Ángela Armero es guionista de cine y televisión. Además imparte clases en la escuela creativa Hotel Kafka, colabora en diversos medios, ha escrito y dirigido dos cortos (“La Aventura de Rosa” y “Entrevista”) y ha publicado una novela juvenil (Alexandra y las Siete Pruebas.) Es una adicta a las series y dice que no quiere quitarse.
The Americans: Una relación particular
Lo que pensé cuando vi el (mejorable) piloto de “The Americans” es que me estaban enseñando algo que yo no había visto antes. La serie, creada por Joe Weisberg, ex agente de la CIA y guionista de la fallida “Falling Skies”, trata de la estresante vida de Elizabeth y Philipp Jennings, una pareja de espías soviéticos de la KGB quienes viven en los Estados Unidos en los años 80 haciéndose pasar por una familia convencional mientras se juegan el pellejo en su trabajo de agentes encubiertos.
Phillip y Elizabeth tienen dos hijos juntos y llevan diez años conviviendo como marido y mujer, y viven en una casa residencial típicamente americana en las afueras de Washington. “The plot thickens” cuando se muda a su barrio Stan Beeman, un agente del FBI. La mayor preocupación de Philip y Elisabeth es mantener a salvo a sus hijos y en el arranque de la serie se plantean si deberían seguir con su peligrosa vida. (Espoiler leve de aquí al final, parecido al de ver un trailer de la serie.)
Como pareja “profesional” de espías, Philipp y Elisabeth están juntos y confían ciegamente el uno en el otro. Son ellos contra el mundo, aman a sus hijos, pero como su matrimonio no es “real”, al menos en su origen, su amor el uno por el otro es variable, nació como una falsedad, se fue larvando en ella y en él de formas diferentes. Elizabeth es más inflexible y patriota, ella quiere darlo todo por su patria, pero él no. Él considera que su vida es una locura, que en EEUU no se vive tan mal y que quizá deberían desertar y tener una vida normal con sus hijos. El grave problema no lo tienen en su peligrosisíma cotidianidad, sino entre ellos dos. Philippe la considera su mujer, la ama como a tal, por mucho que su matrimonio empezase como una tapadera, pero ella no lo siente así. Su amor por Phillipe fluctúa según su estado de ánimo y los acontecimientos, como una relación de pareja que está comenzando en el que uno de los dos apuesta a muerte por la relación pero la otra persona no sabe lo que quiere.
Y esta relación es lo que yo nunca había visto en una serie: un matrimonio que tiene una relación incierta y tormentosa, típica de dos jovencitos impulsivos, movidos como dos marionetas por un torrente hormonal. Una tensión sexual latente dentro de un matrimonio. Todo la incertidumbre, la adrenalina y el riesgo a resultar herido propios de una relación titubeante pero en el seno de una familia, aparentemente, normal. La crisis de la guerra fría les ha colocado a ellos entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, entre Reagan y Brezhnev o Gorbachov... Pero lo es que es irresistible en esta serie es lo que hay en juego entre ellos dos.
The Americans tendrá segunda temporada. Puedes leerlo aquí.
Lo que pensé cuando vi el (mejorable) piloto de “The Americans” es que me estaban enseñando algo que yo no había visto antes. La serie, creada por Joe Weisberg, ex agente de la CIA y guionista de la fallida “Falling Skies”, trata de la estresante vida de Elizabeth y Philipp Jennings, una pareja de espías soviéticos de la KGB quienes viven en los Estados Unidos en los años 80 haciéndose pasar por una familia convencional mientras se juegan el pellejo en su trabajo de agentes encubiertos.