Nueva York, 11 mar (EFE).- La primera obra de arte íntegramente digital, un archivo JPG creado por el artista Beeple, se vendió este jueves en la casa de subastas Christie's por un récord inédito de casi 70 millones de dólares, consolidando así a los NFT (Non-Fungible Token o token criptográfico) como una nueva forma de arte original y exclusivamente binaria.
“Everydays: The First 5000 Days”, un “collage” de creaciones digitales diarias de Beeple desde sus comienzos, ha batido todos los récords y sitúa a su creador, hasta hace poco solo conocido en foros de criptoarte y entre los aficionados de la contracultura de internet, entre los artistas vivos más cotizados, a la altura de figuras como David Hockney o Jeff Koons.
Mike Winkelmann, el nombre real de Beeple, celebró en una fiesta de “Clubhouse”, una red social para encuentros virtuales en formato audio, “un día histórico”, que supone la consolidación de los NFT como el marco tecnológico que ha dado vida a un nuevo mercado de arte solo y exclusivamente digital.
UN NUEVO DÍA EN LA HISTORIA DEL ARTE
La reacción de Beeple, que en lugar de lienzo y pinturas utiliza el software Cinema 4D y que hace cinco meses no tenía ni idea de qué era un NFT, fue un sonoro y expeditivo “holy fuck” (¡hostias!) en Twitter.
Los NFT se valen de la tecnología de “blockchain”, la misma que sostiene a las criptomonedas, para crear un registro inalterable de un contenido digital único y original y que no puede ser copiado sin perder su firma criptográfica de autenticidad, a la que todo el mundo tiene acceso en internet y que permite verificar la proveniencia de ese contenido.
Esta tecnología, que marca un punto de inflexión en la historia del arte y en el mundo de la inversión en activos escasos y demandados por coleccionistas de lo digital, nació en 2017 de la mayo de Dapper Labs con sus CryptoKitties, un juego de gatitos de colección que revolucionó el mundo del “blockchain”.
Desde entonces su uso se ha extendido hasta llegar al videoarte, el arte digital o terrenos como el de los deportes, con la NBA como pionera en la venta de videos NFT de canastas (un mate de Lebron James se vendió recientemente por más de 200.000 dólares).
El inversor español Pablo Rodríguez Fraile, uno de los mayores coleccionistas de arte NFT y que hasta hoy ostentaba el récord de venta de una obra de Beeple (un video de 10 segundos) por 6,6 millones, explicó a Efe que el récord de Christie's “es la clara validación de este movimiento; un catalizador que refleja que el arte digital es tanto o más importante que el arte 'tradicional'. Y por muchas razones, la comunidad tiene más apego y cercanía a estas obras. Es el principio de una transformación”.
“Uno de los fuertes de los NFT es que pone fin al problema histórico del arte tradicional con la proveniencia, algo altamente imperfecto y con sesgos. Esta tecnología acaba con el problema de la falsificación o el daño al arte. Es además un tipo de arte con el que la gente cada vez está más a gusto. Es algo que está aquí para quedarse”, opinó en entrevista con Efe el emprendedor y consultor tecnológico Athan Slotkin.
ACTIVO DIGITAL
“La digitalización ha roto todas las fronteras y el 'blockchain' es una evolución más. Hay claramente un componente de inversión con la creación de estos nuevos activos, pero también altamente emocional, de gente que lo compra porque de verdad lo considera una obra tan valiosa como un lienzo”, señaló Carlos Domingo, experto en criptomonedas y digitalización y consejero delegado de la empresa Securitize.
“En el caso de 'blockchain' estamos en un momento muy interesante, porque está madurando mucho, pero se han visto sus carencias, como los problemas con el coste de las transacciones. Tal vez, en el futuro, tengamos plataformas de 'blockchain' para NFT y otras para aplicaciones financieras”, añadió Domingo.
Plataformas como Nifty Gateways, Opensea o Foundation se han convertido en muy poco tiempo en los grandes mercados del arte digital y los custodios de un negocio multimillonario que no ha parado de crecer en los últimos meses.
La fiebre por los NFT se ha servido de la renovada presencia digital del planeta durante la pandemia y de comunidades de amantes de contenido artístico o simplemente de “memes” en el universo cada vez más completo de internet.
En opinión de Slotkin, “el hecho de que pasemos más tiempo en casa y en internet ha servido de acelerador de este tipo de arte, pero hubiésemos llegado a este momento igualmente”.
La revolución de 'blockchain', que ha llevado a cuestionar la propia lógica de dinero fíat o de valor acordado por una sociedad alrededor de un trozo de papel, ahora toca los cimientos del propio valor del arte o lo que el filósofo Walter Benjamin llamaba el 'aura' cuando en 1935 se cuestionaba el valor de una obra en la era de la 'reproducción mecánica'.