Villangómez y sus murales de arte urbano, el museo al aire libre de Burgos

Roberto Ruiz

9 de abril de 2021 21:03 h

A unos 25 minutos al sur de la ciudad de Burgos se encuentra el pequeño municipio de Villangómez, una localidad que cuenta con poco más de 100 vecinos y en la que ya hubo un asentamiento en época romana. Pero si hoy Villangómez se ha hecho famosa por algo no es por esos restos arqueológicos que nos hablan de una época pasada, ni por sus ermitas, iglesias o puentes, sino por el arte urbano que recogen sus calles en forma de mural.

Villangómez, que deriva de Villa de Don Gómez por haber sido su fundador Don Gómez, tal y como cuentan documentos del siglo XII, exhibe hoy en sus calles 33 murales de grandes dimensiones como resultado de un proyecto de rural street art que ha convertido a este pequeño pueblo en un referente turístico tanto de la provincia burgalesa como de toda Castilla y León. 

El Proyecto Pollogómez, cultura y desarrollo rural

Todo esto, y aunque de primeras suene un poco extraño, tiene que ver con la avicultura. Resulta que Villangómez es el pueblo que más carne avícola produce de toda Castilla y León y para celebrarlo, por así decirlo, en 2010 se decidió dar vida a un nuevo festival de música folk: el Pollogómez. Este festival queda englobado dentro del Proyecto Pollogómez, una iniciativa que desde hace ya más de 10 años viene trabajando por el desarrollo rural a través de la cultura en todas sus expresiones. Donde queda englobada la música y, también, la pintura.

El Festival Pollogómez es sin duda un evento mayúsculo, tiene lugar cada verano y en la última edición celebrada en 2019, ya que la de 2020 fue cancelada por la pandemia, pasaron por él unas 4.500 personas. Que teniendo en cuenta las dimensiones de la población, supone conseguir un importante impacto mediático. Y en él no solo hay música, sino también muestras de artesanía, mercado tradicional, talleres y actuaciones infantiles, catas, exhibiciones y, cómo no, grafitis y arte urbano. La caras, los movimientos y las expresiones de estas obras pueblan y dan vida a un municipio orgulloso de su identidad gracias a una iniciativa que, durante los últimos años, ha dejado en sus fachadas más de una treintena de obras pictóricas estrechamente ligadas a la literatura, dando lugar a la conocida como Ruta de Murales y Escritores.

La Ruta de Murales y Escritores, también con realidad aumentada

Para dar forma a estos 33 murales durante los últimos años han participado en la Ruta de Murales y Escritores artistas como Susana Velasco, Willy Arenas, Alegría del Prado, Kilipo, Goyo203 o Begoña Belmonte. Todas las obras tienen su título pero, además, todas están vinculadas a un escritor contemporáneo en concreto, como por ejemplo Boris Vian, Jorge Luis Borges o Gloria Fuertes, con el objetivo de acercar también la literatura al medio rural.

La Ruta de Murales y Escritores es un buen ejemplo de la lucha contra la despoblación, poniendo la cultura y el arte urbano al servicio del desarrollo rural. Los murales se han convertido en un atractivo turístico que genera visitas al municipio de Villangómez, como un mecanismo que fomenta la economía local y dinamiza el entorno, pues convierte el medio rural en un espacio ideal para llevar a cabo una actividad cultural y profesional al aire libre.

Para llevar a cabo todos estos murales se han empleado tanto paredes pertenecientes al ayuntamiento como fachadas de propietarios concretos que han solicitado participar en la iniciativa. En cada mural una placa informa del título de la obra, del nombre del artista y del escritor vinculado a la pintura, incluyendo además un código QR con el que ampliar información y un segundo código QR vinculado a una aplicación específica de realidad aumentada.

Esta aplicación, cuando estamos frente al mural y con el teléfono móvil en la mano, nos permite visualizar cómo se anima la obra cuando es enfocada con el dispositivo, poniendo en manifiesto que tecnología y mundo rural pueden ser buenos aliados cuando se ponen en un mismo plano. 

Así, dándonos un paseo por Villangómez iremos atravesando sus calles repletas de street art. Aunque hay obras para todos los gustos, pinturas como 'La casa en la mochila', 'La escucha del valiente', 'Paloma en el palomar', 'Sé como el girasol ' o 'Al borde del sendero' son sin duda algunas de las más espectaculares. 

Por lo que de este modo, a la vez que disfrutamos de este arte mural, conocemos sus templos del siglo XVI o comprobamos cómo las aguas del río ya no pasan bajo el puente del siglo XVII que mandó construir Felipe III, nos sumergimos en lo que se ha convertido en un referente al orgullo de la identidad rural, donde se visibilizan los valores vinculados a las tradiciones y se han puesto en valor aspectos como la sostenibilidad medioambiental o el encanto de lo rural.