Ruta del Bosque encantado de Artea: una escapada por los frondosos bosques de Navarra
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Si de algo puede presumir Navarra es de su abundancia forestal. A menos de ochenta kilómetros al oeste de su capital, Pamplona, y a unos 44 kilómetros al este de la capital alavesa, Vitoria-Gasteiz, se encuentra el municipio de Larraona. Esta pequeña localidad acoge un entorno natural único: el Bosque Encantado de Artea, situado en el Parque Natural de Urbasa y Andía.
En esta reserva natural descubrirás bosques con hayedos y robles centenarios, además de interesantes formaciones rocosas que, en ocasiones, asemejan animales mitológicos. Un paraje perfecto para hacer una escapada de fin de semana en la que respirar aire puro y divisar las grandes copas de los árboles si diriges tu mirada al cielo.
Las sierras de Urbasa y Andía, de hecho, forman el gran acuífero de montaña de Navarra. Bajo sus suelos calizos se almacena una cuarta parte del agua subterránea de toda la comunidad foral.
La ruta del Hayedo Encantado
La ruta del Hayedo Encantado es una excursión que no entraña ningún tipo de dificultad, de modo que se puede realizar con niños. Se trata de un recorrido entre hayas de altas ramas, que pueden alcanzar los 30 metros, de unos nueve kilómetros que se hace en menos de dos horas ida y vuelta. La caminata da comienzo en la parte norte del Parque y está perfectamente señalizada con balizas de madera de color verde. También cuenta con diversas flechas que te ayudarán a saber dónde te encuentras en cada momento.
La primera parte del trayecto es totalmente llana y transcurre junto a un camino adaptado para personas con movilidad reducida, llamado el sendero de Morterucho.
Pasado este primer tramo, comenzarás a ascender por un camino que cuenta con una pequeña pendiente y que te llevará hasta la cumbre de la sierra. Mientras continúas subiendo encontrarás a tu izquierda el famoso Hayedo Encantado. La densidad y la altura de las hayas crean un ambiente con penumbra, mientras que en el suelo pisamos un mullido manto de musgo con hojas rojas caídas de los árboles.
Tras atravesar este lugar, encontrarás de nuevo el camino para seguir ascendiendo hasta la cima. Con un poco de suerte, si el día no está nublado, disfrutarás de las vistas hacia el valle de Sakana.
Existe una alternativa para las personas que vayan con niños o que no puedan alcanzar la cima. Al finalizar el primer tramo, si continúas recto y dejas el sendero de subida a tu izquierda, encontrarás a pocos metros otro rincón fascinante con formaciones rocosas.
Desde ambos lugares, el camino de vuelta se realiza por el mismo tramo. La visibilidad puede ser complicada en los días nublados, en los que se recomienda tomar precauciones.
Las leyendas asociadas al bosque
Cuenta una de las leyendas asociadas a este bosque que hace muchos años vivían en él unos seres gigantes que aterrorizaban a los habitantes de los pueblos más cercanos. Aunque se decía que no tenían malicia, los aldeanos intentaron deshacerse de ellos. Con tanto revuelo, el padre gigante escondió a su hijo en las profundidades del bosque. Sin embargo, cuando este volvió a buscarlo no se encontraba allí. La leyenda recoge que, desde entonces, este vaga por los rincones del bosque con juguetes para atraer a su pequeño. No es más que una de las muchas leyendas del lugar.
Cueva de los Cristinos, la 'Haya de las Limitaciones' y el mirador de Ubaba
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Otra de las rutas senderistas más conocidas es la que te conduce hasta la Cueva de los Cristinos, ubicada en el Monte Limitaciones de las Améscoas. Es un recorrido sencillo de algo más de siete kilómetros que dura unas tres horas. A lo largo del camino pasarás por el Bosque Encantado de Artea y la Ermita de San Benito. Esta cavidad es un espacio donde las estalactitas y estalagmitas se juntan hasta formar columnas entre aguas cristalinas. Actualmente, se encuentra cerrada al público por el gobierno navarro, aunque está permitida la visita organizada de grupos de espeleólogos.
Podrás visitar la 'Haya de Limitaciones', una de las más conocidas de todo el Parque. Está formada por siete enormes troncos que parecen brazos, una gran copa y unas grandes raíces ancladas que sobresalen de la tierra como si fueran los brazos de un pulpo. Este peculiar árbol se encuentra en el raso de Artziarri y ha sido declarado Monumento Natural.
Para finalizar la visita al Parque Natural de Urbasa y Andía, te recomendamos subir al Balcón de Pilatos, conocido también como Mirador de Ubaba. En la cima podrás disfrutas de unas inimaginables vistas de toda la reserva.
La ruta hasta acceder al acantilado no cuenta con ninguna dificultad y tiene unos cuatro kilómetros de longitud (ida y vuelta). A lo largo del camino apreciarás pastos y bosques con diversas especies naturales, desde ovejas hasta buitres leonados. También cuenta con diferentes recorridos en su cumbre que puedes realizar tanto a pie como en bicicleta. Los más valientes podrán disfrutar de unas vistas de ensueño bordeando el filo.
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