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La prostitución y las drogas suman 10.000 millones de euros al PIB

El tráfico de drogas se tendrá en cuenta para medir el PIB.

Belén Carreño

La economía española será oficialmente 20.000 millones de euros más grande este otoño. Este aumento no estará motivado por ninguna recuperación económica, ni por las reformas impuestas por la troika. Su origen estará en un cambio en la metodología estadística que se aplica para medir el Producto Interior Bruto y que a partir de octubre recogerá dos cambios singulares.

El más chocante es, sin duda, la incorporación de la economía ilegal como parte de la actividad económica. El Instituto Nacional de Estadística comenzará a estimar cuánto dinero mueven las transacciones económicas de actividades como la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando. Expertos conocedores de este tipo de datos aseguran que el resultado será que se aflorará el equivalente a un 1% del PIB en este tipo de operaciones. Redondeando, la economía española roza el billón de euros, así que lo ilegal mueve el equivalente a 10.000 millones de euros al año en España.

Desde hace años, el Sistema Europeo de Cuentas (SEC) viene pidiendo a sus miembros, los 28 países de la UE, que comiencen a tener en cuenta en sus estadísticas estas operaciones fuera de la ley. La recomendación pasará a ser obligación en 2016 pero el INE ha decidido ponerse manos a la obra este mismo ejercicio. La razón es que este año entran en vigor otros cambios estadísticos, como la forma de contabilizar el I+D+i o la producción de armamento. A partir de ahora el gasto en I+D pasará de contarse como consumo intermedio a inversión (formación bruta de capital fijo).

Los responsables de estadística españoles prefieren tocar la metodología sólo una vez (y no volver a modificarla dentro de dos años), por lo que aprovecharán el cambio obligado en otoño para introducir ya la cuantificación de la economía ilegal. Se da la casualidad de que Bruselas ha estimado que el cambio en la forma de medir el I+D+i supondrá que la economía española aumente también... entre un 1% y 2 %. Es decir, la inversión en I+D+i que aflorará puede ser más o menos el equivalente a lo que se mueve en actividades ilegales. En total, y de nuevo redondeando, la economía pasaría de tener un billón de euros a 1,02 billones.

Cabe resaltar que estos dos cambios, los que tendrán más impacto de las numerosas modificaciones que se van a hacer en contabilidad nacional, lo que hacen es ensanchar la base. Esto es, el tamaño de la economía será más grande. Pero con la nueva base se recalculará toda la serie histórica hacia atrás. Esto hará que las tasas de variación, el dato que comúnmente se utiliza para hablar de crecimiento o recesión, apenas variarán. “Como mucho, se corregirán una décima al alza o a la baja en algún trimestre”, aclara Santiago Sánchez Guiu, coordinador de macroeconomía del Instituto Flor de Lemus (Universidad Carlos III de Madrid). Esto quiere decir que los registros que miden el crecimiento o la caída de la actividad económica apenas se alterarán.

Lo que sí se verá alterado será el nivel de endeudamiento. Al tener una base mayor, la proporción de la deuda pública sobre el conjunto de la actividad económica menguará.

También se debe tener en cuenta que poner cifras a esta actividad ilegal no implica que se esté creando. Sólo se pone números a unas actividades que ya se registraban y no se cuantificaban de forma oficial.

Las dudas que ofrece esta novedad estadística son evidentes. ¿Cómo se puede calcular lo que se gasta en prostitución o contrabando cuando no hay registros oficiales? Eurostat no da muchas especificaciones, aunque adelanta un esbozo técnico. La prostitución se medirá desde la perspectiva de la oferta, esto es, por el valor del servicio prestado, y en el caso del tráfico de drogas se hará con una aproximación desde la demanda: el valor pagado.

Consentimiento mutuo en la transacción

Uno de los mayores expertos en análisis de coyuntura en España, Ángel Laborda, director del gabinete de coyuntura del servicio de estudios de las cajas (Funcas), reconoce la complejidad del proceso y asegura que se hará mediante la recolección de estimaciones de fuentes indirectas. La policía será una de las principales fuentes para recabar este tipo de informaciones, pero también lo serán diferentes estudios internacionales o de las ONG. Por ejemplo, el año pasado la policía lanzó una campaña para denunciar la explotación sexual en la que aseguraba que la trata de blancas movía cinco millones de euros al día en España.

Pero, precisamente, no está claro que se pueda incluir este caso de “trata de blancas” o explotación de personas en las estadísticas de economía ilegal. En una de las pocas especificaciones que se hacen desde Luxemburgo (donde está Eurostat) se dice que en estas transacciones ilegales tiene que haber “consentimiento por las dos partes”. Los robos, por ejemplo, no se podrían tener en cuenta. Laborda cree que en el caso del tráfico de personas sí se debería incluir en la estadística ya que supone una transacción económica.

Tampoco está claro qué tratamiento estadístico se le atribuiría a efectos de darle un seguimiento. Es decir, si habría una partida que recogiera estas actividades ilegales o se irían añadiendo en los diferentes sectores. En las nuevas normas de Eurostat la prostitución sí viene como la prestación de servicios bajo el epígrafe 12.2 de “Consumo individual según finalidad”. Los expertos recuerdan que estas actividades pueden tener una repercusión transversal y pueden necesitar incluso una cuenta satélite aparte, como sucede en el caso del turismo.

Los países de la UE han ido incorporando esta actividad en sus cuentas de forma paulatina. Uno de los pioneros fue Suecia, que lo contabiliza desde 2007. Sin embargo, a Suecia la economía ilegal sólo le supone un 0,17% de su actividad.

No hay que confundir tampoco economía ilegal con economía sumergida. Como explica Laborda, la economía sumergida ya se mide indirectamente por diversas vías. La primera es el consumo pero también es la Encuesta de Población Activa (EPA), que registra a la población ocupada aunque esté en negro.

Precisamente la EPA es otra de las estadísticas que se va a ver afectada por un tercer cambio que también influirá en la medición del PIB. En el último mes de 2012 se cerró uno de los trabajos estadísticos más ingentes que realiza el Estado: el censo de población. El nuevo censo, que se hace cada diez años, se deberá trasladar ahora a los cálculos del PIB y de la EPA. La introducción de este nuevo dato suele tener un impacto fuerte en estas estadísticas, ya que los movimientos de población en España, especialmente durante la década de 2001 a 2011, en la que se aumentó en casi 6 millones de personas la población, fueron importantes.

Con todo, el propio director del INE, Gregorio Izquierdo, en unas declaraciones a Cinco Días aseguró que el impacto de introducir estas nuevas cifras será limitado. Como la población puede ser mayor a la estimada hasta ahora, puede haber un impacto en la tasa de paro (que se calcula con el número de parados entre la población activa).

Habrá otro cambio en la contabilidad, menor pero interesante: se tendrá en cuenta la producción de armamento. Hasta ahora se consideraba que la capacidad destructora de estos aparatos restaba a la actividad económica pero, habida cuenta de que no se utilizan en el continente europeo, han decidido pasarse a la parte de actividad.

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