Siete playas del Algarve a las que huir para olvidarse de todo

Praia do Vale dos Homens

Roberto Ruiz

Seguro que si piensas en el Algarve lo primero que te viene a la mente son pueblecitos costeros, playas y acantilados. Y es que aunque esta región portuguesa tenga un interior fascinante, lleno de naturaleza y de historia, es innegable que su costa y las aguas del Atlántico son un atractivo demasiado potente como para mirar hacia otro lado. Y allí, lejos de las zonas más concurridas, entre calas, ensenadas y pequeñas bahías, es donde se encuentran algunas de las playas más bonitas del país luso. 

Playas hay muchas, de hecho el Algarve posee 87 playas con Bandera Azul, 93 con Calidad de Oro y 14 reconocidas como ZERO Polución, pero solo unas cuantas como estas que hemos recopilado son capaces de darnos refugio lejos del mundanal ruido para que podamos desconectar de todo lo demás. Algunas son inmensas y otras diminutas. Algunas tienen servicios y otras permanecen salvajes. Pero todas harán que queramos parar el tiempo cuando metamos los pies en su arena o nos dejemos mecer por sus olas. 

De modo que si lo que te apetece es paz, sosiego y tranquilidad, toma buena nota de estas playas porque pueden convertirse en el destino perfecto para esa escapada de desconexión que andabas buscando.

Praia do Vale dos Homens 

Empezamos por una playa salvaje como la de Vale dos Homens, ubicada en la zona de Aljeruz, en el extremo suroccidental del país. Se sitúa en plena altiplanicie vicentina y sus formaciones rocosas permiten disfrutar de las piscinas naturales que se forman cuando baja la marea. No tiene servicios y aquí es fácil desconectar, aunque eso sí, para acceder a ella tenemos que recurrir a una imponente escalera de 285 peldaños. El acceso se realiza desde el municipio de Rogil y si te gusta la vida marina es un buen lugar para curiosear haciendo algo de snorkel. 

Praia da Ilha da Armona

A la isla de Armona se accede tras una travesía en barco de 15 minutos desde Olhão. En ella no hay coches, estamos libres de ruidos molestos, por lo que aquí los sonidos son los que producen las olas del mar y los pájaros. La costa tiene poca profundidad, de modo que podemos adentrarnos caminando mar adentro hasta llegar a algún cúmulo de tierra donde aislarnos más todavía. La isla forma parte de un Parque Natural y en ella, además de muchos kilómetros de playa, hay alguna tienda con productos básicos y algún que otro restaurante donde sentarnos a disfrutar de los platos tradicionales de pescado y marisco.

Praia do Martinhal

La de Martinhal se encuentra a un par de kilómetros de Sagres y en ella encontrarás uno de los paisajes más bonitos del Algarve. Arena fina, agua clara, dunas dibujadas por el aire… Y metros y metros para disfrutar del espacio, por lo que es fácil sentirse lejos del resto. Es un lugar ideal para la práctica del windsurf y el kitesurf, y eso supone una cosa: puede hacer viento. Tiene un par de chiringuitos en los que tomarse algo y en su superficie algunas rocas forman pequeños islotes donde se refugian varias especies marinas. 

Praia do Canavial

Esta es una de esas playas que, si no te hablan de ella, posiblemente nunca la encontrarías. Está considerada una de las mejores playas de Lagos y una de las más vírgenes del Algarve. Es decir, por no haber no hay ni socorristas por ejemplo. Está escondida bajo unos grandes acantilados, su tamaño es pequeño y se accede por un sendero que, aunque está bien habilitado con sus correspondientes escaleras, no es fácil encontrar. Dada la estrechez del arenal la recomendación es visitarla únicamente con marea baja y es un lugar muy conveniente si lo que quieres es disfrutar de un ambiente bien relajado.

Praia do Carvalho

La de Carvalho se encuentra en Lagoa y es una de esas playas que se quedan grabadas en la retina. Se trata de un pequeño arenal ubicado entre grandes acantilados que impresiona cuando se ve desde arriba. Para llegar deberás dejar el coche algo alejado y caminar un rato antes de bajar unas escaleras y atravesar dos túneles excavados en la roca. Una vez abajo el gran azul se abre ante nosotros, que quedamos rodeados por enormes moles de roca coronadas por vegetación típica del litoral. Como en todas las playas con acantilado hemos de ser prudentes y guardar una distancia de seguridad con las paredes, pues puede haber corrimientos y desprendimientos.

Praia da Barrinha 

A esta playa se puede llegar a pie desde la playa de Faro a través de una larga pasarela de madera si lo que queremos es alejarnos del gentío. La de Barrinha es tan tremendamente extensa que es fácil alejarte de cualquier otro ser humano. Como no hay mucha gente es un buen lugar para la práctica de diversas actividades deportivas, como el paddelboard, el windsurf, el kitesurf, la canoa o la vela. Aquí la arena es fina y dorada y es un lugar privilegiado si queremos aprender sobre la flora del sistema dunar o las numerosas aves que buscan refugio en él.

Praia da Barreta

Y terminamos con la que para muchos es una de las playas más impresionantes paisajísticamente hablando de todo el Algarve. Se encuentra en Ilha Deserta, en Faro, en el punto más meridional de Portugal continental. Su arenal se extiende por ni más ni menos que 11 km de costa y la única manera de llegar a ella es en barco desde el muelle de la Porta Nova. Forma parte del Parque Natural de la Ría Formosa, que separa la zona de marismas y el mar, y en los 20 minutos que dura el trayecto que nos lleva hasta ella podremos ver diversas aves protegidas. Una vez allí, su inmensidad nos hará sentirnos pequeños y alejados de todo, por lo que la más absoluta desconexión está garantizada.

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