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El Caminito del Rey, un desafío de altura
La provincia de Málaga cuenta con tantos municipios de interés que sería difícil quedarse con solo uno de ellos, pero si hablamos de monumentalidad posiblemente Ronda destaque sobre todos los demás. No es casualidad que su casco antiguo esté declarado Bien de Interés Cultural, y es que tras sus primeros habitantes neolíticos pasaron por aquí celtas, fenicios, romanos y árabes hasta que los Reyes Católicos la conquistaron en 1485.
Una ciudad dividida por un cañón natural, el Tajo que forma el río Guadalevín, y unida por un espectacular puente del siglo XVIII que atrae a viajeros y turistas desde todos los rincones del mundo. Un balcón que se asoma a la Serranía de Ronda, de trazado medieval y reminiscencias árabes, de ambiente romántico e historias de bandoleros. Un lugar donde pasar un fin de semana lleno de cultura, historia, arquitectura y, por supuesto, gastronomía.
Ronda te va a invitar a pasear por sus calles, a disfrutar de sus plazas y a relajarte en sus jardines. Siempre, además, con alguna que otra visita gastronómica para descubrir de primera mano los productos de su sierra. Pero entre tapa y tapa no puedes dejar de conocer sus principales atractivos culturales, porque en Ronda los hay y son de especial belleza. Seguro que has llegado hasta aquí siguiendo el reclamo de su espectacular Puente Nuevo, pero como ahora verás hay mucho más que visitar en el que sin duda es uno de los municipios más pintorescos de toda Málaga.
Es el símbolo más característico de Ronda, el responsable de que aquí los autobuses turísticos se cuenten cada día por decenas. El Puente Nuevo une las dos mitades de Ronda y salva los 100 metros de altura de su Tajo. El actual puente data de finales del siglo XVIII, aunque hubo uno anterior de 1735 que se derrumbó solo seis años después. Fue un elemento clave en la expansión de la ciudad y en su interior se encuentra su propio Centro de Interpretación que permite entender su arquitectura y su entorno.
Junto a la Plaza de Toros, y asomado al mismísimo abismo, se encuentra uno de esos espacios a los que tienes que ir a pasear con tranquilidad. El parque de la Alameda del Tajo, además de una frondosa vegetación y un ambiente relajante entre fuentes y estanques, ofrece una de las mejores vistas de la ciudad. Un paseo arbolado del siglo XIX con una espectacular panorámica de la Serranía de Ronda.
La Real Maestranza de Caballería de Ronda fue fundada por Felipe II en 1573 y la plaza, inaugurada en 1785, es una de las más importantes del panorama nacional además de una de las más antiguas y de arquitectura más reconocida. Guste o no la tauromaquia, la Plaza de Toros es parte de la historia de Ronda y está abierta a visitas.
En el antiguo arrabal islámico de la ciudad, hoy barrio de San Miguel, podrás encontrar los baños árabes de Ronda. Su estado de conservación es sorprendente y podrás apreciar cómo este hammam de los siglos XIII-XIV sigue el modelo romano dividiendo sus estancias en aguas frías, templadas y calientes. Podrás ver perfectamente cómo se mantienen en pie sus bóvedas, sus arcos de ladrillo y sus columnas.
Más que una casa es un verdadero palacio. La Casa del Rey Moro se asoma vertiginosamente al Tajo de Ronda y data del siglo XVIII. Cuenta con tres elementos fundamentales: la Mina de Agua de época musulmana, la Casa de estilo Neomudéjar y el jardín diseñado por Jean Nicolas Forestier en 1912. Aunque la casa se encuentra en proceso de rehabilitación sí son visitables tanto la Mina de Agua como el jardín. Bajar las escaleras que llevan hasta el río Guadalevín es una de las mejores experiencias que puedes hacer en Ronda. Cuando toque subirlas quizá no pienses lo mismo, pero las vistas desde abajo bien merece la pena el esfuerzo.
Mucho antes de que el Puente Nuevo se llevase todo el protagonismo el Tajo de Ronda ya lo atravesaban al menos dos puentes. El Puente Árabe, de posible origen romano, es el más antiguo de los dos aunque haya sufrido diversas remodelaciones, mientras que el Puente Viejo, muy cerca del anterior y de posible origen árabe, fue el principal puente de Ronda hasta que se construyó el Puente Nuevo en el siglo XVIII.
La ubicación de Ronda, en un promontorio rocoso cortado por el Tajo, contó en sus orígenes con una importante función estratégica. Aún se pueden visitar diferentes paños de su muralla de época musulmana, donde destaca especialmente la Puerta de Almocábar, situada en el lado sur de la antigua medina y construida en el siglo XIII.
Frente a la plaza de la Duquesa de Parcent se encuentra una de las iglesias más importantes de Ronda, la de Santa María la Mayor. Según los estudios aquí hubo una iglesia paleocristiana del siglo V y también la mayor mezquita de la medina musulmana. Tras la conquista de la ciudad los Reyes Católicos ordenaron levantar la actual iglesia, que aunque se inició en 1485 no se finalizó hasta finales del siglo XVII, por lo que el gótico, el renacentista y el barroco se entremezclan entre sí.
Para muchos es el edificio civil más importante y emblemático de Ronda. También es conocido como Palacio del Marqués de Villasierra y aunque su origen fuera islámico estamos ante un monumental edificio mudéjar y renacentista. Merece la pena entrar a visitar sus patios y sus jardines, así como el Museo de Ronda, que se encuentra en su interior.
Una de las notas de color de nuestra visita a Ronda la puede poner el Museo del Bandolero. Consta de cinco salas y durante el recorrido pasarás por la historia, los nombres y las armas de los bandoleros más famosos de la sierra, quedando todo ilustrado y verificado con fotografías y documentos. La Guardia Civil, el cuerpo encargado de luchar contra el bandolerismo, recibe una mención especial.
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