Una ruta de senderismo fácil que lleva a un emblemático rincón del Pirineo aragonés: un lago glaciar
Hay paisajes que asociamos a tierras mucho más frías que las de nuestro país. Desiertos, cañones o frondosos bosques forman parte de la orografía española. También es posible pasear junto a lagos glaciares. El Pirineo aragonés aloja paisajes variados e impactantes, entre ellos el de los ibones, término aragonés por el que se conoce a estas pequeñas masas de agua de origen glaciar. Visitarlas es posible, y para algunas no necesitas ser un experto senderista. Es el caso de la ruta hasta el Ibón de Piedrafita.
En primer lugar ten en cuenta que, en función de la zona, las rutas del Pirineo aragonés pueden tener grandes desniveles, por lo que pueden ser de gran dificultad. También debes saber que algunos senderos no se podrán recorrer en temporadas frías. A no ser que las autoridades turísticas indiquen lo contrario, es mejor que recorras el Pirineo a pie en las estaciones menos inclementes. En el caso de la ruta hasta el Ibón de Piedrafita, recomendamos atravesarla en otoño, momento en el que los hayedos, abundantes en la zona, cambian de color. De esta forma, recorrerás la ruta rodeado del rojo encendido de las hojas caducas de estos árboles.
Sea la estación que sea, recuerda que debes ir siempre bien equipado, con ropa de abrigo adaptada al tiempo y con calzado de montaña. Lleva siempre agua y comida por si la ruta se alarga.
La ruta es circular y deberías poder recorrer sus casi diez kilómetros en tres horas y media. Aunque está a una gran altitud -entre 1.200 y 1.600 metros de altura- no presenta grandes desniveles, con unos valores que no superan los 500 metros. Esta ruta suele estar bastante concurrida, por lo que es de especial importancia que no salgas de los caminos marcados, a fin de que no dañes el paisaje.
Ruta hasta el lago glaciar de Piedrafita
La ruta comienza en el municipio de Piedrafita de Jaca, conocido por ser uno de los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés. Se trata de una localidad que concentra todo el encanto de las poblaciones del Pirineo. Debes buscar uno de los aparcamientos gratuitos del municipio, que está situado junto a una senda. La ruta está bien señalizada, por lo que sabrás enseguida si estás en el punto de partida correcto.
Tras un paseo corto llegarás hasta el hayedo del Betato. Se trata de un gran bosque de hayedos en el que, según las leyendas, fue refugio para las brujas en la época de la Inquisición. Moverse por el hayedo puede tener cierta dificultad, ya que hay numerosas señales que indican el camino por varias rutas, por lo que presta mucha atención y busca la cartelería hacia el Ibón de Piedrafita. Una vez abandones el bosque, la señalización será mucho más clara.
El bosque se abrirá hasta darnos paso a una extensa pradera, que servirá de mirador para observar el entorno del Pirineo aragonés. También podrás admirar desde este punto el hayedo que acabas de recorrer. El ascenso llevará directo hasta el Ibón de Piedrafita.
Qué ver en Piedrafita de Jaca
Como hemos comentado, la ruta hasta el Ibón de Piedrafita comienza en un pueblo del mismo nombre: Piedrafita de Jaca. Si vas a recorrer este sendero, te recomendamos pasear también por las calles de este pueblo. Además, en la localidad destacan:
- La NuEra: si visitas Piedrafita de Jaca entre junio y julio, no te puedes perder su muestra de cine. La Muestra de Cine para la Nueva Era Rural -conocida como NuEra- es una propuesta única, en la que se proyectan películas en las poblaciones del entorno rural del Pirineo aragonés.
- Laberinto de los Pirineos: Piedrafita de Jaca acoge un laberinto de cipreses de unos 5.000 metros cuadrados de extensión junto al bosque del Betato. El laberinto fue diseñado por un vecino de la localidad y se puso en marcha en una pradera que antaño se destinaba al pasto. Está abierto de junio a noviembre, y tiene un coste de unos siete euros si eres un adulto.
Lagos glaciares del Pirineo Aragonés
En el Pirineo aragonés hay múltiples lagos glaciares que se pueden visitar, una excursión que valdrá la pena. Los hay de todos los tamaños y dificultades de acceso, por lo que recuerda informarte bien del entorno que quieres visitar, especialmente si es en invierno:
- Ibón de Estanes: se trata de un glaciar situado en Francia, a hora y media a paso suave del conocido como aparcamiento de Sansanet.
- Ibón de Acherito: prácticamente en la frontera con Francia, este lago glaciar está situado en pleno Parque Natural de los Valles Occidentales. Para llegar hasta allí deberás recorrer una ruta de dificultad moderada de unas tres horas de duración.
- Ibón de Plan: uno de los más bonitos. Está cerca de Saravillo, y si vas en coche -con precaución- hasta el refugio de Labasar, solo tendrás que caminar menos de una hora. Además, deberás recorrer una pendiente en descenso, por lo que llegar hasta allí es bastante llevadero.
- Ibón de las Truchas: si no quieres caminar para ver un ibón, es posible llegar hasta el de las Truchas en telesilla.
- Ibón de Batisielles: de fácil acceso, el camino hasta él es por un bosque protegido que se puede recorrer con poca dificultad.
- Ibón de Bernatuara: si buscas llegar a un lago glaciar tras recorrer una ruta exigente, el ibón de Bernatuara es una opción. Son unos nueve kilómetros entre ida y vuelta, por lo que conviene valorar bien si puedes llevarlo a cabo.
0