Guimerà: qué ver y hacer en este pueblo medieval de calles laberínticas y empinadas

Vistas de la ladera sobre la que se levanta Guimerà

Elena Segura

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Las laberínticas calles de Guimerà, en la provincia de Lleida, nos invitan a perdernos descubriendo todos sus recovecos mientras conocemos retazos de la historia y cultura de estas tierras. Guimerà es una opción perfecta para organizar un viaje estas vacaciones y conocer uno de los pueblos medievales más bonitos de Catalunya. Parte de su encanto reside, además, en lo bien que se ha conservado, lo que ha hecho que no se haya tenido que restaurar tanto como otras localidades.

Vamos a hacer un recorrido a través de sus calles, levantadas junto a sus edificios en la ladera de un cerro. Solo, con amigos o en familia, no olvides tu cámara de fotos para capturar las bellas vistas que ofrece Guimerà al visitante.

Una de las mejores vistas de Guimerà la encontramos en la carretera que lleva hasta la localidad desde Vallfogona de Riucorb, donde encontrarás un aparcamiento. Desde aquí, para llegar al pueblo hay que cruzar el río Corb, pero antes te aconsejamos dar un paseo por su orilla para contemplar otra perspectiva de este municipio.

A la otra orilla del río, encontramos algunos cafés con mesitas donde si te apetece hacer una parada no puedes dejar de probar las típicas arengades (sardinas rancias maduradas en salazón). Ahora sí, empezamos nuestra ruta por el pueblo desde su parte baja, e iremos ascendiendo poco a poco por sus calles empedradas –que parecen sacadas de un cuento medieval– hasta el castillo o la iglesia de Santa María.

Arcos y fuentes

A lo largo de nuestro paseo nos vamos a encontrar con muchos arcos esculpidos entre los edificios y preciosas fuentes de piedra; la primera, en la calle Santa Tecla, famosa por la riada de 1874 en la que perdieron la vida casi cuarenta personas. En una de las paredes han colgado una placa conmemorativa en la que se indica la altura a la que llegó el agua al desbordarse el río. Paseando por Guimerà puedes rememorar además todas las guerras y batallas que han escenificado en sus calles

La arquitectura del pueblo es su principal encanto. Así que te aconsejamos que no la pierdas de vista y te maravilles con sus fachadas, sus balcones, puertas y los detalles de sus ventanas. Una de las calles más fotografiadas es la de la Capella, una de las más características sin duda. Desde allí, podemos callejear hasta tropezar con otras de las favoritas de locales y viajeros, las del Cacao y la Cendra, esta última con sus galerías cubiertas. Nos encontramos en la parte media de la ladera sobre la que se levantó Guimerà.

El castillo, la iglesia y unas vistas de ensueño

Un empujón más y llegamos a la cima, coronada por las ruinas del castillo, fortificación de la que se ha conservado en parte una torre a la que podemos subir unas pequeñas y estrechas escaleras de caracol para disfrutar de unas maravillosas vistas de la comarca del Urgell y los tejados de Guimerà. Muy cerca encontramos la plaza de la Iglesia gótica de Santa María (siglo XIV).

En la fachada de la iglesia encontramos un pórtico románico y en uno de los laterales, tres arcos. En uno de ellos podemos visitar el sarcófago de la familia Aguiló, con un águila esculpida en la piedra.

En el interior de la Iglesia se podía contemplar antaño el retablo de Guimerà, pintado por Ramon de Mur entre 1402 y 1412. Con 7,3 metros de alto y 5,2 de ancho, este retablo es uno de los más grandes de la época. Se conservan 23 tablas de las 32 que lo componían que podemos visitar en el Museo Episcopal de Vic.

Tampoco puedes perderte en la Plaza Mayor el Museo local, 'La Cort del Batlle' (la corte del alcalde), una visita obligada para conocer algunas pinceladas de la historia del pueblo y de su patrimonio cultural y artístico. Está adaptado para personas con movilidad reducida.

La Cort del Batlle

Toma su nombre del organismo 'La Cort del Batlle' que durante la Edad Media servía de sede de justicia. Todos los martes y viernes el alcalde hacía acto de presencia para juzgar los casos pendientes en nombre del señor feudal. Más tarde el edifico albergó el Ayuntamiento. Debido a su deteriorado estado, en los años 60 se derrumbó y restauró totalmente.

En el Museo encontramos la exposición 'Tierra de Monasterios', en la que uno de los principales protagonistas es el Monasterio de Vallsanta, que se encuentra en la zona y que no podemos dejar de visitar. En el Museo se exponen once lápidas de abadesas y priores que fueron halladas en unas excavaciones en 2011.

El pozo de hielo –empleado durante siglos para conservar pescado y otros productos–, el santuario de la Bovera y la capilla de Sant Esteve son otros puntos importantes del patrimonio cultural del pueblo.

Mercado medieval en agosto

Si tienes la oportunidad de visitar Guimerà y sus alrededores en agosto, no lo dudes. Los días 10 y 11 de agosto se celebra su popular Mercado Medieval, uno de los principales atractivos del pueblo, ya que durante esos dos días se convierte en un verdadero pueblo de la Edad Media con sus puestos de productos tradicionales y artesanales, una cuidada decoración de las calles principales y espectáculos que nos trasladarán a una atmósfera de tiempos ancestrales.

Durante ese fin de semana, se instalan más de un centenar de puestos en la localidad que representan hasta una veintena de oficios del medievo, y varios grupos de actores y actrices actúan sin descanso por los principales barrios de Guimerà y la orilla del río.

Año tras año desde hace ya tres décadas, se ha convertido en unas de las ferias medievales más reconocidas y visitadas de la comarca. Rememora una fecha: el 18 de julio de 1294, cuando el rey Jaume II otorgó a la antigua ciudad de Guimerà por primera vez derechos para celebrar su mercado semanal.

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