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Ourense en un fin de semana: una escapada entre termas, monumentos y buena gastronomía a orillas del río Miño

El Puente Romano de Ourense, con el Puente del Milenio detrás.

Roberto Ruiz

Ourense, la capital termal de Galicia, es una ciudad llena de historia, paisajes fluviales, sabores tradicionales y rincones con un encanto inconfundible. Aunque suele ser menos visitada que otras ciudades gallegas como Santiago de Compostela o A Coruña, Ourense se ha convertido en una joya oculta para quienes buscan un destino lleno de autenticidad, sin aglomeraciones y con una oferta de actividades para un fin de semana completo. Su casco antiguo, sus termas y su ambiente acogedor hacen de esta ciudad un destino ideal para disfrutar durante dos o tres días.

Desde la época romana, Ourense ha sido famosa por sus aguas termales, como las que fluyen en el centro de la ciudad, en As Burgas, que ya los antiguos habitantes consideraban un tesoro medicinal. Además, Ourense destaca por su bien conservado casco antiguo, sus calles empedradas, sus monumentos centenarios y su gastronomía gallega de primer nivel. Si planeas una escapada de fin de semana, aquí tienes una propuesta completa para conocer Ourense de viernes a domingo y darle a tu cuerpo un merecido descanso. 

Viernes tarde 

  • Llegada y primer paseo

Nada más llegar a Ourense, puedes empezar adentrándote en el casco antiguo, que es el corazón histórico y donde se encuentran muchos de los monumentos más importantes. Te recomendamos iniciar el recorrido en la Plaza Mayor, un lugar peculiar por su inclinación y rodeada de bonitos soportales y el edificio del Concello de Ourense. Allí está la iglesia de Santa María Madre, sencilla y bonita, y a pocos metros, pasando por la Plaza de las Damas, encontrarás la Catedral de San Martiño, una de las joyas de la ciudad con más de ocho siglos de transformaciones que han dejado un popurrí de estilos arquitectónicos. Merece la pena entrar para admirar el famoso Pórtico del Paraíso, con sus policromías originales. 

Al salir acércate a la iglesia de Santa Eufemia, que con su imponente fachada es una excelente muestra del barroco gallego. Con esto ya tienes suficiente para hacerte una buena idea del arte religioso que atesora la ciudad de Ourense. 

  • Cena y tapeo en Os Viños

Ya que estás en el centro, las callejuelas que rodean la catedral (Unión, Hornos, Lepanto, Hierro, San Miguel, Eironciño…) son conocidas como Os Viños, la zona de tapeo perfecta para una primera toma de contacto con la gastronomía gallega. Con una alta concentración de bares de larga tradición, lo suyo es probar bocados a pie de barra en paradas cortas, para así pasar por varios sitios y disfrutar de diferentes especialidades. Entre pincho y pincho, seguro que caerá algo de pulpo, alguna empanada, diversos quesos y otras delicias gallegas. No olvides que los vinos de la zona, como los de la Ribeira Sacra o Monterrei, complementan perfectamente los sabores de la gastronomía ourensana.

Sábado al completo 

  • Termas y paseo arqueológico

Comienza el sábado con una de las experiencias más representativas de Ourense: sus aguas termales. En pleno centro puedes optar por las termas de As Burgas, unas fuentes termales de origen romano y todo un símbolo de la ciudad. Allí una lámina de casi 200 m2 de agua termal al aire libre nos ofrece un baño único, rodeados de la historia de la ciudad. Son de acceso gratuito y aunque el agua alcanza los 60ºC, se enfría hasta los 38 o 40ºC para convertirse en el baño perfecto en cualquier época del año

Si quieres un entorno más natural, las riberas del río Miño constituyen la gran arteria verde de la ciudad. Allí la ruta termal del Miño cubre unos 4 kilómetros de senda peatonal a orillas del río y conecta hasta siete espacios termales. Rodeados de naturaleza, estas termas ofrecen un ambiente tranquilo y relajante.

Si te queda tiempo, puedes continuar la mañana visitando el Conjunto Arqueológico de Santomé, a unos minutos de la ciudad. Un interesante yacimiento donde podremos visitar diversos vestigios de construcciones celtas y romanas en un frondoso bosque de robles y alcornoques. El lugar idóneo para tomar perspectiva sobre Ourense y sus primeras poblaciones.

  • Sabores de la Plaza de Abastos

El sábado puede ser buen día para ir a conocer la Plaza de Abastos de Ourense. Aunque su edificio original de estilo clasicista se encuentra en proceso de reforma desde hace varios años, el mercado se encuentra instalado en un recinto provisional en los jardines de la Alameda. Aquí, entre puesto y puesto, podrás conocer de primera mano la reputada calidad de la gastronomía gallega justo antes de sentarte a degustarla en algún restaurante en torno a la Catedral, la Plaza Mayor y la calle de San Miguel. Además, si quieres llevarte a casa algún queso o algún vino, este es el momento de hacerte con ello.

  • Puentes y calles comerciales

Ourense es una ciudad de puentes, así que por la tarde te sugerimos acercarte a conocer su Puente Romano, también conocido como Puente Viejo o Puete Mayor. Fue el primer paso sobre el Miño, según la tradición data de tiempos de Trajano pero fue reconstruido en el siglo XIII y consolidado en el XVII. Tuvo una importante función estratégica pues era el único en muchos kilómetros para salvar el río, pero hoy es perfecto para disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad y el entorno fluvial. Como contraste, el Puente del Milenio destaca por ser el más moderno de todos.

Después del puente, puedes dirigirte a la zona más comercial de la ciudad, la que dibujan calles como Paseo, Santo Domingo, Paz y alrededores. Ourense ha sido tradicionalmente tierra de grandes diseñadores y, si te gusta la moda, puede ser una buena oportunidad para encontrar pequeñas boutiques de jóvenes diseñadores de ideas atrevidas e innovadoras. Es también un buen lugar para descansar en la terraza de algún café y observar el ir y venir de los habitantes de la ciudad.

  • Cena en el centro histórico

Para la cena, nada como regresar al casco antiguo, donde puedes explorar más allá del tapeo gallego. De vuelta a la zona de Os Viños, además de bares de tapas, encontrarás también restaurantes en los que sentarte a cenar sin prisas para degustar algún plato más contundente. La lamprea y las anguilas del río Miño gozan de un hueco importante en la mesa ouresana, así como las carnes de cerdo y de vacuno, los grelos que acompañan al lacón y también el pote gallego. 

Domingo, último día 

  • Parque de San Lázaro y San Francisco

El domingo por la mañana, dedica un rato a recorrer el parque de San Lázaro, uno de los parques más antiguos de Ourense y un espacio agradable para un paseo matutino. Al lado, y prácticamente escondida entre edificios modernos, se encuentra la iglesia de los franciscanos, trasladada a este lugar en 1929, pero construida en el XVI en la zona alta de la ciudad como parte del convento de San Francisco, cuyo claustro deberá ser tu siguiente parada. 

El claustro de San Francisco, único testimonio de aquel convento, es una de las visitas imprescindibles de Ourense. Con sus 63 arcos adornados con motivos mitológicos, animales y vegetales, es un verdadero tesoro del gótico que no puedes pasar por alto.

  • Última visita al casco antiguo

Tras el claustro de San Francisco, aunque en Ourense encontrarás buenos restaurantes repartidos por la ciudad, puede ser interesante volver al casco viejo para despedirnos de la ciudad dando un último bocado a su cocina más tradicional. En domingo, muchos restaurantes del centro ofrecen menús especiales en los que puedes degustar los sabores gallegos más auténticos. Y para terminar con algo dulce antes de volver a casa, la repostería ourensana se caracteriza por la bica, un bizcocho tradicional elaborado con manteca, los almendrados y las cañas rellenas, sin olvidar el marrón glacé, tan típico de la ciudad.

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