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¿Quiénes nos engañaron: los padres de Nadia o las televisiones?

La madre de Nadia, Margarita Garau, sale del juzgado de La Seu d'Urgell

Pascual Serrano

Ha empezado el juicio contra Fernando Blanco y Margarita Garau, acusados de estafar 1,1 millones de euros a costa de la enfermedad de su hija Nadia Nerea. Se les acusa de haber engañado a miles de personas a las que hicieron creer que la vida de la niña corría peligro y que necesitaban dinero para poder costear diversos tratamientos en clínicas especializadas extranjeras y así poder curarla. En realidad, farsantes que nos piden dinero supuestamente para ser tratados de enfermedades graves hay muchos y en diversos lugares: en las entradas o en los vagones de metro, sentados en cualquier plaza con un cartel, interceptándote a la salida del supermercado o en una estación de autobuses, desde cualquier página web... ¿Cuál es la diferencia con respecto a los padres de Nadia? ¿Por qué ellos lograron recaudar esa millonaria cantidad de euros? La respuesta la sabemos todos: la cobertura constante que les dieron durante meses en periódicos, radios y televisiones. En total, casi una década de apariciones periódicas en diarios y programas de televisión.

Según la doctora en Psicología de la Comunicación Pilar Escotorín, del Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada (LIPA), lo sucedido se explica “por el espacio reservado para ese caso en los medios de comunicación y lo oportuna que fue esta historia para la parrilla televisiva y objetivos de audiencia de algunos programas”.

La explotación que hicieron del caso las televisiones sin el mínimo rigor periodístico y sin contraste de la veracidad de lo que estaban difundiendo fue pasmosa. En diciembre de 2012 Nadia y sus padres están en el programa de Telecinco “Sálvame” que siguió difundiendo el tema en sus redes sociales. Al mes siguiente acuden al matinal de Antena3 “Espejo Público” para recaudar 47.000 euros que les ayuden a luchar contra la enfermedad. Mientras un presentador juega con la niña, Susana Griso y otro presentador dan la voz a los padres para contar la historia. A los pocos días Mamen Mendizábal les lleva a “Más Vale Tarde”, en LaSexta. Dos días después, “La Mañana de La 1” celebró que la niña fuese a operarse “por quinta vez” destacando que los padres habían llegado “a vender hasta sus camas” para conseguir dinero. Precisamente informaron de que Nadia iba a viajar a Houston para ser intervenida. En marzo de 2013, Susana Griso conecta en “Espejo Público”, en Antena3, con la madre tras la supuesta operación de la niña. El caso no solo se limita a los magazines, sino que salta a los informativos de las cadenas como LaSexta: “La campaña de apoyo a Nadia consigue alargar su vida hasta ocho años más”, titulan en su web.

Los famosos de la tele se vuelcan en recaudar fondos para un calendario solidario. En el matinal “Espejo Público” promocionan un libro con la historia para recaudar fondos. Ahí sigue la campaña en su web: “Un cuento para ayudar a Nadia a luchar contra su enfermedad. Cuando le diagnosticaron la enfermedad, los médicos dijeron que no había cura. Pero Fernando y Marga, sus padres, no se detuvieron ante nada. Vendieron todo lo que tenían y se dedicaron a buscar los mejores especialistas por todo el mundo. De hecho, Fernando y Marga han dejado su casa de Mallorca y se han ido a vivir a un pueblo de los Pirineos porque los médicos han dicho que ese clima es mejor para la niña. Su historia está recogida en un cuento ”Alas de Mariposa“. En él, Nadia cuenta cómo fue esa campaña solidaria que empezó hace dos años y que le ayudó a conseguir el regalo que más desea, su 'Tarta del Tiempo'. Desde sus páginas dice cosas muy bonitas, especialmente a sus padres”.

Fernando y Marga regresaron al plató de “Espejo Público” para explicar cómo estaba su hija, y para pedir ayuda y recaudar otros 18.000 euros que necesitaba su hija.

Las televisiones locales se enganchan al asunto. Desde la balear a Lleida Televisión. Allí Fernando cuenta que había viajado por todo el mundo buscando investigadores: “Estados Unidos, Panamá, Brasil, Afganistán, Rusia, Cuba”...

En noviembre de 2016, en un mismo día padres e hija visitan “El programa de AR” en Telecinco y “Más Vale Tarde”. En el primero, Fernando mostraba su alegría por haber logrado recaudar el dinero, la presentadora del matinal sentó a Nadia sobre sus rodillas, donde permaneció toda la entrevista y en el segundo, mientras la niña juega con Mamen Mendizábal, todos celebran que habían recaudado los 137.000 euros que necesitaban para que volviese a ser operada y alargar su vida. También intervino el periodista de “El Mundo” Pedro Simón, el periodista que dio a conocer el caso Nadia. Por cierto, premiado ese año como el mejor periodista del año por la Asociación de la Prensa de Madrid.

Este es solo un breve repaso de las apariciones televisivas de Nadia, hubo muchas más. RTVE también recogió en su web la canción solidaria que grabó junto a famosos cantantes, así como su libro solidario ilustrado por Mariscal. Gran parte del famoseo como Alejandro Sanz o Belén Esteban; showmans de la televisión como Íker Jiménez o prestigiosos periodistas de investigación como Ana Pastor y Jordi Évole apoyaron la causa y así la legitimaron.

Nadie se molestaba en investigar qué había de realidad. Nadie se planteaba qué sistema público de salud tenía España si para que una niña se curara debían sus padre mendigar ayudas por las televisiones. Era una historia que vendía y además barata, los figurantes no cobraban a las televisiones, ya pagaban los telespectadores estremecidos por las imágenes de esa niña jugando a las rodillas de las presentadoras frente a la cámara.

Tuvo que llegar un blog el 27 de noviembre de 2016 para destapar la trama. Frente a las luces de los platós de televisión, Josu Mezo escribía con esta humildad un post que comenzaba así:

“Lo que voy a contar hoy es, seguramente, poco popular. Pero creo que debe decirse. El periodismo sobre buenas causas no puede estar exento de las reglas normales de la profesión, que se resumen en una sola: hacer todo lo posible para que todo lo que se cuenta sea verdad.

Que alguien haya pasado por experiencias terribles y pida nuestra ayuda no exime al periodista que lo cuenta de cerciorarse de que todo lo que le dice esa persona es cierto. De verificar la información con otras fuentes. De pedir ayuda a expertos para aclarar conceptos médicos o científicos oscuros“.

Días después, Hipertextual confirmaba las dudas de Mezo y seguidamente ya se hizo eco la gran prensa.

Ahora, en el juicio, la Fiscalía intentará demostrar que la vida de la niña nunca corrió peligro por su enfermedad, que los padres no reclutaron a “los más brillantes científicos del mundo”, que nunca fueron al Centro de Investigación Aeroespacial de Houston a que los especialistas la reconocieran y trataran, que nunca su padre fue a Afganistán con su hija “en brazos” y que “bajo las bombas” y “en mitad de la guerra” logró encontrar a un especialista que vivía “en una cueva” y convencerle de que se uniera a la investigación sobre el caso de Nadia. Que nunca habló con Al Gore, exvicepresidente de EEUU, sobre Nadia. Que el padre no sufre un “cáncer terminal” del que había “renunciado a tratarse” porque, decía, “no puede permitirse un día en la cama sin recaudar dinero para una hija a la que le falta tiempo”.

Todo eso contaron durante meses en los platós de televisión sin que ninguno de los periodistas contrastara con ningún testigo, se asesorara con ningún profesional médico, consultara ningún informe clínico, confirmara un solo euro de los gastos que decían haber tenido. Ahora los mismos periodistas, tras el juicio, volverán a montar otro show e incluso volverán a hacer caja para sus televisiones, denunciando el engaño de los padres. Pero la verdad es que no nos engañaron Fernando Blanco y Margarita Garau, como no nos engañaría un tipo que nos parase en la calle para pedirnos dinero porque está recogiendo cien mil euros para llevar a su hija a Houston a operarse. Nos engañaron los periodistas y los medios de comunicación, sobre todo televisiones, que no hicieron bien su trabajo y que se dedicaron a rellenar un tiempo de programación con poco dinero, pareciendo solidarios y con mucha audiencia. Alguien debería calcular la publicidad que ingresaron las televisiones en los descansos de aquellos magazines con Nadia, quizás la cifra sea mayor que la que supuestamente han estafado los padres de esa niña.

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