Para muchos, cuando se acaba agosto, se acaba el verano. Es el momento de volver a casa, abrir con pereza el ordenador del trabajo y preparar la vuelta al cole. Pero el verano, en el hemisferio norte, dura oficialmente hasta el 23 de septiembre. Y ya sea dentro de esas fechas o más allá, siempre podemos viajar a destinos en los que podemos seguir disfrutando del buen tiempo, incluso cuando ya no es verano.
Opciones cálidas hay muchas, pero al igual que a comienzos de año hablamos de la cuesta de enero, en esta época podríamos hablar perfectamente de la cuesta de septiembre. No vamos a proponer destinos como Brasil, Seychelles o Maldivas, sino otros mucho más cercanos y asequibles con los que poder seguir estirando el verano. Si queremos quedarnos en España, Canarias es siempre la apuesta segura, pero si preferimos salir de nuestras fronteras entonces no hay como mirar hacia el Mediterráneo para encontrar un buen número de interesantes países con altas probabilidades de ofrecer buen tiempo. Y, además, más tranquilidad, mejores precios y muchos menos turistas que en julio y agosto.
Islas Azores, la explosión natural de Portugal
Empezamos fuerte. En Portugal, sí, pero en las Islas Azores. Un destino de naturaleza abrumadora perdido en medio del Atlántico que lo mismo requiere chanclas y bañador que botas de trekking y chubasquero. Junto a Cabo Verde, las Canarias y Madeira, las Azores forman parte de la Macaronesia y a su vez se componen de 9 islas.
Aquí la actividad volcánica dejó su huella para siempre y al igual que podrás subir a algún volcán también podrás bañarte en algún cráter: el islote de Vila Franca do Campo es sin duda una de las imágenes más representativas de las Azores. Para probar algo típico no pases por alto el cozido de furnas, cocinado lentamente en el interior de la tierra.
Turquía, entre dos continentes
Turquía es un destino altamente recomendable en cualquier momento del año, pero si quieres alargar el verano puede resultar un gran acierto. Si conoces Estambul puedes aprovechar para descubrir el resto del país, y si no conoces la ciudad de las mezquitas entonces ya sabes por dónde empezar. La Mezquita Azul, la Mezquita de Suleiman o Santa Sofía son imprescindibles, pero sin olvidar nunca el Palacio de Topkapi, el Gran Bazar, la Torre Gálata, el Bazar de las Especias, la Cisterna de Basílica o el Cuerno de Oro.
Para ir más allá tienes Capadocia, donde las civilizaciones vivían en cuevas, Pamukkale y su peculiar “castillo de algodón”, Esmirna, con las espectaculares ruinas de Éfeso y Pérgamo, y para descansar: las playas de la Costa Licia.
Grecia, Mediterráneo en estado puro
Grecia nos puede recibir con los brazos abiertos al final del verano, con temperaturas templadas y con muchos menos turistas que en temporada alta. Podrías dedicar perfectamente 15 días a recorrer Grecia y ahí no deberían faltar Meteora, Delfos, Atenas y el Peloponeso, aunque si prefieres una escapada rápida con las dos últimas paradas tendrás de sobra para empaparte bien de la cultura y la mitología de este país repleto de historia.
Si quieres dejar las ruinas de lado y aprovechar para relajarte en el mar Egeo, entonces tu destino son sus islas. Mykonos y Santorini son las imprescindibles, pero en el Jónico también hay joyas como Zante que te cautivarán.
Túnez, el contraste africano
Viajamos a África del Norte para llegar a Túnez. Un destino repleto de contrastes naturales, un apasionante legado cultural, preciosas playas y a menos de tres horas de vuelo desde España. El país da para mucho, pero si va a ser tu primera visita te recomendamos comenzar por Túnez, su capital. Aquí te espera su medina y, entre muchas otras cosas, el Museo del Bardo, que puede presumir de conservar la mejor colección de mosaicos romanos del mundo.
En Cartago te espera su Museo Nacional, perfecto para conocer esta ciudad milenaria, así como un anfiteatro romano del siglo I. Aún más imperdible es el anfiteatro de El Djem, considerado uno de los más increíbles que puedes ver. Pero viajar a Túnez también es viajar al desierto, Tozeur te hará de puerta de entrada al Sáhara, y también viajar a la playa, donde Hammamet y Susa tienen mucho que ofrecer.
Croacia, la Europa que siempre sorprende
Croacia tiene una ubicación privilegiada y ofrece casi 6.000 km de costa (si contamos sus más de mil islas) bañados por un mar turquesa y cristalino. Se ha convertido en un destino muy popular entre los europeos, por lo que si vas fuera de temporada, mejor. Tiene mucho que ver y entre playas, ciudades y naturaleza verde tendrás de sobra para desconectar unos días. Siempre es recomendable que tu ruta te lleve por los lagos de Plitvice, donde encontrarás algunos de los paisajes más espectaculares del país, así como por el Parque Nacional de Krka. Y por supuesto no olvides islas como Brac, Hvar o Korcula.
Sus ciudades son la mejor imagen de su pasado y Zagreb, Porec, Rovinj, Pula, Zadar, Sibenik, Split y Trogir son un buen ejemplo de ello. Aunque Dubrovnik, con su espectacular casco antiguo fortificado frente al mar, enamora a todos los que se animan a recorrer su muralla de dos km y 16 torres.
Malta y sus tres islas
La República Maltesa, en pleno Mediterráneo, tiene una superficie que supera por poco a la canaria isla de El Hierro, por lo que es pequeña y fácilmente abarcable. La mayor de sus tres islas, Malta, nos ofrece un poco de todo y La Valletta, su capital, debería ser nuestro punto de partida. Se trata de una ciudad fortificada considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y aunque por ella pasaron fenicios, griegos, cartagineses, romanos, bizantinos y árabes, fue la Orden de los Caballeros de Malta la que nos dejó la ciudad que vemos hoy día. Si vas no te pierdas la Concatedral de San Juan, pues en su interior guarda unos los Barrocos más poderosos que verás jamás.
En el resto de la isla tu ruta debería incluir el bonito pueblo pesquero de Marsaxlokk, la antigua capital Mdina y la iglesia circular de la Rotunda, en Mosta. Si quieres naturaleza no te pierdas la Blue Grotto y los acantilados de Dingli. Y si el cuerpo te pide playa no dejes de lado sus otras dos islas: Gozo y Comino.