Un retiro entre brañas: el Parque Natural de Somiedo en cinco claves
Cuando se piensa en unas vacaciones en Asturias, al Parque Natural de Somiedo lo eclipsan, demasiado a menudo, el vecino Parque Nacional de los Picos de Europa o la propia costa asturiana. Sin embargo, esta pequeña joya escondida entre montañas, declarada Reserva de la Biosfera en el año 2000 y que limita al sur con los montes de León, se encuentra a tan solo hora y media de Oviedo y es un paraíso relativamente desconocido que hará las delicias de los amantes de la flora, la fauna y la tranquilidad.
Estas son algunas de las posibilidades que ofrece el Parque Natural de Somiedo, uno de los espacios naturales protegidos mejor conservados del país.
Patrimonio etnográfico
El motivo principal por el cual el Parque Natural de Somiedo fue declarado reserva de la biosfera es la ejemplar integración de la actividad humana con el medio. Esto se refleja especialmente bien en las numerosas brañas (campos de pasto en altura) que pueden encontrarse en los límites del parque. En ellos se alzan unas curiosas construcciones de piedra en las que, lo que más llama la atención, son sus “peludos” tejados vegetales: son las cabañas de teito –teitu, en bable– de escoba, utilizadas originalmente por los pastores de la zona.
Una de las brañas mejor conservadas de Somiedo es la Braña de Mumián, formada por 25 cabañas de teito y a la cual se accede desde la aldea de La Llamardal, donde tras un paseo de poco más de tres kilómetros y sin apenas desnivel, llegaremos a un precioso enclave en el que este gran grupo de cabañas se integra perfectamente en la enorme belleza del paisaje.
Otra braña que merece la pena visitar es la de Sousas. Esta, además de tener alguna cabaña de teito, está formada por corros, otras construcciones de piedra típicas de Somiedo, con planta circular. El paseo hasta la braña de Sousas comienza en el aparcamiento del Valle del Lago y discurre por un pequeño camino durante tres kilómetros.
Miradores y puertos con vistas
Cualquiera de los altos puertos del concejo de Somiedo merecen, sin duda, el viaje por las sinuosas carreteras que los comunican con las zonas bajas del valle. Las vistas desde lo alto de los puertos de San Lorenzo, Ventana, Somiedo o La Farrapona quitarán el hipo a más de uno y harán las delicias de cualquier amante de la fotografía. Además, desde los tres últimos, podremos cruzar a la provincia de León con tan solo dar un paso.
El Parque Natural de Somiedo cuenta también con un puñado de miradores desde los que deleitarse con excepcionales paisajes. Algunos de ellos son el mirador del Príncipe, el mirador de la infanta Sofía, el de Orderias o el de Castro.
En busca del oso pardo
Aunque no es imposible toparse con un ejemplar de oso pardo de manera fortuita, si se llega a Somiedo en busca del plantígrado, lo mejor es contratar una ruta guiada.
Somiedo es uno de los pocos lugares en España donde existe mayor probabilidad de avistar osos pardos en su hábitat natural, por lo que esta actividad es uno de los grandes atractivos del Parque Natural.
Somiedo Experience, que también ofrece interesantes rutas botánicas y ornitológicas, organiza salidas interpretadas en las que se explican las costumbres y el comportamiento de los osos mientras se pasea por bonitos senderos que, con suerte, nos llevarán a uno de los encuentros más mágicos de nuestras vacaciones.
Las rutas parten de la localidad de Pola de Somiedo, en horario de mañana y de tarde, y son aptas para todos los públicos. En Pola, además, se puede visitar el Centro de Interpretación Somiedo y el Oso, que resulta fundamental para comprender los esfuerzos del concejo para la conservación del oso pardo y su correcta convivencia con las actividades relacionadas con el pastoreo.
Senderismo familiar
Además de los dos paseos anteriores, las opciones para practicar senderismo en familia en Somiedo son casi infinitas, aunque si ya se han visitado algunas brañas y se ha recorrido la famosa ruta de los Lagos de Saliencia, recomendamos atreverse con un recorrido histórico.
La ruta que nace en lo alto del Puerto de San Lorenzo, conocida como el Real Camín de la Mesa, se completa en unas tres horas en las que apenas se gana desnivel, y se termina en La Bustariega siguiendo el trazado de la antigua calzada romana que fue, en su momento, el principal acceso a Castilla.
Es una ruta lineal, por lo que a los seis kilómetros de ida hay que sumar otros tantos de vuelta, contratar un vehículo para deshacer el camino o hacer combinación de coches.
La senda accesible de Pola de Somiedo, pensada para personas con movilidad reducida, es una bonita ruta fluvial, ideal para hacer con niños muy pequeños, personas mayores o incluso carros de bebé.
Gastronomía típica
Cualquier amante del buen comer sabe bien que Asturias es uno de los paraísos gastronómicos del país. Sus famosos cachopos, fabes o sidras están también presentes en el concejo de Somiedo pero, si hay algo por lo que destaca esta zona de Asturias es por su ternera “rosa” somedana, proveniente de la raza de vaca autóctona que pasta en los praus de los alrededores.
Resulta casi imposible topar con un restaurante o sidrería en el que no comer bien en Somiedo pero el D’iban de Somiedo, en La Peral, destaca tanto por la calidad de sus platos como por el impresionante paraje en el que se ubica.
En Pola de Somiedo, la Sidrería Carión es uno de los mejores lugares para degustar unas auténticas fabes o un buen cachopo y, por último, si se visita el Alto de La Farrapona, sorprenderá encontrarse con el Wild Bar“ una food truck en la que es posible comerse una hamburguesa a 1.700 metros de altitud.
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