La portada de mañana
Acceder
Peinado multiplica los frentes del ‘caso Begoña’ sin lograr avances significativos
El miedo “sobrenatural” a que el cáncer vuelva: “Sientes que no consigues atraparlo”
OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

GRÁFICO: “Para gente como yo, da igual un Gobierno que otro”

Uno de los conceptos más manidos en las discusiones sobre la situación política actual es el de desafección. Para algunos, los elevados niveles de desafección no son excepcionales, sino una peculiaridad de España, que habitualmente aparece en la cola de los países europeos en cuanto a confianza en su clase política, sus partidos y sus instituciones. Sin embargo, los niveles actuales son extraordinariamente altos, incluso para España.

Esta desafección, aunque es transversal, no afecta a todos por igual. Un indicador que el CIS recoge con regularidad hace referencia al acuerdo con la siguiente afirmación: “Para gente como yo, da igual un Gobierno que otro”.

Como muestra el gráfico, son los ciudadanos de centro los que suelen estar más de acuerdo con dicha aseveración, algo lógico si consideramos su situación de relativa equidistancia ideológica en relación a los dos principales partidos. Aunque el porcentaje de ciudadanos que está de acuerdo con dicha afirmación se encuentra todavía en torno al 10%, resulta llamativo que en 2012 el porcentaje de ciudadanos de izquierda de acuerdo con esta opinión alcance niveles más propios de los ciudadanos de centro, probablemente motivado por el desapego hacia el PSOE entre estos ciudadanos.

Algo similar ocurre con el porcentaje de ciudadanos satisfechos con la democracia. A partir de 2008, se produce una caída generalizada en los niveles del indicador, aunque de nuevo el descenso no es uniforme entre los diferentes perfiles ideológicos. A pesar de que la satisfacción con la democracia suele aumentar cuando gobierna un partido afín ideológicamente, ha sido el grupo de ciudadanos de izquierda el que en mayor medida ha dejado de confiar en la democracia en los últimos años.

En definitiva, aunque los indicadores de descontento con las instituciones democráticas y de desapego hacia los partidos políticos han sufrido un incremento generalizado desde el comienzo de la crisis económica, dichos sentimientos parecen haber afectado en mayor medida a los ciudadanos de izquierda.

En este contexto el papel más difícil parece que lo tiene el PSOE. Sus potenciales votantes parecen ser cada vez más indiferentes a que gobierne la derecha, y son a su vez los que confían en menor medida en los partidos y la democracia. En un contexto en el que sólo uno de cada cuatro ciudadanos de izquierda afirma confiar en la democracia, una respuesta insuficiente por parte del PSOE o una actitud frívola por parte de los principales partidos podría tener importantes consecuencias no sólo electorales, sino también en la legitimidad de las instituciones democráticas.

Datos del proyecto “Los efectos de la crisis económica en la democracia española: legitimidad, insatisfacción y desafección”.