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Relájese, presidenta

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a su llegada a la reunión del Consejo de Gobierno de la comunidad este miércoles. EFE/ Rodrigo Jimenez

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Adelante, presidenta. Ni un paso atrás. Es usted nuestra Zelenski, resistiendo heroicamente al asedio del ejército rojo y las hordas sanchistas, jugándose literalmente la vida en cada rueda de prensa, acechados usted y los suyos a cada paso que dan por la turbia conspiración del Estado donde participan los Nazgûl del Señor de los Anillos, los dementores de Harry Potter, los caballeros de la Orden Sith y los vecinos de Mia Farrow en La Semilla del Diablo. Ayudada únicamente por Miguel Ángel Rodríguez, parapetado en su whatsapp mientras dispara rayos de luz, amenazas y millones de euros con la sabiduría de un cuñado a quien hubieran puesto a los mandos de la Nasa. Adelante, presidenta. Hip, Hip, Hurra.

Y Ahora en serio, que somos mayores ya para estos argumentos de serial y no vamos a comprar tres veces seguidas la misma táctica Ayuso. En la pandemia, cuando le preguntaban por las personas mayores abandonadas a su suerte ante la muerte, la culpa era de Pablo Iglesias y luego ya recayó en todo el malvado gobierno sanchista. Cuando lo de Pablo Casado -pobrecito mío- preguntando por los contratos de su hermano comisionista, se trataba de un ataque desde el PP, su propio partido, lleno de traidores y colaboracionistas con el Sanchismo. Ahora que preguntan por los delitos fiscales de su pareja, todo responde a una conspiración de los poderes más turbios del Estado al servicio del sanchismo más abominable. 

Relájese, presidenta. Nadie se quiere meter en su cama igual que se ha metido usted en el lecho de miles de madrileños y madrileñas porque no le gusta su orientación sexual o su identidad de género recortando sus derechos y volviendo a tratarlos como a enfermos. Por supuesto que nadie la hace responsable de los negocios de su pareja. Usted no es Mónica Oltra, quien -según usted misma nos explicó- sí era responsable y puede que cómplice de los abusos de su marido; usted es especial, usted solo responde ante Dios y ante la Historia.

Los negocios y las comisiones de su hermano o su pareja en plena pandemia son cosa de ellos, de Hacienda y de la Justicia si se tercia. De lo otro, cada uno sabe lo que lleva en la conciencia, cuánto ha cargado y cuánto le queda aún por cargar.  Usted sabrá si compensa. 

A mí, como ciudadano que sí paga sus impuestos, lo que no me ha explicado y tiene la obligación de aclarar, pues ocupa usted un cargo público y debe cumplir y hacer cumplir la ley en privado y en público, es por qué nos ha mentido al acusar a Hacienda de una inspección salvaje; cuando el inspeccionado, a través de su abogado y por escrito, ya había reconocido haber mentido a Hacienda, después de haber intentado retirar facturas falsas utilizadas para el fraude, y solicitaba llegar a un acuerdo para evitar la cárcel.

A mí, como ciudadano que sí paga sus impuestos, lo que no me ha explicado y tiene la obligación de aclarar, pues ocupa usted un cargo público y debe cumplir y hacer cumplir la ley en privado y en público, es por qué nos ha tratado de engañar al proclamar que todo está en A cuando ya se han reconocido dos delitos fiscales. Pregunte a sus abogados si no me cree: que esté en A no quiere decir que sea legal, por eso se le llama blanqueo y pasar dinero B a dinero A es el objetivo de la operación.

A mí, como ciudadano que sí paga sus impuestos, lo que no me ha explicado y tiene la obligación de aclarar, pues ocupa usted un cargo público y tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir la ley, en privado y en público, es qué pruebas maneja usted para acusar a los funcionarios y trabajadores públicos de la Agencia Tributaria y la Fiscalía de Madrid de prevaricación, porque, si no las tiene y seguro que no las tiene, quien está delinquiendo ya no es su pareja; es usted y además lo hace contra funcionarios públicos. 

No hace falta que venga nadie a triturarme. Ya cierro aquí. Con estas tres cuestiones me conformo.

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