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Barry Adamson, músico: “Unirme al postpunk fue genial pero activó mi instinto autodestructivo”

El músico Barry Adamson

Rafa Cervera

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Para Barry Adamson, que debutó tocando con Magazine y después pasó a formar parte de los Bad Seeds de Nick Cave, escribir sus memorias ha sido una consecuencia más de sus otras actividades artísticas, que hasta ahora se habían manifestado a través de la música, el cine y la fotografía. Gran parte de su carrera en solitario está dedicada a las bandas sonoras. En algunos casos, fue compuesta para películas firmadas por nombres como los de Derek Jarman, Carl Colpaert, David Lynch o Allison Anders. En otros, se trata de música cinematográfica sin más, que solamente responde a las imágenes e historias –casi siempre con un aire policíaco- imaginadas por su autor.

La voz narradora de Por encima de la ciudad, por debajo de las estrellas (Liburuak, 2024, traducido por Ibon Errazkin) es una consecuencia de todo esto. “Verme a mí mismo como un personaje de película fue algo que surgió de manera natural”, comenta Adamson desde su despacho, en conversación con elDiario.es. “Creé un personaje y le hice vivir los treinta primeros años de mi vida. Pensé que eso me facilitaría resultar sincero, brutalmente honesto a la hora de hablar tanto de las malas como de las buenas experiencias que he vivido. Así que me inspiré en esas voces en primera persona de las novelas detectivescas, y fui elaborando un staccato de frases breves que recordaran más a los titulares de un periódico. Me pareció más interesante hacer lo opuesto al típico libro de memorias de un músico”.

Por encima de la ciudad, por debajo de las estrellas comienza con el recuerdo de Fever, cantada por Peggy Lee, cuando el protagonista todavía es un feto en el vientre materno. “Es una canción tan arraigada en mi memoria que a veces me pregunto si no empecé a escucharla antes de nacer, cuando mi madre la cantaba o la escuchaba, sintiendo la vibración de ese bajo”, recuerda.

Adamson nació en 1958 en el suburbio de Moss Side, un área urbana de Manchester que durante años tuvo un alto índice de criminalidad. Su padre, de origen jamaicano, se alistó en la RAF para combatir al ejército alemán; cuando la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su final, conoció a su esposa, una mujer de raza blanca. Esa mezcla de etnias y culturas marcó su infancia, que desde su niñez sintió que no pertenecía a ningún mundo. La colección de jazz de su padre y el pop del momento (PJ Proby, Tommy Steele) forjaron sus primeros hábitos musicales.

Parte de esa experiencia también es revivida al principio de su nuevo álbum Cut To Black –que da comienzo con la canción The Last Words Of Sam Cooke– de tal modo que se podría decir que están conectadas a los capítulos iniciales de su libro. “Esas cuatro primeras canciones reflejan recuerdos y vivencias que me influyeron mucho. Es como pintar un retrato siguiendo otro método. Pero en el disco no hay solamente piezas del pasado. También hay otras orientadas hacia el futuro. Es un álbum que explica de dónde vengo e intenta vislumbrar hacia dónde me dirijo”. Adamson presentará su nuevo álbum en España con una única actuación en Barcelona el próximo 14 de junio.

A pesar de la fuerte conexión que el punk tuvo con el reggae, y de la aparición de un buen número de bandas de ska con formaciones étnicamente mixtas, los grupos del punk y el postpunk británico estuvieron mayoritariamente compuestos por músicos blancos. “En Estados Unidos fue distinto, pero lo que pasaba en Inglaterra fue fruto de la situación general de segregación. Así funcionaban las cosas. Yo hice caso omiso de la situación e intenté encontrar algo que me interpelase directamente”.

Aquejado desde su infancia por una dolencia que afecta a sus huesos y, especialmente, a su cadera, el adolescente Adamson se sintió irremediablemente marginado. Escuchaba música negra, pero sobre todo se identificaba con el punk de sus paisanos los Buzzcocks. Gracias a esa atracción, terminó tocando el bajo en el nuevo grupo de quien fuera su cantante, Howard Devoto. Su paso por Magazine, con los que estuvo desde su formación en 1978 hasta su ruptura en 1981, le llevó a conocer a otra figura influyente: la artista plástica Linder Sterling

Sterling era conocida por sus collages, en los que cuestionaba el rol de la mujer en la sociedad consumista, usando técnicas similares a los empleados por Richard Hamilton en sus cuadros de pop art. Uno de ellos se convirtió en la portada del sencillo Orgasm Addict de Buzzcocks. Unos años después, Sterling montó el dúo Ludus de pop experimental y, hoy en día, sigue siendo una de las viejas amistades de Morrissey. Adamson mantuvo un idilio con ella cuando aún era la novia de Devoto. “Una gran galería londinense está preparando una retrospectiva sobre su obra. Parece que la orientación feminista de su trabajo empieza a ser reconocida. Le conté que iba a escribir el libro y me dijo que no me reprimiera. Cuéntalo todo, me dijo. Linder siempre ha ejercido como agente provocador. Así que tuve en cuenta su consejo mientras redactaba el libro. No sé si lo ha leído, imagino que no. Recuerdo haberle hablado de la película sobre Morrissey [England Is Mine, Mark Gill, 2017] en la que aparece un personaje inspirado en ella. Le comenté que la película estaba muy bien y que la actriz que la interpretaba hacía muy bien su trabajo. Me dijo que no pensaba verla. Lo entiendo perfectamente, seguramente yo haría lo mismo”.

Adamson no pasó mucho tiempo parado cuando Magazine dejaron de existir. Una de sus bandas favoritas de ese momento era The Birthday Party. Cuando se quedaron sin bajista, Nick Cave le propuso a Adamson que se uniera a ellos. “Es extraño ver cómo se abren ciertas puertas y cómo las acabas cruzando. Junto con The Pop Group, The Birthday Party eran lo mejor que estaba ocurriendo en ese momento en el campo del postpunk. Unirme a ellos fue genial, pero aquella decisión activó también mi instinto autodestructivo. Ahí comenzó el principio de la caída. Me encontraba en el lugar perfecto a todos los niveles; también para que iniciara mi proceso de desintegración absoluta”.

Su adicción a la heroína fue en aumento y, paralelamente a eso, fueron teniendo lugar irreparables pérdidas personales. Fue una de las personas del círculo de Cave, la letrista y cantante Anita Lane, la que le hizo enfrentarse a la realidad. “Ella siempre estaba por allí, era como un pequeño ángel problemático. Llegaba, decía algo y desaparecía. Hablábamos de todo, era muy divertida. Para mí fue una persona fundamental porque no se callaba, me repetía una y otra vez que necesitaba ayuda. En boca de otra persona, eso podría haberme molestado, pero respetaba lo suficientemente a Anita para saber que tenía razón. Y al final le hice caso”. Lane, que falleció en 2021, canta en una versión de These Boots Are Made For Waking que Adamson grabó para una de las primeras bandas sonoras que compuso. En el vídeo del tema, Lane canta y baila sujetando en brazos a su bebé, al cual, tal como cuenta Adamson, llevó al rodaje porque no tenía con quien dejarlo. “No había nada planeado. Aquello surgió de manera espontánea”.

Por encima de la ciudad, por debajo de las estrellas concluye cuando Adamson, liberado ya de la heroína, inicia su carrera como solista, una etapa que da comienzo en 1988 con el epé The Man With The Golden Arm, y se consolida unos meses después con el álbum Moss Side Story, un álbum instrumental de aires cinematográficos y también autobiográficos que, con su mezcla de estilos, inventa una especie de noir postmoderno. “Necesitaba hacer algo abstracto para crear mi propia identidad. Cuando escuchaba temas de películas distintas intentaba imaginar cómo sería el resultado si una persona unía todos esos estilos, un poco de rock, un poco de jazz, algo de psicodelia. Así nació Moss Side Story y así empecé a tener conciencia de que quizá ese disco era yo. Y decidí seguir ese camino”.

Ese trayecto continúa con Cut To Blak, que sigue moviéndose entre lo autobiográfico y lo imaginario. “El título hace referencia al fundido al negro de las películas. Implica una transición y a la vez es una metáfora de cómo me veo ahora mismo. Mi pasado, mi presente y mi futuro están ahí. A veces, recordar tu propia historia es como un sueño. ¿Ha existido realmente mi pasado o lo he soñado? Lo único que existe es el ahora”.

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