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De Rafa Nadal a Llados, hegemonía de una ideología tóxica

Rafa Nadal pasa una revisión tras una lesión

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Hay una línea que une a Steve Jobs con Llados e Isabel Díaz Ayuso y Javier Milei. Una red de afectos, deseos y expectativas que se construyen con la falsa esperanza del éxito asegurado a través del esfuerzo, la resistencia y la disciplina estoica que ignora la importancia del origen social, el dinero de la familia y el capital social, que en última instancia son mucho más determinantes para el éxito que las frases huecas de quien no tiene capacidad para unir dos palabras con sentido. La degeneración de nuestro tiempo se siente en una especie de revolución contracultural de inanes intelectuales, una dinámica que se aprecia en los referentes que los adoradores del capital tienen como ejemplos motivacionales para tener amansadas a las masas populares con aspiraciones imposibles que los alejen de identificar las causas estructurales de su desesperación. Si en un tiempo no tan lejano se elegía a personajes como Steve Jobs para enseñar la excepción como regla de lo que puede ser el futuro de quien tiene una idea, emprende y alcanza el objetivo para enriquecerse ahora ha mutado a personajes ciclados de las redes sociales como Llados que desprecian el conocimiento e idealizan la idiocia como camino al éxito a través de vídeos en Instagram y suscripciones a su canal de YouTube.

La esencia de este pensamiento es el capitalismo decantado, puro, esencial y cómico, pero efectivo, porque lo que hace es transformar la hegemonía cultural en estafa para incautos aprovechándose de décadas de supremacía ideológica para exprimir a los más débiles mentalmente para su propio beneficio. La adoración por los multimillonarios, el culto al cuerpo, las frases motivacionales sacadas de Zenón de Citio y la sensación de exclusividad son los ejes que vertebran un pensamiento de tintes sectarios que está asolando en las redes sociales a una parte importante de la población masculina joven. La burla que pueden provocar ciertos comportamientos de personajes como Llados o El Xokas no implica que no tengan el suficiente peligro como para engrasar una ideología política con la fuerza como para llegar al poder en unas determinadas circunstancias. Argentina es nuestro espejo. La idiocracia está cerca y se nos muestra entre vídeos de TikTok con neones y mentorías de vigoréxicos con citas de las Meditaciones de Marco Aurelio.

Es posible establecer un mapa de la ideología dominante a través de una abuela desahuciada, y una escuela de tenis a un fucking burpees. The Grefg desahuciando a una abuela para enriquecerse mientras Rafa Nadal abre una escuela de tenis en Arabia Saudí nos muestran la riqueza infinita y el hambre insaciable, no hay moral ni ética que nos separe de un mundo individualista y sin empatía que permita añadir un cero más a la cuenta corriente. No hay elementos que vertebren de manera más transversal el pensamiento del capital que el dogma de la propiedad privada y la concepción íntima e individualista de que nunca es suficiente el dinero que puede amasar quien ya lo tiene todo. Esa percepción es la base fundamental de esta doctrina ideológica tóxica de capitalismo puro empaquetado en píldoras de veinte segundos en redes sociales.

Rafa Nadal ha decidido arrastrarse por las pistas de lesión en lesión después de haber sido el deportista más importante de todos los tiempos a la altura de Pau Gasol o Miguel Indurain. La paradoja es que el tenista es víctima de la ideología sectaria del éxito que ha envilecido incluso a los que han conseguido escapar de esa falacia del triunfo fácil a través del esfuerzo habiendo sido uno de los escasos ejemplos de aquellos que sí han logrado sobresalir en su área por un talento innegable y un esfuerzo a su misma altura. El tenista español ha decidido echar por tierra la imagen que se ha fraguado haciendo que recordemos sus últimos años como los de un hombre que no supo aceptar su decadencia mientras decidió destruir el capital moral acumulado haciendo mucho más dinero con una escuela de tenis en Arabia Saudí. El mensaje que transmite es que nunca es suficiente y que los que critican esos comportamientos envidian lo que ellos tienen sin considerar que puede haber un pensamiento mucho más elevado que considera que existen comportamientos que nunca pueden justificar el enriquecimiento. Pero Llados siempre ofrece una respuesta a la crítica, para el pensamiento de Mr Wonderful con anabolizantes quien critica cualquier actuación del millonario se deberá al pensamiento perdedor de mileurista que hay que despreciar para lograr los objetivos.

La representación política más elevada en España de esta escuela de pensamiento pervertido fue Ciudadanos y Albert Rivera. El partido naranja era el preferido del vendedor de coches usados del medio oeste americano, del comercial de ventas enzarpado, y del agente de preferentes, un lugar político ahora ocupado por Isabel Díaz Ayuso, que ha copiado todo aquello que podía servirle para cooptar ese pensamiento individualista de superación y esfuerzo usado para ocultar el privilegio en el que todos se han criado y que ha atraído a esa tribu de vendedores de Tecnocasa con el póster en su habitación del Lobo de Wall Street. Es inquietante buscar las similitudes entre los mensajes de un tipo como Llados e Isabel Díaz Ayuso, pero no solo son efectivos, sino que son los más eficientes del momento en un sector de la población completamente envenenado por el aspiracionismo capitalista del camelo de la cultura de la esfuerzo.

Javier Milei, que es uno de los máximos representantes de este pensamiento mágico liberal-aspiracionista, llegó al poder siguiendo las máximas de esta excrecencia ideológica. En uno de los viajes personales que se ha dedicado a realizar desde que es presidente se reunió en la fábrica de Tesla con Elon Musk. Las imágenes que la Casa Rosada compartió durante el encuentro mostraban una adoración religiosa por parte del presidente argentino hacia el multimillonario americano con un comportamiento infantil propio de quien se encuentra ante su dios. El riesgo de despreciar la potencia de ese pensamiento es convertirlo en el que dirige los designios del resto, nos podemos reír de Javier Milei por tener miedo a las patatas fritas, tener esa perturbadora relación con su hermana y hablar con su perro muerto, pero si esas cosas son accesorias es porque esos personajes han conseguido pulsar la tecla que activa la zombificación de miles de adolescentes y varones adultos disfuncionales con derecho a voto prometiéndoles un futuro de lambos, mansiones frente a la playa, un cuerpo de culturista y mujeres con formas de Lara Croft. Ese es el futuro que asoma y está en las pantallas de nuestros teléfonos móviles. 

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