Siete cuevas fundamentales para descubrir la geología subterránea más espectacular de España
El subsuelo de España esconde auténticas maravillas subterráneas en las que la geología y el paso de los años han creado absolutas obras de arte. Cuevas hay muchas pero solo algunas son especialmente ricas en espeleotemas, es decir, las formaciones rocosas que tienen lugar en las cavidades. Cuando el agua, las rocas calizas y los minerales se juntan solo es cuestión de tiempo para que, de un modo u otro, la tierra ofrezca formaciones dignas del Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne.
Seguro que si piensas en cuevas te vienen a la mente algunas como las de Altamira, en Cantabria, o los Jameos del Agua o la Cueva de los Verdes de Lanzarote. Pero en estas siete cuevas las verdaderas protagonistas son las estalactitas, las estalagmitas, las columnas y muchas otras formaciones que han tardado miles y miles de años en coger forma. Si quieres conocer algunas de las mejores, apunta grutas como la de Nerja, la de Aracena, la de Valporquero, la del Águila, la de El Soplao, la de Sant Josep o la del Drach para acertar de lleno en cada una de tus visitas.
Cueva de Nerja, en Málaga
La de Nerja es sin duda una de las cuevas más famosas de la geografía española. Se encuentra a solo 158 metros sobre el nivel del mar, fue descubierta en 1959 por un grupo de vecinos que estaban buscando murciélagos y con sus 4.823 metros es una de las cuevas de mayor desarrollo topográfico de Andalucía. Desde 2006 es considerada Bien de Interés Cultural y de las tres bocas de entrada que tiene una de ellas fue habilitada un año después de su descubrimiento para el acceso de visitas.
Se estima que esta cueva comenzó a formarse hace unos 5 millones de años y alberga restos de ocupación humana que van del Paleolítico Superior hasta el Neolítico. A lo largo y ancho de sus salas podemos encontrar estalactitas y estalagmitas de casi todos los tipos conocidos, pero entre todas sus formaciones destaca sin duda una gran columna situada en la sala del Cataclismo, con una altura de 32 metros y un diámetro de 18 metros. La visita que podemos realizar se limita a un tercio de su tamaño total y, si quieres comprar entradas para conocerla, no tienes más que acceder a su web.
Gruta de las Maravillas, en Huelva
La Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en el norte de la provincia de Huelva, guarda grandes sorpresas. Una de ellas la encontramos en el propio municipio de Aracena, que da nombre al Parque Natural, y no nos referimos al castillo que vigila el pueblo desde lo más alto, sino a lo que se esconde bajo él. La Gruta de las Maravillas hace honor a su nombre pues las formaciones geológicas que aquí encontramos son de las más espectaculares que podemos encontrar en el país. Las primeras referencias sobre su descubrimiento, fruto de trabajos mineros, datan de 1850, y en 1914 ya estaba abierta al público.
La Gruta de las Maravillas se encuentra en pleno casco urbano de Aracena y su recorrido se extiende a lo largo de 1.200 metros en el seno del Cerro del Castillo. Es una de las cuevas turísticas más visitadas de España y es que la abundancia y variedad de sus formaciones calcáreas, estalactitas, estalagmitas, columnas, gours, coladas, pisolitos, excéntricas, cortinas y aceras de calcitas hacen de este complejo subterráneo un conjunto de gran belleza y vistosidad. Para visitarlas es recomendable comprar las entradas con antelación en su web.
Cueva de Valporquero, en León
Las de Valporquero son las cuevas más jóvenes de Castilla y León y es que hace solo un millón de años que las frías y cristalinas aguas del arroyo Valporquero se colaban por su piedra caliza hasta dar forma a la maravilla subterránea que hoy podemos visitar. Está organizada en un total de siete salas (Pequeñas Maravillas, Gran Rotonda, Hadas, Cementerio Estalactítico, Gran Vía, Columna Solitaria y Maravillas) y a nuestro paso vamos dejando coladas, columnas, estalactitas y estalagmitas de gran belleza. Algunas formaciones han alcanzado ya tal fama que gracias a la imaginación de unos y otros ya tienen su nombre propio, como El fantasma, La Virgen con el Niño, Las Gemelas o la Torre de Pisa.
La cueva de Valporquero se encuentra a unos 45 km al norte de la capital leonesa y su tamaño permite ofrecer diferentes tipos de recorridos. La visita normal recorre cinco de sus salas y la venta de entradas es en taquilla, la visita larga se puede adquirir tanto en taquilla como de manera online, y la visita ‘valporquero insólito’, más exclusiva y que se realiza a oscuras con la ayuda de frontales, es de venta exclusiva online. En su web tienes toda la información.
Cuevas del Águila, en Ávila
Las cuevas del Cerro del Águila se encuentran en el término municipal de Ramacastañas, en la provincia de Ávila. Como en tantas otras ocasiones su descubrimiento fue accidental, cuando en 1963 cinco chavales se sorprendieron al observar que salía vapor por un agujero entre las rocas. Ellos mismos se aventuraron a entrar con la ayuda de cuerdas y linternas hasta que llegaron a su gran sala principal. Están abiertas al público desde 1964 y pueden ser el plan perfecto para incluir en una visita al Valle del Tiétar, en pleno Parque Regional de la Sierra de Gredos.
Su formación tuvo lugar gracias a la circulación de agua subterránea relacionada con los ríos Avellaneda y Arenas, que poco a poco fue formando una serie de cavidades en torno al nivel freático en el subsuelo. La del Águila presume de ofrecer una variedad de colores y texturas inusuales en otras cuevas de la península ibérica y las variaciones del microclima de la cueva han hecho que ofrezca una rica variedad de formaciones, entre las que no faltan estalagmitas, estalactitas, columnas y coladas espeletémicas, anthoditas, excéntricas, acículas, escudos e incluso moonmilk. Puedes comprar las entradas tanto en su web como en taquilla.
Cueva El Soplao, en Cantabria
La cueva El Soplao, ubicada entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, a unos 85 km de Santander, fue descubierta a principios del siglo XX de manera fortuita con motivo de la explotación de la mina de La Florida. Ese entorno minero hace que a su valor geológico se sume un singular patrimonio de arqueología industrial vinculado a la extracción de zinc y plomo desde mediados del siglo XIX hasta finales de los años 70. Tanto es así que una recreación de un tren minero nos recibe a la entrada a la cueva.
La cavidad de El Soplao alcanza los 15 km de recorrido pero solo 4 de ellos están abiertos al público. Aquí veremos una gran diversidad de espeleotemas entre estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas, aunque sin duda entre todas ellas son sus excéntricas las que destacan con mayor singularidad. La cueva ofrece dos tipos de visitas, una turística de fácil acceso y una hora de duración, y otra de aventura en la que nos sentiremos auténticos espeleólogos a lo largo de 3 kilómetros de galerías de gran belleza y valor durante dos horas y media. En su web puedes ampliar información y reservar tus entradas.
Cove de Sant Josep, en Castellón
La de Sant Josep es una cueva muy diferente. En su interior se encuentra el río subterráneo navegable más largo de Europa y, para conocerla, realizaremos la visita a bordo de una pequeña barca. La cavidad en total tiene una longitud de 2.750 metros y eso la convierte en la cueva más larga de Castellón y la segunda de la Comunidad Valenciana.
Una vez en su interior la visita incluye un tramo en barca de 800 metros y un recorrido a pie de 250 metros, de manera que a lo largo de 45 minutos pasaremos por salas como la de los Murciélagos, el lago Azul, las galerías de los Sifones, la galería Seca o el Lago de Diana, donde la profundidad de la poza alcanza los cinco metros. Aunque aquí también hay algunas formaciones, sin duda la experiencia de surcar unas aguas cristalinas convenientemente iluminadas hace de esta cueva una experiencia realmente especial. Además, todos los años se realiza en su interior el festival “Singing in the Cave” para disfrutar de la música de una forma absolutamente peculiar. A través de su web puedes ver todo lo que puedes hacer en este río subterráneo.
Cuevas del Drach, en Mallorca
Y de un río subterráneo nos vamos a un lago subterráneo, al de las cuevas del Drach, en Mallorca. Para encontrar estas grutas deberás dirigirte al municipio de Manacor, cerca de Porto Cristo, y una vez bajo tierra encontrarás cuatro cuevas: la cueva Negra, la cueva Blanca, la cueva de Luis Salvador y la cueva de Los Franceses, todas conectadas entre sí. En total suponen un desarrollo horizontal cercano a los 1.200 metros de longitud y una profundidad, en su cota máxima, de 25 metros bajo la superficie.
La visita que nos lleva a su interior nos lleva por varios lagos, entre los que destaca el Martel, uno de los mayores lagos subterráneos del mundo y que lleva el nombre del espeleólogo que lo surcó por primera vez, Édouard Alfred Martel. Todas las visitas incluyen un concierto de cuatro piezas de música clásica interpretadas por un cuarteto compuesto por chelo, clave y dos violines, algo que se lleva haciendo desde 1935. Justo después podremos subirnos a nuestra barca y atravesar el lago Martel a través de salas perfectamente iluminadas. Para adquirir tu entrada no dudes en visitar la web de las cuevas del Drach.