Japón en 15 días: la ruta imprescindible
Japón es un país para no perdérselo. Muy distinto a todo lo que hayas visto antes, con una cultura única, un patrimonio histórico espectacular y una vida moderna que rompe cualquier molde. Además, con una de las mejores gastronomías del mundo. Visto así, está claro que es un destino que ningún gran viajero se debería perder.
Un viaje de 15 días por Japón te permitirá visitar algunos de los lugares más importantes, interesantes y bonitos del país, pasando por Tokio, Kioto, Osaka, Himeji e Hiroshima. Con una semana no te daría tiempo a prácticamente nada, y teniendo en cuenta el tiempo invertido en ir, volver y luchar con el jet lag te arrepentirías de no haber ido con más calma. Pero eso sí, si tienes la fortuna de poder dedicarle todo un mes podrías recorrer buena parte del país y llegar hasta la isla de Kyushu, visitar Nagasaki, subir a los Alpes Japoneses y recorrer el Kumano Kodo.
Para visitar Japón en 15 días te vendrá muy bien tener en cuenta algunos consejos útiles para recorrer el país del sol naciente a tu aire, y así aprovechar mejor el tiempo. Si te preguntas qué ruta deberías seguir para no perderte sus principales imprescindibles, aquí tienes una propuesta infalible.
Tokio y sus contrastes
Lo más normal es que Tokio sea a donde llegues y desde donde te vayas, por lo que planea 3 ó 4 días para visitarlo, ya sea al llegar o al irte. Ten en cuenta que si viajas desde Europa el jet lag es bastante fuerte.
Tienes que pasar por barrios como los de Harajuku, Shinjuku o Akihabara, echar un rato en Shibuya, visitar templos como el de Sensoji y pasear por parques como el de Yoyogi. Y si no te importa darte el madrugón, ir también al mercado de pescado de Tsukiji.
Lo más sencillo es moverse en metro, las distancias son enormes, pero no dejes jamás de pasear tranquilamente por sus calles. Para los desplazamientos en transporte público lo más recomendable es hacerse con las tarjetas Suica, Pasmo o Icoca, recargables y fáciles de usar.
Kioto y sus alrededores
Kioto es sencillamente espectacular, es la antigua capital de Japón, sus barrios más antiguos te trasladan a otra época y puede que te cruces con alguna Geisha por sus calles. Para visitar esta ciudad necesitas al menos 3 días.
La lista de cosas que ver podría ser infinita, pero de ningún modo te deberías perder Kinkaku-ji (o el Pabellón Dorado), el barrio de Gion, el espectacular templo de Kiyomizu-dera, l bosque de bambú de Arashiyama, el templo de Ginkaku-ji, el peculiar jardín seco de Ryoan-ji o el Paseo de la Filosofía, especialmente si vas en primavera y coincides con el Sakura, cuando los cerezos están en flor.
Un día tendrás que planear salir de Kioto e ir hasta Fushimi Inari-Taisha, un lugar donde deberías ir sí o sí para conocer el santuario de los miles de torri.
Osaka y Nara
Osaka está realmente cerca de Kioto, a unos 20 minutos si viajas en Shinkansen, el tren bala japonés. Pero entre Kioto y Osaka está Nara, y ahí es necesario que hagas una parada de unas horas para pasear por su parque lleno de ciervos y visitar el descomunal templo Todaiji.
Una vez en Osaka puedes dedicar todo un día para visitar su castillo, el famoso barrio de Dotonbori de noche y el de Shinsekai, subir al Umeda Sky Building y disfrutar de la gastronomía más tradicional de la ciudad.
Himeji y su castillo blanco
En el trayecto de Osaka a Hiroshima tienes que parar a visitar Himeji, donde se encuentra uno de los castillos más bonitos de Japón. El castillo de Himeji es conocido como “el Castillo de la Garza Blanca” o Hakuro-jo, al recordar según la tradición a una garza a punto de emprender el vuelo. Es sin duda el más imponente de todo el país, por estructura, tamaño y belleza.
Gracias al impecable funcionamiento de los trenes en Japón puedes salir de Osaka temprano, parar a visitar Himeji y continuar después hasta Hiroshima.
Hiroshima y Miyajima
En una ruta de 15 días en Japón, y tras pasar por Tokio, Kioto, Osaka y Himeji, y lo que implicada cada parada, Hiroshima será el punto más lejano al que te dará tiempo a llegar. Como Nagasaki, Hiroshima es un verdadero Ave Fenix, y resurgió de sus cenizas, literalmente. Es básico que vayas al Museo de la Bomba Atómica y a ver el Atomic Bomb Dome, el edificio en ruinas que quedó en pie cerca del epicentro de la explosión.
Desde Hiroshima puedes acercarte a Miyajima para contemplar una de las imágenes más conocidas de Japón: su gran torii rojo en medio del mar frente al santuario de Itsukushima. A Miyajima puedes ir y venir en el día desde Hiroshima, donde te recomendamos al menos un par de noches.
Y si te sobran días… Matsumoto o el Fuji
Desde Hiroshima puedes viajar rápida y fácilmente hasta Kioto si lo necesitas, pero si después de todo esto te sobran días puedes hacer un par de paradas por el camino. Una sería en Matsumoto, para conocer su castillo negro, el “Castillo del Cuervo”, y otra podría ser acercarte al Fuji, aunque al menos sea para contemplarlo desde Kawaguchiko, en el lago Kawaguchi.