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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Así se recupera una empresa

Lola García

En las inmediaciones del polígono donde se ubica la empresa de colchones Mula Confort hace un viento que arrastra la tierra. Es un cuasidesierto en el interior de la Región de Murcia, al lado del pueblo de Mula. Desde una furgoneta bajan personas de Dinamarca, de Reino Unido y de otras regiones de España que vienen a ver cómo la Unión de Cooperativas de Trabajo Asociado de la Región de Murcia (Ucomur) trabaja en la recuperación de empresas, muchas en quiebra, convirtiéndolas en cooperativas. 

Mula Confort es una empresa recuperada hace tres años por 17 de los antiguos empleados de Colchón Comodón. Esta compañía muleña llegó a ser una de las primeras firmas del sector y daba trabajo a más de 150 personas. Llevaban diez meses sin cobrar, y sólo 17 de ellas quisieron intentar salvar la empresa, lo que implicaba incertidumbre y el riesgo de invertir todo el subdisio de paro que habían percibido. Los trabajadores pudieron quedarse con máquinas, algunas imposibles de encontrar en el mercado, en el concurso de acreedores.

“Vendemos ya unos 2.000 colchones mensuales”, explica con orgullo al grupo de observadores Domingo García, uno de los impulsores de la cooperativa. “Hemos recuperado clientes a los que les hemos explicado que nosotros éramos los trabajadores de Colchón Comodón.  Lo que pasó fue que en el concurso de acreedores una persona se quedó con la marca, pero con ninguno de los que le dábamos el nombre. La calidad la hacemos nosotros, no la marca, pero la gente no lo sabe”.

Murcia, una comunidad autónoma uniprovincial de un millón y medio de habitantes, es el lugar de España donde más empresas se han transformado. Sólo en 2016, Ucomur ha ayudado a la transformación de 47 empresas, de las que 16 ya se encuentran a pleno rendimiento. La unión de cooperativas tiene una plantilla de 25 personas que ayudan y acompañan día a día a cada cooperativa sin cobrarles un euro.

“El trabajo no consiste sólo en un acompañamiento empresarial”, explica al grupo de visitantes Juan Antonio Pedreño, presidente de la entidad y también de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo (Coceta) y otras entidades de la economía social española y europea. “Se trata de un trabajo conjunto con los ayuntamientos, los agentes de desarrollo local, los territorios y los sectores políticos susceptibles de incluir en el asunto”.

Parte del éxito murciano, cuyos gobernantes (del Partido Popular) tienen una tendencia política que algunos podrían pensar alejada del cooperativismo y de las empresas reconvertidas, se debe a que la recuperación de empresas contribuye a la recuperación de las cifras de empleo, algo que interesa a cualquiera que esté en el poder.

Después de la visita a la empresa, tanto los invitados que vienen de lejos como Domingo García y otros trabajadores se acercan al Ayuntamiento de Mula, donde los atiende la concejal de Desarrollo Local, Francisca Imbernon, junto a técnicos del Ayuntamiento. Una de las claves para la reconversión de empresas es el apoyo, logístico, político y financiero de la Administración local. En la misma sala donde el Ayuntamiento de la localidad recibe a los invitados estuvieron hace tres años los antiguos trabajadores de Colchón Comodón, que no tenían ni idea de lo que era una cooperativa. El convenio con ayuntamientos como el de Mula consiste en que los agentes de desarrollo local adviertan de los inminentes cierres de empresas y lo comuniquen a Ucomur, que se acerca al territorio para hablar con los trabajadores.

“Al principio no nos creíamos nada. Nos preguntábamos quiénes eran estos y para qué nos llamaban”, cuenta Domingo García. “¡Para colmo, nos decían que teníamos que poner el dinero de nuestro paro!”. De los 25 extrabajadores, sólo 17 se lo creyeron y se implicaron. Las reuniones se volvieron diarias, tanto en el territorio como en la ciudad de Murcia, donde pudieron gestionar ayudas financieras de 400.000 euros para comenzar la actividad. Entre el Ayuntamiento, Ucomur, los trabajadores y la Administración, lograron salir adelante.

Próximamente Mula recibirá a alcaldes y a agentes de desarrollo local de otras comunidades españolas, que analizarán las claves para ayudar a la recuperación del empleo en cooperativa. 

La empresa, para quien la trabaja

Historias como la de Mula Confort son ya conocidas para muchos. A otros les llama la atención, pero no entienden bien lo que es. Se trata de las empresas reconvertidas en cooperativa a manos de los antiguos empleados, que se vuelven cooperativistas.

España tiene una larga trayectoria en este tipo de reconversiones, pero hasta ahora el debate sobre qué se puede incluir dentro de una empresa reconvertida, cuántas son exactamente, cómo se clasifican y qué se necesita para reconvertir empresas, no se había puesto sobre la mesa. Hasta hoy.  

En noviembre, encargados de la reconversión de empresas de diferentes comunidades autónomas se dieron cita en Murcia dentro del proyecto europeo Saving Jobs! Dicho proyecto intenta trasladar la experiencia española a países con menor trayectoria en este sentido, como Reino Unido, Dinamarca o Polonia. Pero implica mucho más que eso: el proyecto, que incluye cursos de formación in situ y online, guías y manuales, sistematiza la información de las Comunidades Autónomas que más han trabajado en estas transformaciones y que también forman parte del proyecto: Murcia, Andalucía, Cataluña, Navarra y la Comunidad Valenciana.

Los resultados se verán en los próximos meses, pero por ahora han surgido algunos  debates básicos como: ¿qué se entiende por empresa reconvertida? En la mayoría de los casos, se incluye a compañías que entran en bancarrota y son adquiridas por sus antiguos empleados, empresas sanas cuyos dueños se jubilan y transmiten la propiedad a sus empleados, asociaciones que se transforman en cooperativas, unión de personas afectadas por un ERE que se juntan para formar una empresa…

Si se contabilizan todo este tipo de empresas, son más de 100, desde una perspectiva de prudencia. Podrían ser más. Todos los técnicos que trabajan ayudando a reconvertir empresas tienen algo en claro: hacen falta leyes más propicias que entre otras cosas permitan que los trabajadores conozcan con anterioridad si la empresa está en quiebra. Y también que tengan prioridad en la compra.

[Este artículo ha sido publicado en el número de diciembre de la revista Alternativas Económicas. Ayúdanos a sostener este proyecto de periodismo independiente con una suscripción]

En las inmediaciones del polígono donde se ubica la empresa de colchones Mula Confort hace un viento que arrastra la tierra. Es un cuasidesierto en el interior de la Región de Murcia, al lado del pueblo de Mula. Desde una furgoneta bajan personas de Dinamarca, de Reino Unido y de otras regiones de España que vienen a ver cómo la Unión de Cooperativas de Trabajo Asociado de la Región de Murcia (Ucomur) trabaja en la recuperación de empresas, muchas en quiebra, convirtiéndolas en cooperativas. 

Mula Confort es una empresa recuperada hace tres años por 17 de los antiguos empleados de Colchón Comodón. Esta compañía muleña llegó a ser una de las primeras firmas del sector y daba trabajo a más de 150 personas. Llevaban diez meses sin cobrar, y sólo 17 de ellas quisieron intentar salvar la empresa, lo que implicaba incertidumbre y el riesgo de invertir todo el subdisio de paro que habían percibido. Los trabajadores pudieron quedarse con máquinas, algunas imposibles de encontrar en el mercado, en el concurso de acreedores.