Toledo en un fin de semana: 11 lugares imprescindibles de “la ciudad de las tres culturas”

Toledo desde el puente de Alcántara.

Roberto Ruiz

Decir que Toledo es “un crisol de culturas” suena a expresión manida sacada de una guía de viajes de páginas ya amarillentas, pero desde luego referimos a ella como “la ciudad de las tres culturas” es del todo indiscutible. Durante siglos estuvo poblada por cristianos, judíos y musulmanes, lo que dejó en ella un rico legado patrimonial en su casco histórico que desde 1986 está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Toledo es una de las ciudades más turísticas de España. Tiene motivos de sobra para serlo, pero además su cercanía y buena conexión con Madrid hace que sea una de las escapadas imperdibles para muchos que visitan la capital de España. Sobre todo para muchos turistas extranjeros que buscan un lugar con encanto medieval al alcance de la mano. Y sí, Toledo se podría visitar en un día, a toda prisa y pasando muchas cosas por alto, por lo que si podemos dedicarle todo un fin de semana, mejor que mejor.

Hay mucho que ver y el plano de Toledo es de todo menos sencillo. Lo difícil es encontrar una calle recta o dos que sean paralelas, por lo que conviene tener las cosas claras antes de desorientarnos en su encantador, laberíntico y enrevesado casco histórico. Pero si tienes tiempo, hazlo. Piérdete. Callejea. Descubre. Solo así podrás experimentar de verdad lo que transmiten barrios tan embriagadores como el de su antigua judería. Y después, para no pasar nada por alto, asegúrate de no perderte nada de lo que te contamos a continuación. 

El Mirador del Valle

Antes incluso de entrar en la ciudad, la primera parada la podríamos hacer en el Mirador del Valle. Toledo creció en un meandro del río Tajo y aquí, desde la otra orilla, es donde se obtiene una de las panorámicas más hermosas que podrás ver de la ciudad. El Alcázar y la Catedral dibujan la silueta del casco histórico y si quieres que la estampa sea aún más bonita trata de visitarlo durante la puesta de sol. 

El Puente de Alcántara

De origen romano y construido sobre el Tajo, el Puente de Alcántara es uno de los caminos de mayor belleza que hay para llegar a la ciudad amurallada. Fue reconstruido por Alfonso X y por los Reyes Católicos, y junto a él la Puerta de Alcántara da acceso al interior del centro histórico. Si quieres entrar por el otro extremo de la ciudad, el puente medieval de San Martín tampoco se queda atrás. 

Las puertas de Toledo

Cuando tienes una ciudad amurallada necesitas puertas por las que entrar y salir, y muchos de estos accesos terminan siendo monumentales. Además de la Puerta de Alcántara ya mencionada, en Toledo hay unas cuentas más que merece la pena ver. La Puerta Nueva de Bisagra es una de ellas, pero también están la Puerta Antigua de Bisagra o de Alfonso VI, la Puerta del Cambrón, la Puerta de Bab-al-Mardum o de Valmardón y la Puerta del Sol.

La Catedral Primada de Toledo

Para empezar a entrar en materia hay que dirigirse a la catedral. La Catedral de Santa María es de estilo gótico y fue construida entre 1226 y 1493. Sus tres fachadas son de diferente época, la Puerta de los Leones fue la última en construirse y la Puerta del Reloj la primera. En origen se iban a construir dos torres pero solo se llegó a levantar una. Eso sí, de ni más ni menos que 92 metros. Por dentro sobrecoge tanto como por fuera, con una espectacular Capilla Mayor y obras de importantes artistas, como Goya o El Greco. 

La Plaza Zocodover

La Plaza Zocodover seguramente no te hará falta buscarla, porque sin mucho esfuerzo pasarás varias veces por ella. Es el centro neurálgico de la ciudad, la plaza con mayor ambiente de todas las que verás. Es de forma triangular, está rodeada de nobles edificios de arquitectura castellana y de todos los accesos que tiene hay uno que llamará especialmente tu atención: el Arco de la Sangre. De orígen árabe, del siglo X, y que comunicaba la Alcazaba con la Medina.

El Monasterio de San Juan de los Reyes

Este monasterio franciscano fue construido en 1476 por orden de los Reyes Católicos como homenaje a la victoria conseguida en la batalla de Toro. Es de estilo gótico isabelino y es uno de los edificios más bonitos de Toledo, por lo que conviene no saltárselo. Su claustro de dos alturas es su elemento más característico, obra maestra de Enrique Egas, así como los techos de madera policromada. 

La Sinagoga de Santa María La Blanca

Se encuentra en la antigua judería de la ciudad, fue construida como sinagoga en 1180 y transformada en iglesia en 1391. Quizá cuando entres te parecerá uno de los lugares más bonitos de Toledo, pues sus cinco naves con arcos de herradura, su reluciente color blanco y su elaborado interior de estilo mudéjar no son para menos. Es propiedad de la iglesia católica, funciona como museo y se puede visitar. 

La Mezquita del Cristo de la Luz

Las palabras “mezquita” y “Cristo” no pegan mucho si nos referimos a un mismo lugar, así que es interesante que conozcas su historia. Se encuentra cerca de la Puerta de Bisagra, fue construida en el 999 como una mezquita y es el elemento mejor conservado del pasado musulmán de la ciudad. Tras la conquista se convirtió en una iglesia y a pesar de que se llevaron a cabo algunas remodelaciones se conservó la mayor parte de su estructura original, algo que comprobarás al identificar sus numerosos arcos de herradura.

El Alcázar de Toledo

El Alcázar de Toledo será el edificio que más llame tu atención antes incluso de entrar en la ciudad, pues es con diferencia el que más sobresale cuando ves la ciudad desde lejos. Sus orígenes se remontan a época romana, ha sido utilizado como fortaleza, castillo y palacio, y el que ves fue mandado construir por Carlos I de España y V de Alemania a mediados del siglo XVI. Tras el fuerte asedio sufrido durante la Guerra Civil española tuvo que ser reconstruido o restaurado entre 1939 y 1957. Hoy en su interior se encuentra el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla La Mancha.

La Iglesia de Santo Tomé

La Iglesia de Santo Tomé conviene visitarla no solo por conocer la iglesia, sino porque en ella se encuentra una de las obras más célebres de El Greco: El entierro del conde de Orgaz. Este gran óleo de 4,80 x 3,60 metros fue realizado entre 1586 y 1588 y es una de las obras maestras del pintor de origen griego. Si al salir quieres conocer más sobre Doménikos Theotokópoulos a solo un par de minutos caminando se encuentra el Museo del Greco

La Sinagoga de Tránsito y el Museo Sefardí

Esta antigua sinagoga se encuentra dentro de la judería de Toledo, dónde si no, y se levantó en el siglo XIV bajo el mecenazgo de Samuel ha-Levi, tesorero del rey Pedro I de Castilla. Presume de ser una de las sinagogas más bonitas de la Europa medieval y tras la expulsión de los judíos de España en 1492 fue convertida en iglesia. Desde 1964 alberga el Museo Sefardí, referencia nacional sobre la cultura y la sociedad hispano-judía en España.

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