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Un paseo por La Alberca, el pueblo más bonito de la Sierra de Francia

La Plaza Mayor de La Alberca.

Roberto Ruiz

La Alberca, en Salamanca, es uno de esos lugares que se ha ganado por méritos propios salir siempre a escena cuando se habla de los pueblos más bonitos de España. No por casualidad fue la primera población rural de España declarada Monumento Histórico Nacional, allá por 1940, y desde entonces ha defendido con orgullo todos los encantos que hacen de ella un destino ideal para una escapada de fin de semana.

Un lugar de tradiciones y costumbres, levantado en piedra y rodeado de naturaleza, que conserva como pocos la arquitectura típica de la Sierra de Francia. Con calles enrevesadas que recuerdan a la de una judería y con fiestas populares como la de La Loa, celebrada el 15 de agosto, que han sido declaradas de Interés Turístico Nacional. En definitiva, un destino rural que ha mantenido su esencia a lo largo de los siglos y que la ofrece a sus numerosos visitantes siempre con la mejor de sus caras.

Caminando por las calles de La Alberca

A La Alberca es mejor viajar sin prisas. No solo llegar, hacer cuatro fotos y seguir al siguiente pueblo. Primero, porque no nos empaparemos del encanto que transmiten sus calles, y segundo, porque es mucho mejor alojarse allí y poder pasear a primera hora del día y última de la tarde cuando baja el número de turistas que la visitan. Incluso los paseos nocturnos tienen un encanto especial aquí, con la iluminación justa que hace resaltar sus piedras.

Caminar por La Alberca te llevará por calles adoquinadas, por casas con geométricos entramados de madera y balcones en los que asoman las flores. En definitiva, arquitectura popular levantada a base de granito y madera de castaño, principalmente. Verás robustos dinteles cincelados con fechas de fundación de las casas, así como con inscripciones, signos y anagramas religiosos. Entre rincones y plazas pasarás por escenarios pintorescos en los que se han rodado películas como El lazarillo de Tormes, Marcelino Pan y Vino, El Gran Secreto, El Valle de las Espadas, La Guerrilla, Santa Teresa o La marrana. Por lo que como ves en La Alberca no es nada fácil viajar en el tiempo. Eso sí, además de caminar y perderte por sus calles, asegúrate de no saltarte los atractivos que destacamos a continuación.

  • La Plaza Mayor

Es el centro neurálgico del pueblo, donde se concentra gran parte de la vida y donde seguramente llegues sin ni siquiera tener que preguntar. En ella se encuentra el Ayuntamiento de La Alberca, que fue una antigua cárcel, y también la Casa Ducal. Aquí es donde mejor verás relucir esos balcones plagados de flores de los que te hablábamos, justo por encima de fuertes soportales de piedra. En el centro se levanta un crucero de granito del siglo XVIII con grabados y representación de la Pasión de Cristo.

  • La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Podría ser muy antigua, pero no, es “solo” del siglo XVIII pues fue construida sobre un templo anterior. Es por tanto de estilo neoclásico aunque no puede ocultar ciertos detalles barrocos. El exterior es especialmente sobrio y el interior, donde encontramos  tres naves cubiertas con bóveda de arista y una capilla en uno de los laterales, también lo es. Aunque sí destaca un púlpito de granito policromado del siglo XVI.

  • El marrano de San Antón

Justo en el exterior de la  iglesia de Nuestra Señora de la Asunción encontramos la escultura del marrano de San Antón. Un monumento que homenajea una curiosa tradición albercana en la que un cerdo es criado de forma comunitaria por todos los vecinos del pueblo mientras vaga por sus calles entre el 13 de junio (San Antonio de Padua) y el 17 de enero (San Antón). Ese último día es sorteado entre los lugareños para su posterior matanza. 

  • Las ermitas de San Antón, San Blas y el Humilladero

Además de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción hay otros tres templos interesantes que visitar en La Alberca. Son tres pequeñas ermitas, ubicadas en diferentes entradas y salidas del pueblo, conocidas como la de San Antón, del siglo XVII, la de San Blas, que fue reconstruida en el siglo XIX, y la del Humilladero, que data también del siglo XVII. Fuera del casco urbano, si queremos estirar las piernas, también nos podemos acercar a la de Nuestra Señora de Majadas Viejas, donde destaca la imagen medieval de la Virgen, o a la Ermita de San Marcos, que aunque está en ruinas se rodea de un espacio natural de especial belleza.

Visitando los alrededores de La Alberca

La Alberca, en definitiva, es pequeña. Tiene una población que supera por poco los mil habitantes, por lo que no te llevará mucho tiempo visitarla de arriba a abajo incluso si incluimos alguna parada para degustar la gastronomía tradicional, comprar algo de embutido o hacernos con algún recuerdo. Por lo que si dispones de tiempo lo más recomendable es que completes tu viaje con alguna visita a sus alrededores. Por ejemplo a la Sierra de Francia y al valle de las Batuecas. 

Te puede resultar interesante acercarte a la Sierra de Francia para conocer el Santuario de la Virgen de la Peña, levantado para venerar una Virgen aparecida en el siglo XV. Desde allí arriba, a 1.723 de altitud, se obtienen unas fantásticas vistas de las Sierras de Béjar y Gata. O bien, si prefieres adentrarte en la naturaleza por tu propio pie, podrías caminar por el valle de las Batuecas, donde seguro que te sobrevolará algún buitre leonado, y hacerte por ejemplo el sendero que lleva a la cascada del Chorro de las Batuecas y acercarte a ver las pinturas rupestres neolíticas del Canchal de las Cabras Pintadas.

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