¿Pagarías una tasa por hacer senderismo?

A lo largo del año, son muchos los que recurren actividades en la naturaleza en su tiempo libre para desconectar del bullicio y ajetreo diario al que se enfrentan. Así, prácticas como el senderismo o el montañismo se han vuelto opciones idóneas para disfrutar de gran variedad de joyas medioambientales por la sencillez y riqueza de alternativas que ofrecen.

Ya sea aprovechando un hueco libre durante el fin de semana o planificando un paseo durante las vacaciones, las rutas de senderismo se han vuelto un básico para muchos amantes del turismo rural y al aire libre; los cuales complementan la visita a villas y pueblos con el descubrimiento del patrimonio natural circundante.

Por ello, los recorridos por Vías Verdes, monumentos históricos o parajes naturales, no solo destacan por definirse como alternativas sencillas y con gran atractivo medioambiental, sino también por su accesibilidad, presentándose como opciones viables para cualquier senderista. Sin embargo, esto no es así en todos los destinos.

El destino turístico que cobra por algunas de sus rutas de senderismo

La isla de Madeira, uno de los principales atractivos turísticos de Portugal, cuenta desde hace menos de un mes con una importante peculiaridad, que la distingue del resto de destinos vacacionales alrededor del continente europeo. Así, el pasado 22 de octubre del año 2024, se aprobó la Ordenanza N° 556/2024, en la que se decretaban tasas para todos aquellos viajeros que quisiesen disfrutar de determinados caminos y senderos.

De esta manera, la legislación aprobada recientemente ayuda a definir una base sobre la que se establecen “las tasas y respectivos montos a cobrar por el Instituto de Bosques y Conservación de la Naturaleza, por la prestación de servicios públicos y expedición de licencias, autorizaciones y títulos similares” a todos aquellos turistas que quieran disfrutar de alguna de las múltiples rutas que es posible llevar a cabo en la isla.

En concreto, para acceder a algunas de las rutas de pago del territorio luso, es necesario abonar un importe de 3 € mediante un proceso de reserva en la web oficial. Sin embargo, la tarifa distingue entre adultos y jóvenes, por lo que el precio tan solo deberá será aplicable para todos aquellos viajeros de más de 12 años de edad.

Además, la tasa únicamente afectan a las denominadas “Rutas Peatonales Clasificadas”, los cuales son varios recorridos dependientes del Instituto de Bosques y Conservación de la Naturaleza (ICNF). Así, el pago se aplica en los siguientes senderos:

Sin embargo, esta cuota se ampliará para los no residentes a partir del 1 de enero del próximo 2025, cuando pasarán a ser de pago más de 30 territorios y recorridos gestionados por el ICNF de Madeira.

Las levadas, rutas de pago en Madeira

Algunos de los recorridos con tarifas en el territorio insular de Madeira son denominados levadas, unos canales de irrigación o acueductos con forma de U y en pendiente que son utilizadas para recoger el agua de lluvia o derivado de las corrientes de agua que rebasan sus cauces naturales.

Estas se crearon originalmente en el siglo XVI, dada la necesidad de abastecer con agua al sur de la isla, el cual era considerablemente más seco a pesar de tener mayor producción agrícola. Así, estas construcciones se idearon con el objetivo de derivar el agua procedente del oeste y noroeste del territorio, donde las precipitaciones era más abundantes.

Madeira, uno de los destinos turístico más destacados

En los últimos años, la isla lusa de Madeira se ha consolidado como uno de los destinos internacionales más destacados por la calidad de sus paisajes naturales. El territorio de origen volcánico, ubicado en el océano Atlántico, es una de las regiones más visitadas por habitantes de toda Europa.

Entre otros visitantes, pasaron por el enclave diferentes figuras históricas como la emperatriz Sissi, el emperador Carlos I de Austria, los emperadores Maximiliano y Carlota o Winston Churchill, entre otros.

Aunque ya eran conocidas por los romanos, las islas cobraron importancia tras su redescubrimiento por los navegantes portugueses Tristão Vaz Teixeira y João Gonçalves Zarco, quienes contribuyeron a poblarlas y a volverlas el estandarte turístico, con múltiples bosques, destinos y con más de 2.000 kilómetros de rutas de senderismo.