Con la llegada del otoño, comienza la temporada de recogida de setas, y buscar este alimento por el campo no solo se vuelve una tradición, sino también un pasatiempo para muchos. Así, con la llegada de las primeras lluvias de finales de septiembre, la tarea se vuelve una misión importante en muchas partes de España.
La provincia de Teruel, en el sur de Aragón, destaca en ello por el valor cultural y la rica biodiversidad que ofrece. Además, es importante conocer los mejores sitios para recolectar setas, ya que el lugar de procedencia de cada una puede marcar la calidad del producto final.
Por ello, escoger un territorio repleto de este alimento, de fácil recolección y de excelente sabor, puede marcar la diferencia durante la época otoñal. Estas son algunas de las mejores zonas para recoger setas en Teruel:
Sierra de Albarracín
Ubicado entre las comunidades autónomas españolas de Aragón, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, la sierra de Albarracín destaca por su variada biodiversidad. La flora y fauna del entorno, sumados al clima fresco y las abundantes lluvias de otoño presentes en la Sierra, son motivos claves que facilitan el crecimiento de setas.
Una de las especies más destacadas -y posibles de recolectar en el enclave- es el níscalo -o Lactarius deliciosus-. Esta es la seta más buscada en la zona y una de las más comunes. Es cosechada principalmente en los pueblos de Orihuela del Tremendal y Bronchales, aunque es posible encontrarla a lo largo de toda la sierra.
Otras de las especies más comunes en el enclave son el hongo blanco -o Boletus edulis- y la seta de cardo -o Pleurotus eryngii-. La primera, al igual que el níscalo, es posible encontrarla en bosques mixtos con pinos y robles, sobre todo en zonas húmedas. Respecto a la segunda, esta es bastante común, pudiéndola encontrar incluso en prados.
Sierras de Gúdar y Javalambre
Las sierras de Gúdar y Javalambre cuentan con numerosas localidades por encima de los 1.000 metros de altitud y destacan por tener un clima frío en los meses de otoño e invierno. Así, ambas sierras cuentan con una fauna y flora similar entre la que destacan frondosos bosques como de pino negro y encina carrasca.
Al igual que con la sierra de Albarracín, el níscalo y el hongo blanco son dos de las especies más comunes de la zona. Esto es debido a la humedad y los pinares que rodean todo el enclave, que facilitan su crecimiento.
Otro de los hongos más destacados presente en ambas sierras es el apagador -o Macrolepiota procera-, de la familia de las agaricales. Este alimento destaca por su alto tallo que termina en un sombrero que puede llegar hasta a los 40 centímetros de diámetro.
Su recolección es compleja, ya que comparte aspecto con la familia de las lepiotas, las cuales son -por lo general- altamente tóxicas, por lo que no se debe confundir con hongos de dicha especie, ya que su ingesta puede provocar la muerte.
Comarca de Matarraña
La comarca de Matarraña, que limita con las provincias de Tarragona y Castellón, es una de las zonas de Teruel más cercanas al Mediterráneo. Por ello, la variedad en el ecosistema es notable respecto al resto de sierras y ecosistemas presentes en la provincia aragonesa.
El hongo negro -o Boletus aereus- es una de las especies más presentes en los bosques de encinas y robles de la comarca. Además, este tipo de hongo es muy apreciado en la gastronomía de la zona por su color negro y su singular sabor.
Otra de las especies más comunes en la zona es la trompeta de los muertos -o Craterellus cornucopiodes-, que no destaca especialmente por su apariencia, pero sí por su gran sabor. Esta especie es complicada de encontrar, ya que su pequeño tamaño, su color negruzco y su forma achatada hacen que pueda confundirse con hojas en el suelo.
Recomendaciones generales
La recolección de setas es común en muchas zonas de Teruel; por ello, en algunos territorios como la sierra de Albarracín es necesario contar con permisos para llevar a cabo la recogida. Además, pese a que en la zona elegida no haya restricciones, siempre conviene llevar a cabo la colecta setas de manera responsable.
Así, respetar el medioambiente y llevar a cabo una micología sostenible es importante para cuidar la biodiversidad de las zonas y evitar la sobreexplotación. Por otro lado, cortar las setas con un cuchillo afilado evitará dañar el micelio, dejando esta parte enterrada bajo la tierra y permitiendo que vuelvan a crecer en un futuro.
De igual manera, es importante revisar la toxicidad de cada seta recolectada antes de consumirla, ya que la ingesta de hongos tóxicos podría causar graves problemas de salud, y en casos extremos la muerte.