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Mercadillos navideños alternativos: siete destinos no tan conocidos y más asequibles

La Navidad está a la vuelta de la esquina y con ella llega uno de los mejores momentos del año para viajar por Europa: ciudades iluminadas, aroma a especias en el aire y mercados navideños que parecen sacados de un cuento. 

Hay lugares en los que el invierno se vive de manera especial, con luces que iluminan las noches frías, copos de nieve cayendo y la sensación reconfortante de tener un vaso de vino caliente en las manos. Los mercados navideños son auténticos epicentros de magia, donde artesanía, gastronomía y tradición se combinan en un ambiente acogedor que nos invita a olvidarnos del estrés cotidiano.

Más allá de los famosos mercados de Alemania, Francia o Austria, hay destinos menos masificados y más asequibles que ofrecen experiencias igual de memorables. Si buscas vivir una Navidad diferente sin descuadrar mucho tu presupuesto, aquí tienes siete destinos europeos no tan conocidos que albergan mercados navideños llenos de encanto.

Tallin, Estonia

Si alguna vez soñaste con caminar por un mercado navideño que parece sacado directamente de un cuento de hadas, Tallin es tu destino. En la Plaza del Ayuntamiento, rodeada por edificios medievales perfectamente conservados, se instala un mercado que es pura magia.

Aquí puedes disfrutar del glögi, un vino caliente especiado, mientras paseas entre los puestos que venden artesanías locales y dulces tradicionales como el piparkoogid, las típicas galletas de jengibre estonias. En el centro de la plaza se alza un enorme árbol de Navidad, una tradición que, según cuentan, se mantiene desde 1441.

Tallin no es solo su mercado: su casco histórico, con murallas y torres medievales, es perfecto para perderse entre sus calles y descubrir una Navidad totalmente diferente.

Bratislava, Eslovaquia

Mientras Viena se llena de turistas en Navidad, la cercana Bratislava ofrece una alternativa igual de atractiva, pero mucho más tranquila. Su mercado navideño se celebra en la Plaza Hlavné, donde el aroma de las especialidades locales, como el lokše (tortillas de patata rellenas) y el vino caliente especiado, llena el aire. Allí mismo, además, es donde nos espera su enorme árbol de Navidad.

En la plaza de Františkánske hay un escenario con música y en la de Primaciálne un bosque navideño. El ambiente es íntimo y acogedor, con menos aglomeraciones y una sensación de proximidad que lo hace especial. Además, Bratislava tiene un precioso casco histórico que se ilumina con miles de luces y es perfecto para un paseo navideño. Si tienes tiempo, no dejes de visitar el Castillo de Bratislava, que ofrece vistas espectaculares del Danubio y la ciudad.

Riga, Letonia

La capital de Letonia es conocida como el lugar donde se decoró el primer árbol de Navidad, allá por el siglo XVI. Esta ciudad, con su arquitectura modernista y calles empedradas, es un destino perfecto para quienes buscan un ambiente auténtico y lleno de historia.

El mercado navideño de Riga se celebra en la plaza de la catedral, donde puestos de madera ofrecen productos tradicionales bálticos, como ropa de lana tejida a mano, decoración navideña de madera y deliciosos dulces locales, todo envuelto en un ambiente que huele a jengibre y canela.

Además del mercado, no puedes perderte el casco antiguo de Riga, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con sus estrechas calles llenas de luces y su llamativa catedral ortodoxa de la Natividad.

Gdansk, Polonia

El mercado navideño de Gdansk combina lo mejor de las tradiciones polacas y escandinavas en un entorno encantador. Ubicado en el centro histórico de la ciudad, este mercado ofrece espectáculos en vivo, una pista de patinaje y una gran variedad de comida internacional, desde pierogi (las típicas empanadillas polacas) hasta pasteles de inspiración nórdica.

El ambiente se completa con decoraciones hechas a mano, un tiovivo tradicional y una estructura en forma de molino que se ilumina por la noche. Además, Gdansk es una ciudad con mucha historia, ideal para explorar sus calles adoquinadas, visitar la Iglesia de Santa María o pasear por el puerto junto al río Motlawa.

Liubliana, Eslovenia

Liubliana se distingue por su enfoque innovador de la Navidad. Las orillas del Ljubljanica cobran vida con los puestos ornamentados que se extienden por toda la ciudad, ofreciendo una variedad de productos artesanos, regalos, comidas y bebidas tradicionales, acompañados de un programa de eventos culturales que se llevan a cabo diariamente en las calles y plazas cercanas.

No falta la música en vivo y los espectáculos callejeros que crean un ambiente acogedor y festivo. No olvides probar el potica, un pastel tradicional relleno de nueces, aunque también puede ser de avellanas, estragón, amapola o queso.

La ciudad en sí es un regalo para disfrutar de esta época del año, con su castillo en la colina y un centro histórico peatonal que invita a perderse entre calles decoradas con luces y adornos.

Zagreb, Croacia

Si hay un mercado navideño que sorprende a todos los que lo visitan, ese es el de Zagreb. La capital de Croacia ha sido galardonada varias veces como uno de los mejores destinos navideños de Europa. Durante el Adviento, la ciudad se transforma por completo con decoraciones espectaculares, pistas de patinaje al aire libre y calles llenas de puestos de madera que venden desde decoración hasta dulces locales.

La plaza Ban Jelačić acoge el mercado, con un gran árbol de Navidad y un escenario para música en vivo. Pero si hay algo que no puedes dejar de probar aquí es el strukli, un plato tradicional croata de pasta rellena de queso fresco u otros ingredientes que es perfecto para combatir el frío. Además, Zagreb cuenta con rincones encantadores como el túnel Grič, que se ilumina con luces y adornos navideños, y un tranvía especial decorado como si fuera un taller de Papá Noel.

Estrasburgo, Francia

Aunque no es del todo desconocido, el mercado navideño de Estrasburgo merece un lugar en esta lista. Considerado uno de los mercados navideños más antiguos de Europa, se celebra desde 1570 y tiene un aire auténtico que muchos de los grandes mercados han perdido.

Los mercados navideños de los preciosos pueblos de la Alsacia francesa son tan famosos que cuesta andar por sus calles, pero en Estrasburgo el ambiente es diferente. En la Plaza de la Catedral, rodeada de edificios alsacianos con entramado de madera, se levantan los tradicionales puestos donde puedes encontrar productos locales, como vinos de Alsacia, panes de especias y decoraciones hechas a mano.

Con su mezcla de cultura francesa y alemana, Estrasburgo es un destino ideal para quienes buscan una Navidad auténtica y tranquila, lejos de las multitudes de otras grandes ciudades europeas.