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El brasileño De Oliveiro, entre los “diez” de Nature tras identificar ómicron

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Londres, 15 dic (EFE).- La pandemia de coronavirus ha seguido siendo el gran objetivo de la ciencia en 2021, en un año en el que también ha cogido impulso la lucha contra la crisis climática, según refleja Nature en su lista de diez personalidades que marcaron la diferencia, entre ellos el brasileño Tulio de Oliveiro, que identificó la variante ómicron.

La revista destaca, asimismo, el éxito de China para convertirse en el primer país que logra posar un vehículo explorador en Marte o los avances alcanzados en el campo de la Inteligencia Artificial.

La lista que publica este miércoles Nature celebra los esfuerzos del brasileño Tulio de Oliveiro y su equipo de la Plataforma de Innovación en Investigación y Secuenciación de KwaZulu-Natal (KRISP), que detectaron en Sudáfrica el pasado mes la aparición de la nueva variante ómicron del coronavirus.

Su rápida identificación puede ser clave para controlar una pandemia cuyo final depende, en parte, de que las vacunas sean eficaces y se distribuyan de manera justa en todo el mundo.

Este ha sido el caballo de batalla de la ugandesa Winnie Byanyima, directora de ONUSIDA, quien se ha convertido en 2021 en una de las voces más autorizadas para denunciar la posición de los países ricos, que acaparan la mayoría de las vacunas, y las farmacéuticas, contrarias a compartir sus patentes con compañías que podrían fabricar preparados en los países con ingresos medios y bajos, según recuerda Nature.

La epidemióloga británica Meaghan Kall, por su parte, ha contribuido a mejorar la comunicación sobre la covid-19 con la ciudadanía, comenzando el pasado enero con un hilo de Twitter que ya es historia de la pandemia.

La experta decidió, sin pedir permiso, romper con el protocolo del Gobierno para explicar en las redes sociales, de manera clara y sencilla, los datos de un informe oficial, una medida que se ha convertido después en parte de la estrategia de comunicación.

En Estados Unidos, Janet Woodcock, comisionada interina de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA), ha hecho frente a un “año difícil” desde su provisionalidad, observa Nature, que recuerda que esta médica de profesión ha lidiado con “decisiones controvertidas” sobre las vacunas de refuerzo contra la covid y sobre el fármaco Aduhelm para el Alzheimer.

Al margen de la pandemia, la crisis climática se ha manifestado con fuerza a través de incendios, olas de calor o inundaciones en muchas partes del planeta, lo que ha llevado a las autoridades a reforzar sus compromisos para frenar el calentamiento global y sus devastadores efectos.

La comunidad internacional ha comenzado a reconocer este año el papel que desempeñan las sociedades indígenas para proteger la biodiversidad, gracias al trabajo de activistas como la filipina Victoria Tauli-Corpuz, que ocupó durante seis años el cargo de relator especial de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas.

Su trabajo, subraya Nature, contribuyó a que la reciente cumbre COP26 acordara destinar 1.700 millones de dólares a comunidades nativas para preservar zonas naturales, clave para mantener a raya las emisiones de carbono.

La científica Friederike Otto, del Instituto Grantham sobre Cambio Climático y Medioambiente de Londres (R.Unido), también dio pasos importantes para desarrollar, junto a otros colegas, sistemas encaminados a evaluar rápidamente si el cambio climático causado por el hombre ha tenido alguna influencia en eventos extremos específicos.

Más allá de la Tierra, Pekín logró un importante hito en la carrera espacial cuando, por primera vez, el explorador Zhurong amartizó el pasado 15 de mayo en una llanura del planeta rojo, un triunfo para la Administración Nacional China del Espacio (CNSA) y el principal arquitecto de esta misión, Zhang Rongqiao.

Nature completa su lista anual con tres investigadores de las nuevas tecnologías, con especial atención sobre la Inteligencia Artificial (IA), un área en el que sobresalieron la etíope Timnit Gebru y el estadounidense John Jumper.

Gebru fundó este diciembre un nuevo instituto dedicado a promover el desarrollo de sistemas de IA de manera más ética, un año después de perder su trabajo en Google por criticar su política de contratación y promoción de las personas de raza negra.

En Londres, Jumper y sus colegas en la compañía DeepMind, adquirida por Google en 2014, emplearon el sistema de IA “AlphaFold” para publicar la base de datos más completa y precisa de las predicciones de las estructuras de las proteínas humanas.

La lista de Nature la completa el investigador Guillaume Cabanac, de la Universidad de Toulouse (Francia), quien descubrió que los autores de miles de publicaciones científicas usan generadores de texto impulsados por IA para la creación de contenido, lo que arroja frases sin sentido y engañosas.