La Comisión Ciudadana Anti-Sida de Álava desarrolla cada trimestre encuentros con personas que ejercen la prostitución en Vitoria y alrededores para ofrecerles información y asesoramiento de índole social. Además de continuar con las actividades en el Área de Promoción de la Salud programan nuevas actuaciones en el campo de la Atención Social al detectar nuevas demandas por parte de ese colectivo de trabajadoras del sexo.
Entre los recursos de apoyo que ponen a su disposición están los servicios de orientación legal sobre su estatus migratorio, de acompañamiento en la búsqueda de vivienda, acceso a formación laboral o indicaciones sobre la búsqueda de empleo. “No nos engañemos. Estas mujeres tienen escasas posibilidades de dejar atrás esa vida para dedicarse a otra profesión. No les creamos falsas expectativas pero les ayudamos en todo lo posible. Hay algunos grupos ya asentados que tienen su médico de referencia, utilizan con normalidad los servicios sociales y esos son pasos para ir regularizando su situación”, aclara Miguel Ángel Ruiz, presidente de la Comisión Ciudadana Anti-Sida de Álava.
En esos reuniones periódicas de asesoramiento participan unas cuarenta personas que ejercen la prostitución, técnicos de la comisión y un abogado que resuelve las dudas jurídicas. Este apoyo se prolonga durante todo el año con los acompañamientos para realizar trámites administrativos, sanitarios para solicitar la tarjeta sanitaria y revisiones ginecológicas o amparo psicológico. “Son mujeres tremendamente desvalidas, que sufren maltratos diarios, con unos niveles de autoestima bajísimo. Soportan lo indecible porque muchas están intimidadas. Tiene cargas familiares y las mafias que las controlan les amenazan con dañar a sus allegados. Todo eso ocurre en Vitoria aunque no a ojos del ciudadano de a pie, es una realidad que no se ve pero muchos sabemos que está ahí” advierte Miguel Ángel Ruiz.
Situaciones de indefensión
El presidente de la comisión insiste al solicitar mayor implicación institucional en la atención de estas mujeres “porque toda es poca al tratarse de un colectivo muy vulnerable”. Las situaciones de indefensión que viven estas mujeres se duplican entre aquellas que ejercen, no en locales, sino directamente en la calles de la ciudad, apostándose en rotondas y semáforos de polígonos industriales ubicados en Gamarra y Abetxuko, en su mayoría. “Es cierto que la Policia Municipal está sensibilizada y suelen acudir a las zonas como medida disuasoria para evitar agresiones por parte de los clientes. Así las miserees sienten cierta seguridad pero aún queda mucho por hacer sobre todo con respecto a las redes mafiosas que operan en la ciudad. Si nosotros desde la comisión tenemos conocimiento de su existencia, cómo no lo van a saber los agentes. Tiene que intervenir, coordinarse con los cuerpos de Seguridad del Estado y actuar más a menudo”, solicita Ruiz.
Desde la Comisión trabajan en la detección, atención y derivación de posibles víctimas de Trata de Mujeres con fines de explotación sexual.
Además de las agresiones uno de los principales problemas que enfrentan son problemas de drogadicción y el aumento de las enfermedades de transmisión sexual como la sífilis y la gonorrea.
El pasado año desde la Sidálava atendieron a 213 personas que ejercen la prostitución y en el 2011 fueron 219, por lo que las cifran apenas han variado. “No ha aumentado el número de personas que ejercen por la crisis u otros factores. Se mantiene estable el número de prostitutas y protitutos que ronda los trescientos en un día normal en la ciudad”, revela Ruiz. De los asistidos siete eran hombres, 5 transexuales y el resto mujeres y 87 han sido casos nuevos.