En pleno barrio de San Cristóbal, en la calle Unamuno, frente al vicerrectorado y junto al centro de investigación ‘Lucio Lascaray’, se encuentra el Archivo Histórico de Álava. Su sala Fermín Herrán alberga una muestra de 24 fotografías que ilustran el pasado y el presente de estas calles.
Uno de los tres visitantes que se encuentran disfrutando de la exposición señala una de las imágenes, tomada en 1959 por Alberto Schommer Koch –uno de los referentes de la fotografía nacional– y mira a sus compañeros. “Parece que fue ayer”, comenta. La calle retratada, Herminio Madinabeitia, ha cambiado desde entonces. Difícil de reconocer salvo para quienes la recuerdan tal y como se muestra.
San Cristóbal era un arrabal militar e industrial, alejado del centro de la ciudad por unas vías férreas peligrosas de cruzar. Allí se encontraban los cuarteles de los diferentes cuerpos del ejército. En la década de 1920 empezaron a construirse las ‘casas baratas’ para alojar a los trabajadores más humildes.
Tras aquellas primeras casas, en 1935 empezó la construcción de la quinta parroquia y de las Escuelas de San Cristóbal, y así comenzó la transformación del barrio. Pero seguía separado de Vitoria por unas vías de tren hasta que Norberto Mendoza promovió la construcción de un paso subterráneo, el ‘paso del Duende’. Por fin las calles de San Cristóbal estaban unidas al centro.
En la década de 1950 surgió el proyecto 'Ciudad Escolar' que trajo la escuela de peritos y la de Magisterio, completado posteriormente con dos institutos –masculino y femenino– y la Escuela Diocesana de Formación Profesional. Los antiguos cuarteles acabarían convirtiéndose en la sede del Campus Universitario de Álava, propiciando así la construcción de nuevos edificios y la reconversión de muchos otros.
Y así San Cristóbal dejó de ser una concatenación de centros militares para convertirse en eje de la vida estudiantil de la capital alavesa que conocemos hoy. Ya no quedan cuarteles, hoy predominan las facultades, además de otros servicios, como el Archivo del Territorio Histórico de Álava o el Archivo Municipal.
Los tres visitantes observan cada una de las fotografías, y se detienen en la última, que muestra el paseo de la Zumaquera. “Cómo ha cambiado todo” comenta uno. “Para bien” le responde su amigo. Una simple visita les recuerda los cambios que San Cristóbal ha sufrido en las últimas décadas.
Esta es la primera exposición que los dos archivos organizan conjuntamente, aunque María José Marinas, responsable de fotografía del Archivo Municipal, espera que sea “la primera de muchas otras colaboraciones que están por venir.” Y qué mejor exposición para estrenar la cooperación que esta, los retratos de un bario peculiar en el que, hoy, ambos archivos tienen su sede.