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Hubo un tiempo en el que las orillas del Mediterráneo fueron el mercado de los fenicios, comerciantes que navegaban desde Tiro y Sidón, en el actual Líbano, hace unos 3.000 años en busca de mercancías y los tan ansiados metales de la época. Y en la otra punta de su mar, en su extremo más occidental, la península ibérica fue uno de sus más importantes hallazgos.
Mientras que los griegos desembarcaron en las costas del levante, los fenicios lo hicieron en las del sur extendiendo su influencia por parte de Andalucía y levantando asentamientos a lo largo de su línea de costa. Ahí es donde llegaron a un archipiélago costero formado por tres islas: Erytheia y Kothinoussa, unidas por un tómbolo de arena, y Antípolis, que corresponden a las actuales Cádiz y San Fernando. Su ubicación entre el continente europeo y el africano era perfecta para sus negocios, y así es como nació una de sus más importantes colonias de la península ibérica: Gadir.
Según el historiador romano Veleyo Patérculo, Gadir fue fundada en el año 1104 a.C., “ochenta años después de la caída de Troya”, pero aunque esta teoría tiene sus detractores, lo que sí es cierto es que los restos arqueológicos nos hablan de estructuras urbanas fenicias datadas en el siglo IX a.C. Y como la colonia estaba amurallada, y gadir era el nombre que los fenicios daban a los recintos amurallados, su nombre no tuvo que evolucionar mucho hasta la actual Cádiz. Menos aún, de hecho, una vez que la conquista musulmana adaptara el nombre de la ciudad al de Ùادس' (QÄdis').
Gadir fue una colonia fundamental para los fenicios. Hizo de bisagra entre Europa y África, así como entre el mar Mediterráneo y el Atlántico. Su crecimiento fue monumental y el comercio con el mundo tartésico proveyó a los comerciantes tirios de más plata de la que podían imaginar. De aquella época de esplendor poco se conserva ya, pero sí lo suficiente como para que recorramos Cádiz con otros ojos, podamos calmar nuestra sed de historia y llevemos a cabo toda una ruta turística que nos traslade hasta los orígenes de 'la tacita de plata'. Tanto es así, que Cádiz hizo su presentación en FITUR 2021 recordando su pasado fenicio:
No quedan muchos restos fenicios a lo largo y ancho del Mediterráneo, lo que le da aún más valor a estos que se conservan de Gadir. Nuestro punto de inicio en esta ruta fenicia por Cádiz ha de comenzar bajo el Teatro del Títere, donde se esconde un auténtico tesoro arquitectónico. Este yacimiento ha ayudado a distinguir calles, casas y herramientas del siglo IX a.C. Se conservan ocho viviendas alrededor de dos calles adoquinadas con arcilla, e incluso es posible ver las huellas de diferentes bovinos de la época que quedaron impresas sobre ellas. Aquí, además de los restos fenicios, también se conservan los restos de una planta romana de procesamiento de pescado.
Algunos de los mejores restos fenicios pertenecientes a la antigua Gadir se conservan en el Museo de Cádiz. Cuenta, cómo no, con salas especialmente dedicadas a la arqueología, donde la cultura fenicia también tiene su espacio. Destacan sin duda dos sarcófagos antropoides de mármol datados en el siglo V a.C., uno masculino y otro femenino. Uno de ellos contenía un esqueleto de hombre, restos de armas de hierro y huesos de animales tallados, y el otro un esqueleto de mujer con algunas joyas de oro y objetos de ajuar de uso personal. Aunque investigaciones posteriores defienden justamente lo contrario.
Cuando durante esta ruta recorramos la playa de la Caleta no va ser fácil dejar a un lado el sol y la arena e imaginar la antigua Gadir, pero con un poco de abstracción todo es posible. Alrededor de la playa de la Caleta se encuentra la mayor concentración de yacimientos arqueológicos subacuáticos de la franja costera gaditana y los objetos expuestos en el Museo de Cádiz demuestran que esta playa concentró una gran actividad comercial, además de hacer de puerto natural entre las islas de Erytheia y Kotinoussa.
La zona hoy en día se conoce como los Jardines de Varela y ha resultado ser un interesante enclave arqueológico gracias a las estructuras y los enterramientos encontrados. A través de los elementos hallados en esta necrópolis fenicia se han llevado a cabo una serie de recreaciones y reproducciones para su exhibición en el parque, con un pequeño camino arqueológico que guía al visitante a su paso por el parque. Un itinerario que nos permite hacernos una idea sobre cómo eran los ritos funerarios entre los siglos VI a.C. y IV d.C.
Aunque el yacimiento arqueológico Casa del Obispo se encuentre cerrado desde hace varios años y muchas voces denuncien su estado de abandono, su importancia documental es tal para el pasado fenicio de Cádiz que no lo podemos pasar por alto. Quién sabe, quizá cuando realicemos esta ruta por la Gadir fenicia ya haya sido abierto de nuevo al público. Si es así, podremos visitar uno de los yacimientos más importantes de Cádiz. Se encuentra en el centro histórico de la ciudad y permite comprobar la evolución de la ciudad desde el siglo VIII a.C. hasta el siglo XVIII d.C. Veremos restos de un pequeño edificio, un importante monumento funerario fenicio, un anexo de la época republicana romana y los restos de un templo romano dedicado a Apolo, Esculapio e Higia. En el siglo XVI Luis García de Haro, obispo de Cádiz, convirtió el edificio en residencia episcopal y de ahí viene su nombre.
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