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Seis planes para conocer a fondo la isla de Sri Lanka

Sri Lanka está llena de vida, tanto dentro como fuera del agua.

Roberto Ruiz

Sri Lanka es un destino al que podrías dedicar una visita de al menos 15 días. Suele incluirse en muchos trayectos en los que se pasa también por Maldivas, pero la isla de la antigua Ceilán se merece un viaje para sí sola.

Si te llama la India, pero te parece que su ritmo puede ser demasiado agobiante para ti, entonces Sri Lanka se convierte en el destino perfecto. Tienes cultura y naturaleza a raudales, una gastronomía rica, un pasado colonial, playas de postal y una población abierta, amable y hospitalaria. 

Si quieres dedicar unos días a descubrir la que llaman “la lágrima de India” aquí te proponemos unos cuantos planes infalibles para conocerla a fondo. Además, entre ellos incluimos una propuesta solidaria que será difícil de olvidar.

Disfrutar de su naturaleza, su flora y su fauna

Sri Lanka es uno de los países con mayor número de reservas naturales del mundo. Su fauna es uno de sus mayores atractivos y no tendrás más que visitar alguno de sus Parques Nacionales para comprobarlo. Flora y fauna pueden llegar a ser exuberantes y haciendo un pequeño safari fotográfico podrás ver un buen número de animales salvajes. 

El Parque Nacional Yala es uno de los más famosos, y también uno de los más concurridos, pero cuenta con una de las mayores densidades de leopardos del mundo. En los Parques de Minneriya y Kaudulla se encuentra una de las mayores poblaciones de elefantes de Sri Lanka, y podrás ver un gran número de ellos campando a sus anchas y en libertad. Si te gusta la ornitología el Parque Nacional Bundala es un refugio fundamental para un gran número de aves migratorias que pasan por Sri Lanka, pero tanto en unos como otros siempre tienes altas posibilidades de avistar ciervos, cocodrilos, búfalos, jabalíes, mangostas y osos. 

Conocer el esplendoroso pasado de su cultura

Culturalmente Sri Lanka te atrapará y su historia te la contarán ruinas que se remontan al siglo IV a.C. El triángulo cultural de Sri Lanka lo forman las ciudades de Anuradhapura, Polonnaruwa y Sigiriya, todas ellas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1982. Para visitarlas en orden cronológico deberás comenzar por Anuradhapura, la que fue la primera capital de la antigua Ceilán. Aquí encontrarás numerosas ruinas y enormes dagobas (estupas), los restos de importantes palacios y templos imponentes, además del Sri Maha Bodhi, el árbol sagrado del budismo. 

Polonnaruwa tomó el relevo como capital del país en 993, sus restos son extensos y los edificios civiles y religiosos se suceden unos tras otros. Si alquilas una bicicleta podrás recorrerlos a tu aire, sorteando algún que otro mono. Y por último la antigua ciudad de Sigiriya se encarga de cerrar este triángulo cultural. Su peculiaridad es la ubicación de sus ruinas, sobre una enorme roca de origen volcánico, conocida como La Roca del León, que sobresale por encima de la selva. Si quieres contemplarla en todo su esplendor lo mejor es subir al cercano cerro de Pidurangala. Si a todo esto incluyes una visita a las cuevas de Dambulla, mejor que mejor.

Viajar a las tierras altas en busca de té

Las tierras altas se encuentran en las montañas, a casi 2.000 metros de altitud. Y allí, donde el clima es fresco y las nubes tocan los montes, los colonos británicos encontraron el mejor lugar para sus plantaciones de té, el origen del famoso té ceilandés. Para llegar hasta aquí te espera uno de los trayectos en tren más bonitos del mundo, sobre todo cuando realizas el trayecto que une las localidades de Kandy, Nuwara Eliya y Ella. Irás serpenteando entre montañas de té con el traqueteo de las viejas vías del ferrocarril.

Tanto si te gusta el té como no es recomendable visitar una de las fábricas que allí lo elaboran y desde donde se exporta a todo el mundo. Mackwoods siempre ha sido una de las fábricas más míticas que se pueden visitar desde Nuwara Eliya, pero un reciente cambio de dueño te hará preguntar ahora por la de Damro Labookellie Tea. Aquí conocerás las plantas de té, la recolección de las hojas, la selección, su secado y todo su proceso de transformación hasta que puedes degustarlo en una infusión. 

Entre las plantaciones también encontrarás a las recolectoras del té, las manos expertas que seleccionan las mejores hojas y las cargan en sus cabezas. Ellas son la columna vertebral de una economía desigual, liderada por hombres que ejercen un papel de control y que levanta críticas por el nivel de dependencia que genera ante los dueños de las plantaciones. Es la otra cara del té. La que solo se ve cuando llegas hasta allí.

Probar los platos más tradicionales y sabrosos

Si te gusta probar platos y sabores diferentes estás de enhorabuena, porque en Sri Lanka vas a encontrar cosas muy ricas y sabrosas. Aquí el plato más popular, y que además está bien bueno, es el kothu roti, o simplemente kothu. Se elabora a base de trocear el pan típico de Sri Lanka, el roti, de trigo y prácticamente plano, mezclándolo sobre una plancha con verduras, huevo y normalmente pollo. Lo más característico del kothu roti es el sonido de las espátulas del cocinero golpeando la plancha, en cuanto lo identifiques ya sabrás dónde puedes comer algo rico.

Pero hay más cosas, cómo no. En Sri Lanka también encontrarás un buen curry, samosas, rotis rellenos de pescado y vegetales, algún plato elaborado con jackfruit… Y no deberías dejar de probar un egg hopper para desayunar o un rico pol sambol de coco, cuando lo pruebes querrás repetir una y otra vez, día tras día, y así hasta que te vayas del país.

Huir del bullicio de Colombo y encontrar la paz en las playas del sur

Por la capital de Sri Lanka, Colombo, pasarás al llegar y al marchar, pero poco más. Es una ciudad ruidosa y ajetreada que no tiene nada turísticamente interesante. Su contrapunto lo encontrarás en las playas del sur, donde todo es más calmado y el ritmo se ve ralentizado. Son lugares de postal, con palmeras y orillas de arena clara. Si buscas relax lo encontrarás en lugares como Medaketiya, Unawatuna y Mirissa. Además, desde esta última se organizan excursiones para el avistamiento de ballenas azules. En tu vida podrás ver un animal más grande, porque no lo hay. Si a todo esto quieres agregar una visita cultural pásate por Galle, que es Patrimonio de la Humanidad y conserva edificios coloniales. 

Dedicar un tiempo a los demás

Si vas a Sri Lanka y quieres hacer algo menos turístico, y sí conocer mejor su comunidad local, te recomendamos que vayas a la pequeña población de Matale. Aquí no encontrarás ruinas, ni elefantes, ni templos importantes, pero sí la St. Francis Boys Home, un proyecto de acogida llevado por franciscanos que lleva dando hogar a los niños más necesitados desde hace 50 años. Allí entre 40 y 50 chavales de entre 4 y 18 años te darán la bienvenida con los brazos abiertos, serás una novedad y una oportunidad de oro para practicar el inglés que estudian en sus escuelas, para jugar, para entretenerse y para compartir un rato contigo. Aquí tienes un buen ejemplo de lo que es pasar un tiempo con los niños de Matale.

Conocerás la otra cara de Sri Lanka, pero una cara que te sonreirá llena de ilusión. Si tienes unas horas, perfecto, y si tienes unos días, todavía mejor. Cualquier rato que compartas con los chicos de Matale te lo agradecerán. Para contactar con ellos puedes hacerlo a través de la Fundación Gomaespuma, quienes tienen un proyecto de desarrollo con ellos, o a través de la página web de la St. Francis Boys Home de Matale.

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