La isla de Madagascar es uno de los pocos lugares en el mundo con un turismo no masificado, según datos macro en 2019 recibió a 375.710. Antes de la pandemia, en este último año, había conseguido incrementar en más de 86.000 las visitas, sin llegar a masificar sus playas o lugares de interés.
Al ser una ex colonia de Francia sus principales visitantes proceden de este país. Los franceses suponen el 24,36% del total de los turistas, Italia el 15,11% y Estados Unidos, el 2,19%. Poco más de 3.000 españoles optaron por este destino. Madagascar es una isla africana en medio del trayecto hacia Asia con grandes tesoros por descubrir.
Los amantes de la naturaleza visitan Madagascar
La propia naturaleza es una razón de peso para visitar Madagascar. Situada en el Océano Índico, tiene una rica biodiversidad, única en el mundo con un 80% de especies autóctonas y un 90% de la vegetación es endémica. No podrás verla en otro sitio. Cuna de los lémures, los camaleones o los baobabs, que son una de sus especies más conocidas. La belleza natural de este lugar parece que se ha mantenido intacta con el paso de los años. Es una joya a explorar. Desde la montaña más alta hasta las playas de arena blanca, hay todo un mundo por descubrir.
Madagascar es un lugar de grandes contrastes
Desiertos, montañas y toda una playa de arena blanca que forma esta isla. Estamos ante uno de los lugares que parece prácticamente un universo paralelo, no es solo una isla en la que tumbarse a tomar el sol. En ella descubriremos los manglares es el lugar donde viven peces, lémures y otros reptiles, una serie de ríos en los que crece una vegetación única en el mundo. Para ir a Madagascar hay que estar preparado para moverse a través de pueblos pesqueros descubriendo las antiguas tribus y territorios que forman esta isla. Además de las pequeñas islas que rodean la gran isla central.
El parque nacional de Madagascar que parece el Gran Cañón
La imagen del Gran Cañón de Colorado nos vendrá a la mente cuando visitemos el parque nacional de Madagascar, situado en Isalo. Es un gran macizo de piedra natural que forma parte de uno de los enclaves más visitados de la isla. Todo un parque jurásico que aún conserva algunas pruebas del paso de los dinosaurios que habitaron la zona. Es una zona totalmente árida, solo se escucha el viento y se puede ver a través de una roca en forma de ventana un atardecer impactante. Como si la propia naturaleza hubiera seguido un trazado para dar lugar a esta 'ventana' que plasma uno de los momentos más especiales del día.
Madagascar tiene la avenida de los baobabs centenarios
Una carretera en la que nos querremos parar para conectar directamente con unos árboles que son pura belleza. Son 200 kilómetros que forman esta carreta principal con baobabs centenarios de más de 30 metros de altura y tres metros de diámetro. Declarado Monumento Nacional en 2007, estos baobabs son una especie endémica de la isla. Pueden vivir cientos de años y ofrecen un espectáculo único para todos los lectores del libro El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, o los amantes de leyendas africanas. Es un árbol que en directo impresiona y en esta carretera encontrarás todo un bosque de ellos. De noche esta avenida se ilumina creando una imagen muy especial.
Los pueblos coloniales franceses de Madagascar
Antsibare es uno de los pueblos coloniales franceses más conocidos. Hace un poco más de frío que en el resto de la isla, que vive sumergida en un verano constante dada su situación. La influencia francesa es aún hoy muy latente, el francés sigue siendo una lengua mayoritaria, por lo que es más fácil comunicarse en esta lengua que en el malgache, el idioma del país. La colonización llevó a Madagascar a disponer de dos estatus. Los ciudadanos franceses tenían plenos derechos y los autóctonos pasaban a ser ciudadanos de segunda. No fue hasta los años 60 del siglo XX cuando consiguió Madagascar su independencia después de un referéndum en el que más del 70% de la población votaría a favor. Desde entonces, la isla ha creado su propia identidad y se ha convertido en uno de los destinos turísticos de la zona. Antsibare es la tercera ciudad más grande de esta isla y su nombre significa “lugar de mucha sal”. La huella de los franceses se percibe en la estación de tren o en la Catedral Notre Dame de la Salette. Hay un balneario en lo alto de la ciudad de visita obligada si se busca descansar y desconectar un poco.
Madagascar tiene un pasado marcado por los piratas
William Kidd fue un famoso escocés que consiguió una patente de corso del rey Guillermo, su principal objetivo era combatir la piratería y hacer la guerra a los franceses. Por ese motivo se desplazó a Madagascar, donde se han encontrado restos de su mayor tesoro. Uno de los atractivos de esta isla es dejarse seducir por su pasado repleto de piratas y de mil y una aventuras que podemos recrear a través de la literatura de la época combinada con los viajes por el lugar. Hasta Bob Dylan le dedicó una canción a este hombre que acabó convertido en uno de los piratas más importantes del mundo.
Madagascar es un lugar que hay que visitar por varias razones, no solo para disfrutar del mar y los deportes acuáticos. La propia naturaleza es la principal fuerza que nos llevará hasta esta isla, pero no el único atractivo que posee.