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Sobre este blog

Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

El respeto no reside en palabras bonitas y tonos suaves

Iliassou Olalla

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Según la Real Academia Española (RAE), el respeto es en su primera acepción el veneramiento, acatamiento que se hace a alguien. En su segunda acepción, se define como miramiento, consideración, deferencia. Sin embargo, aunque en nuestro imaginario tenemos la segunda definición, en la práctica es la primera definición la que se hace el respeto se suele reducir a las buenas formas y modales, siendo una forma de validar violencias y abusos.

Desarrollo este último punto, dado que tan sólo consideramos como violencia y abuso aquellos que tienen que ver con la sangre o la carne (sexual). Y esto en sí mismo supone un problema de base ya que nos deja ante la indefensión al no poder identificar correctamente la situación, como consecuencia no poder protegerse y defenderse. O incluso, como suele ser más común, ser identificadas como maleducadas e irrespetuosas por no haber utilizado las formas y tonos “adecuados” para hablar de esa situación de violencia.

Un ejemplo para contextualizar: tu jefe que no te paga las horas extras y se niega a hacerlo. Cuando te sientas a hablar con él, te dice con una sonrisa y palabras sosegadas que te invitará a comer para compensar las horas extras que llevas haciendo desde hace meses. O cuando una “amiga” te miente sobre su situación económica para que le prestes dinero, y cuando le dices que no puedes dejarle más dinero, te exige amable y respetuosamente que hagas un esfuerzo y te pongas en su lugar, siendo tildada de violenta al mantener tu negativa. Aquí entramos en otra cuestión, sobre autoridades, maltrato y luz de gas, pues siendo plenamente consciente de que “A” no es “B”, pero eres tú la que confunde “B” con “A”.