merendero, donde se puede tomar un tentempié. Es recomendable llevar agua para esta ruta porque solo hay fuentes en esta zona de descanso. Además, a lo largo de toda la ruta hay muchos paneles informativos, con detalles sobre cada uno de los lugares que se atraviesan y que merecen atención.

Durante estos 5 km se puede disfrutar de acantilados al Mediterráneo, divisar todo el litoral de L'Albir —el pequeño núcleo de población más habitado de L'Alfàs del Pi—, observar en la distancia el Peñón de Ifach de Calpe, conocer diversas calas como la cala del Metge, ver las vistas que ofrecen varios miradores y conocer una antigua mina de ocre.

En el camino hacia el faro encontramos matorrales de lentiscos y otros arbustos mediterráneos entre los que destacan espartales, tomillares o lavanda y especies propias de la provincia de Alicante, como el Rabo de Gato o la Silene de Ifach, en peligro de extinción. También plantas aromáticas, coscojas o diversos rhamnus.

Piratas berberiscos y linterna para navegantes

El recorrido nos conduce hasta el extremo de la Punta Bombarda, emplazamiento de una antigua torre vigía construida en el siglo XVI como parte del sistema defensivo ideado por Felipe II para proteger la costa de los piratas berberiscos. Junto a sus ruinas se construyó el faro en 1863, convirtiéndose en una linterna para los navegantes en este trozo del Mediterráneo.

Por aquel entonces, el faro funcionaba a partir de aceite que era transportado en burro a través de escarpados caminos. El farero residía en el propio faro y cuando se internaba por los pinares se alumbraba con una linterna de petróleo. Décadas después llegaría el turismo y el Faro de L'Albir se haría más accesible con la carretera de asfalto construida en 1963.

Actualmente, es el único faro que se puede visitar en la Comunitat Valenciana y alberga un centro de interpretación, propulsado por energía solar, que aloja un museo con fotografías y antiguos instrumentos recuperados que cuentan historias de pescadores, fareros, campesinos y soldados.

A su alrededor se despliega un espectacular balcón que en los meses de verano se convierte puntualmente en escenario de conciertos de música clásica. Si tenemos suerte, desde allí se podrá contemplar a alguna familia de delfines mulares que suelen estar por la bahía ya que se acercan a menudo a la piscifactoría para alimentarse de peces y moluscos. Es es una de las pocas poblaciones de delfín mular de la península ibérica.

El momento más mágico para realizar la ruta, cuando se pueden hacer las mejores fotos en la conocida como 'hora azul', es al atardecer, con una luz más tamizada y mayor silencio.

Ruta 181

El Faro de L'Albir es uno de los 181 que forman parte de la llamada ruta 181 que une los faros de Higuer y de Punta S'arnella y atraviesa los Pirineos recorriendo varios países: España, Portugal, Andorra, Francia y también Gibraltar.

Se trata de una gran ruta circular que recorre 5.700 km de costa. La ruta 181 pasa por seis Reservas naturales de la Biosfera y una gran cantidad de parques naturales protegidos. Con esta ruta se busca disfrutar de los faros como referencias de un gran viaje en la península ibérica que permite conocerlos, así como su entorno y su historia.

Serra Gelada

El Parque Natural de la Serra Gelada y su entorno litoral es el primer parque marítimo-terrestre de la Comunitat Valenciana. Su superficie protegida cuenta con 5.564 hectáreas, de las que el 88% corresponden al medio marino. En sus aguas se encuentra una de las especies más importantes del Mediterráneo y vital para la fauna marina: la posidonia oceánica, que se puede contemplar desde el sendero.

Aunque el recorrido se puede llevar a cabo con todo tipo de calzado, se recomienda llevar zapatillas, e incluso escarpines, para poder bajar por las pistas de tierra a las tres calas que aparecen en este tramo costero de la Serra Gelada: la cala del Amerador, cuyo nombre se debe a que era el lugar donde se ponía a remojar el esparto recién cortado y luego crear cestos o capazos; la cala del Metge, llamada así por estar cercana a la casa del metge (médico); y la cala de la Mina, donde aún se conservan restos de una antigua mina de ocre rojo.

La Mina de la Virgen del Carmen es un reducto de la explotación de ocre que estuvo activo hasta principios del siglo XX. Una ruta alternativa en la que podemos descubrir la antigua vivienda del capataz y los raíles de las vagonetas que llevaban los minerales hasta la orilla del Mediterráneo para ser cargados en los barcos. También podemos ver la cueva Boca de la Ballena, cuyo nombre responde a la forma del socavón que recuerda a la boca de este mamífero.

Otra ruta interesante de la Serra Gelada es la que finaliza en la Punta del Cavall y comienza en la zona de Levante de Benidorm. Detrás queda el skyline de la ciudad de los rascacielos y el camino conduce hasta la cala del tío Ximo y la torre vigía de la Punta del Cavall, construida en el siglo XVII.