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Álava pierde casi 1.000 empresas en cinco años

Según datos aportados por los representantes de los sindicatos UGT y CCOO en su comparecencia en Juntas Generales para explicar el impacto de la reforma laboral en Álava cerca de 1.000 empresas han cerrado sus puertas desde el 2008. Si hace cinco años estaban censadas 22. 572, actualmente son 21.604 las compañías registradas. Las más afectadas han sido las del sector del metal con más de 700 trabajadores en la calle desde el 2010. “Daewoo, con más de 100 trabajadores, Quemen, con otros 100, Esmaltaciones San Ignacio con 78, Ariza 15, Gabasa 12, Alutec 20, Gamesa 21, Maquinados de Precisión 27, Epsilon unos 76... más de 700 trabajadores se han quedado en la calle. UGT está convencida de que algunas de estas empresas que han desaparecido podrían haber prolongado su actividad si la reforma laboral no hubiera facilitado un despido tan barato y tan abierto en sus causas como permite esa ley”, asegura la portavoz de ese sindicato, Arantxa Ruiz.

Sobre las franjas de edad los trabajadores que más han sufrido una pérdida de empleo son los mayores de 45 años. “En general las empresas han aprovechado las rebajas de la reforma para deshacerse de los trabajadores mayores de mayor edad con derechos adquiridos. Si en 2009 suponía unos 120.000 euros de indemnización despedir a un empleados, en 2013 para echar a ese mismo trabajador se necesitan 24.000 euros de indemnización. Y además buena parte de ese dinero lo pagamos todos porque proviene del Fondo de Garantía Salarial”, manifestaba Marcial Moreta, el responsable territorial de Comisiones Obreras.

“Primero sobrevivir. Luego marco vasco de relaciones”

En relación a la recaudación los datos aportados por las agrupaciones sindicales señalan que el impuesto que más ha caído es el de sociedades con un descenso del 58%. En el 2007 se recaudaron 334 millones de euros, frente al 2012 que fueron 141 millones.

Ante este panorama dibujado por las agrupaciones sindicales, UGT y CCOO han reconocido que las cuatro fuerzas sindicales mayoritarias en Euskadi, aunque coinciden en el diagnóstico, no son capaces de acordar acciones conjuntas para enfrentar la reforma laboral porque las estrategias de cada movimiento son diferentes. “Hay quienes piensan más en el marco vasco de las relaciones laborales que en el problema que tenemos ahora mismo que es sobrevivir. Lo primero que tiene que hacer la clase trabajadora es sobrevivir, una vez que resitamos podremos hablar de si nos interesa el marco vasco de relaciones laborales. Pero ahora mismo, hasta que no consigamos remontar ese proceso de caída en el que estamos inmersos, hablar del marco vasco de relaciones laborales es una entelequía”, exponía marcial Moreta.