Suele decirse que a nadie le amarga un dulce, y qué mejor manera de comprobarlo que un repaso por las panaderías y pastelerías populares de España para saber cuáles son algunas de las favoritas. Tanto para los propios residentes como para los extranjeros que están de visita.
Con sus elaboraciones de repostería, estos establecimientos llevan en muchos casos décadas haciendo las delicias del público. Algunos incluso han logrado sobrevivir a guerras, recesiones y pandemia, por lo que son un símbolo de sus regiones. Y también los hay nuevos, que con sus creaciones pasteleras se merecen ser destacados.
Gracias a sus productos artesanales hechos a diario, son una visita obligada si se viaja a alguna de estas localidades.
Las panaderías y pastelerías más populares de España
El Pozo, Madrid (Pozo, 8)
Se trata de la pastelería más antigua de la capital, y ya son tres las generaciones de sucesores de Julián Leal a cargo del negocio.
Basta con ingresar al recinto para encontrarse con todos los elementos típicos de un siglo atrás, como su barra de madera y mármol, acompañada de una antigua caja registradora y una clásica balanza de dos platos. Pocas conservan tanto mobiliario original.
Fundada en 1830 por la familia Aguado y vendida un siglo más tarde a sus actuales dueños, la familia Leal, no es por sus muebles que miles de personas la visitan cada semana. Sus hojaldres rellenos están entre los mejores de España, y son especialmente recomendables los de crema y cabello de ángel. Por supuesto, esta es sólo una excusa para probar algunos manjares más.
En fiestas de la ciudad y festividades religiosas preparan numerosas recetas tradicionales que se acaban en cuestión de horas.
Zuricalday, Bizkaia (Andrés Larrazábal, 3, Getxo)
Con dos locales, uno en la zona de Las Arenas y otro en la zona de Algorta –este con salón de té–, Zuricalday es otra pastelería centenaria. Cuenta la historia que fue fundada en 1917 por José María Bayo, nieto de Martina Zuricalday, y de ahí la elección del nombre.
Su bollo de mantequilla es probablemente el más reconocido de todo el territorio nacional y el secreto está en sus características. Siguiendo los pasos tal cual se hace en Francia, tiene forma cuadrada y no ovalada y, al ser cortados a mano, todos son únicos.
Más allá de los bollos, debes pedir sus tartas, dulces y pasteles. Y una mención aparte para sus exquisitos chocolates.
Pastelería Escribà, Barcelona (Rambla de les Flors, 83)
Fundada en 1906, es un negocio familiar que subsiste gracias a sus ricos, originales y grandes pasteles. Christian Escribà es la cuarta generación de pasteleros del lugar y hasta el mismo chef Ferran Adrià le define como un creativo transversal y global que utiliza el dulce como lenguaje para expresarse.
Tienen diversas tiendas pero destaca la situada en las Ramblas, donde hay más variedad. Lo más destacado son los pasteles personalizados para eventos.
Ochoa, Sevilla (Sierpes, 45)
El clima más cálido del sur no impide que los vecinos de Sevilla se priven de las maravillas que ofrece Ochoa en su salón de té. Desde el año 1910, quienes pasan por allí se detienen un momento a desayunar o merendar aprovechando los menús del día.
Pero si no tienes tiempo de quedarte, hay buenas opciones pues su bollería y pasteles no están nada mal. Y ahora que se viene el caluroso verano andaluz, nada mejor que sus helados con casi 30 sabores variados.
La Rosa de Jericó, Valencia (Hernán Cortés, 14)
Este negocio familiar data del año 1890 y va ya por la cuarta generación de representantes de la familia Jericó al mando del mismo. Confitería y bombonería de las de antes, mantienen las fórmulas que les llevaron a destacar adaptándolas a los tiempos actuales.
Los preferidos del público son sus merengues de espuma y la punta de diamante, que están entre los más vendidos cada semana.
Rocambolesc, Barcelona (La Rambla, 51-59)
Entre tanta pastelería centenaria, hay una más novedosa. Rocambolesc, creada por Jordi Roca, el pequeño de los hermanos del Celler de Can Roca, mejor restaurante del mundo en varias ocasiones, ofrece helados bombones, repostería general y creativa. Es un proyecto que nació junto a su esposa, la repostera Alejandra Rivas. Ahora tienen también Rocambolesc Confitería con helados bien diferentes, de diversos sabores y sus toppings y golosinas.
Confitería Blanco, Cantabria (Consolación, 11, Torrelavega)
Los amantes del hojaldre deben conocer necesariamente esta pastelería que es un auténtico orgullo cántabro. Es justamente con las materias primas locales que elaboran recetas hojaldradas como polkas, palmeritas y almendrados. Tan grande es la demanda que hace años distribuyen sus artículos a todo el país para que ningún español pierda la oportunidad de degustar un hojaldre delicioso.
Takashi Ochiai, Barcelona (Calle del Comte d'Urgell, 110)
Hay un poco de todo y es destacada porque en 2013 ganó el premio al mejor croissant de España. Pero más allá de este importante título, lo más interesante son sus postres japoneses. Desde mochis a galletas de jengibre y helados, pasando por pasteles de matcha. Si quieres aprender más sobre ello, tienen cursos de pastelería nipona.
Vanille Bakery Lab, Madrid (Calle Donoso Cortés, 8)
Se definen como un horno laboratorio especializado en panadería 100% masa madre, bollería gourmet y alta pastelería. Con sus dos locales en las calles Donoso Cortés y Santa Engracia en Madrid, esta pastelería cuenta con variedad de pasteles, postres y panes.
Son reacios a la industrialización para no perder su esencia y el valor que le dan a lo artesano, así que no te puedes perder sus productos cada mañana o a media tarde.
Un repaso a estas tiendas seguro que te despierta el apetito, hay muchas más con diversas especialidades y un saber hacer que une tradición y también modernidad a la hora de probar desde dulces variados a pasteles bien distintos.