Tenemos dos opciones. Una con ropa y la otra sin ella. Eso ya depende de cada cual. Pero lo importante es no confundirse porque se puede liar parda. Vaya vestido a la que hay que ir vestido. Y desnudo, a la que está bien visto ir desnudo. Teniendo esto claro, las dos parecen buenas y sugerentes opciones.
La primera: opción vestido. La Biblioteca Nacional acaba de inaugurar una exposición que homenajea el importantísimo papel de las mujeres españolas pioneras en el arte de escribir. El despertar de la escritura femenina en lengua castellana, que es como se titula la exposición, hace un recorrido por las primeras mujeres, seglares o religiosas, que desempeñaron un papel determinante en el devenir de nuestra literatura. A través de cuarenta obras literarias, tenemos la oportunidad de aproximarnos a las dificultades con las que convivieron estas “poetisas” por el hecho de escribir, a la censura a la que fueron sometidas sus creaciones y a las relaciones e influencias que se establecieron entre ellas y, por supuesto, con otros escritores. La comisaria de la exposición, la escritora y traductora Clara Janés, ha señalado que, aunque la muestra es muy significativa, “seguramente había muchas más mujeres que escribían, pero lo hacían solamente en sus casas y no eran conocidas”.
La segunda: opción desnudo. En el museo Leopold de Viena actualmente se puede visitar la exposición Hombres desnudos. Y lo curioso es que la dirección ha organizado, fuera del horario habitual, visitas para grupos de nudistas. Al parecer, hubo una petición formal por parte de una asociación alemana y han entendido que la propuesta es interesante y no hace mal a nadie. Eso sí, ellos avisan: “Si no sois nudistas, sois bienvenidos a venir vestidos. Pero no queremos mirones, así que es mejor no estar vestido”. Mensaje directo. La exposición, como bien concentra su título, es un itinerario a través de las distintas representaciones de la desnudez masculina a lo largo de la historia del arte. Y aunque quienes la han visto salen satisfechos con la calidad de la muestra, los hay también que ven en todo esto una espléndida campaña de marketing: las visitas han aumentado más de un diecisiete por ciento.
Decidan lo que decidan, vayan a la que vayan, para evitar confusiones desagradables, sigan este tradicional y útil consejo: donde fueres, haz lo que vieres. No vaya a ser que.