Los mejores chiringuitos (de playa y montaña) para disfrutar de la puesta de sol
Puede que la Summertime Sadness (tristeza veraniega) a la que Lana del Rey le dedicó una canción allá por 2012 y que todos, en mayor o menor medida, empezamos a experimentar cuando sentimos que el verano avanza desbocado hacia septiembre, tenga su origen en el considerable aumento de atardeceres al que sometemos a nuestras pupilas en los meses de calor.
Aunque su habitual belleza nos despiste totalmente del concepto base e incluso haya quien organice sus vacaciones en torno a la caza de las luces más encendidas del cielo, cada atardecer es un final perfectamente vestido de colores, pero un final, al fin y al cabo.
Para que la tristeza veraniega no te atrape entre un ocaso y otro, un buen remedio es disfrutar de las últimas luces del día desde un chiringuito en el que la música y el buen comer –y beber– le resten un poco de intensidad al momento, que no al espectáculo de luces.
Te mostramos siete chiringuitos para ver el atardecer junto al mar y un bonus final para disfrutar de las últimas luces del día sobre las cumbres del Pirineo.
Cova d’en Xoroi - Menorca
Perfectamente colgada sobre los acantilados de la costa sur menorquina, Sa Cova d’en Xoroi es un clásico de la isla que, desde su apertura en 1964, ha sabido adaptarse a la demanda de todo tipo de públicos, ya que abre sus puertas por la mañana y no vuelve a cerrarlas hasta el amanecer.
Pero si hay un momento mágico en este capricho geológico, ese es el del atardecer. Desde el año 2000 se puede acceder a Sa Cova en dicho tramo del día comprando una entrada que cuesta 25€ por persona y que incluye música en directo, una consumición y el mejor atardecer de Menorca.
Chiringuito Cala Escondida - Sant Josep de Sa Talaia, Ibiza
Que Ibiza es a las Baleares lo que Cádiz a Andalucía en términos de atardeceres es algo sabido. Al igual que sabemos lo extremadamente abarrotados que suelen estar todos los sunset spots (los lugares populares donde ver el atardecer) en la isla blanca, sin que se tenga en cuenta muchas veces la relación calidad-precio de los chiringuitos que se ubican en ellas.
Por eso, nuestra recomendación ibicenca va para el Chiringuito Cala Escondida, un lugar más auténtico y, tal vez, más modesto en oferta que sus competidores de Cala Conta, en el que, sin embargo, tanto la puesta de sol como la escueta pero deliciosa carta de picoteo y bebida, son de los más espectaculares de la isla.
Xagó Surf Co - Avilés, Asturias
Existe una playa al otro lado de la ría de Avilés que, aunque pueda sonar desconocida para el gran público, es una joya asturiana para los amantes del surf; la Playa de Xagó.
Justo en lo alto, se ubica un antiguo restaurante de pescadores, hoy reconvertido en un bar surfero en el que sus dueños han sabido aprovechar todas las posibilidades del antiguo local, respetando los grandes ventanales por los que el sol se cuela a todas horas, creando un ambiente mágico al atardecer, incluso aunque no esté orientado frente a la puesta de sol.
Un lugar de encuentro para la juventud de la zona en el que las cervezas artesanas de elaboración propia, la madera, los materiales reciclados y la música en directo, que suele programarse cada fin de semana del verano, son la seña de identidad y, a la vez, tres de los motivos por los que regresar al Xagó Bar una y otra vez.
El último es la deliciosa comida venezolana servida por Lachamafood en el propio local, perfecta para acompañar la irresistible cata de cervezas artesanales.
El Peñón de Sopelana - Sopelana, Bizkaia
Un snack-bar y restaurante en el que lo mismo se puede disfrutar de unos pintxos, una deliciosa hamburguesa o, si se elige la planta superior del local, donde se ubica el restaurante, de un plato del mejor marisco.
Todo ello respaldado por unas inmejorables vistas a la Playa de Sopelana, siempre acariciada por la brisa, y a una altura desde la que la puesta de sol es una de las mejores de la costa vizcaína.
Sunset Loco Beach - Bolonia, Cádiz
El Sunset Loco Beach es uno de los chiringuitos que se encuentran en Playa Bolonia, una de las playas más famosas de Cádiz. Entre la amplia oferta que se sitúa cercana a las ruinas romanas de Baelo Claudia –sin duda, uno de los grandes atractivos de la playa gaditana– el Sunset Loco Beach destaca por su ambiente mágico y cálido.
Los increíbles mojitos con los que podrás acompañar tu puesta de sol son uno de sus grandes atractivos, además de su ambiente desenfadado y la música en vivo que suena en las noches de verano.
Cortijo El Cartero - Playa El Palmar, Vejer de la Frontera (Cádiz)
El chiringuito de moda de la playa de El Palmar tiene, en realidad, poco que ver con la idea de chiringuito que todos tenemos en la cabeza.
Su oferta gastronómica, basada en el producto de proximidad, hará las delicias de los paladares más experimentados, aunque también se puede optar por ocupar una de sus mesas altas y disfrutar de un cóctel o una cerveza bien fría mientras el sol desaparece en el horizonte.
La música en directo y uno de los mejores ambientes de la playa lo convirtieron hace pocos años en uno de los imprescindibles de El Palmar.
Xiringuito del Pas - Port de la Selva, Girona
El Xiringuito del Pas es una de las direcciones favoritas de los locales para tomar una cerveza sin las pretensiones ni artificios que a menudo acompañan a este tipo de establecimientos.
Situado en pleno Port de la Selva, dicen los que lo conocen que el perfecto desorden que se respira en el Xiri del Pas es parte de su encanto, como si fuera una extensión del caos rocoso que rodea a esta zona del Alt Empordà, telón de fondo de uno de los atardeceres más espectaculares de la zona.
Tanto las caprichosas formas geológicas de esta zona de la Costa Brava como el fulgor de sus puestas de sol explican que este entorno fuera una de las mayores fuentes de inspiración de Salvador Dalí.
Refugio Marradetas - Plan, Huesca
Para todos aquellos que, a pesar de dejarnos hipnotizar eventualmente por una puesta de sol al borde del mar, nos sigue pareciendo un poco más inspirador ver al sol ponerse tras las altas montañas, también existen opciones accesibles.
El Refugio Marradetas, situado en el Puerto de Sahún, el collado que separa los valles de Chistau y Benasque, es una de ellas. Para acceder hay que transitar, durante media hora larga, por una pista forestal en relativamente buen estado, tanto si se accede desde el pueblo de Plan, en Chistau, como si se hace desde Chía, en el Valle de Benasque.
La recompensa al llegar arriba habrá merecido cada uno de los baches del trayecto, e incluso algunos más. Un refugio de montaña desde cuya terraza podremos disfrutar del espectáculo de los últimos rayos del sol escondiéndose por detrás de la cumbre del Monte Perdido, el estandarte del Parque Nacional de Ordesa.
Todo ello acompañado de una cerveza fría y, si se quiere, de una buena carne de la zona. Aquí lo único que no hay es música, ni falta que hace.
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