Con su muerte, saltaba a los medios el nombre de Noxolo, activista discreta pero intensamente comprometida del Ekurhuleni Pride Organising Committee (EPOC), organización local de defensa de los derechos LGBTI.
A pesar de la movilización internacional desencadenada por el caso, sus familiares y amigos todavía tienen que añadir al dolor de su ausencia la rabia de continuar esperando justicia. Hoy sus seres queridos la recuerdan como una persona tímida, esforzada por sacar adelante a sus hijos, amante de la lectura y apasionada del deporte. Pero, por desgracia, no será lo único que les venga a la mente en este triste aniversario. Quizás, además, recuerden momentos especialmente difíciles vividos desde aquel 24 de abril, como el temor a que el caso fuera archivado en una investigación informal en 2013. E incluso, probablemente, piensen en otros actos similares y, en las primeras detenciones por crímenes de esta naturaleza, que les hayan animado a ver en un horizonte aún lejano el fin de la impunidad.
Desde Amnistía Internacional hoy, de manera muy especial, queremos unirnos a la familia y amigos de Noxolo. Durante estos años, compartimos con ellos la denuncia de la impunidad que rodea al caso y la exigencia de una investigación independiente, exhaustiva e imparcial sobre el asesinato. Asimismo, demandamos que la policía proporcione servicios no discriminatorios y profesionales a las personas LGBTI y una adecuada implementación de la legislación de crímenes de odio en Sudáfrica que evite hechos de esta naturaleza.
Con este deseo escribimos estas líneas. Lo hacemos en solidaridad con todas las personas que desarrollan su activismo en defensa de los derechos LGBTI en las más difíciles circunstancias. Y lo hacemos recordando, en el rostro de Noxolo Nogwaza, a todas las víctimas del odio y de cada una de las formas de discriminación que, en el oscuro nudo de su confluencia, desembocaron en el asesinato de Noxolo.
Y en esta fecha, lanzamos una invitación a colaborar en nuestra tarea. Una invitación especialmente dirigida a todas aquellas personas a las que, ante casos como el de Noxolo, les resulte imposible guardar silencio.
Si quieres colaborar en la petición de justicia sobre este caso y otros LGBTI infórmate en diversidad.aien@es.amnesty.org
Con su muerte, saltaba a los medios el nombre de Noxolo, activista discreta pero intensamente comprometida del Ekurhuleni Pride Organising Committee (EPOC), organización local de defensa de los derechos LGBTI.
A pesar de la movilización internacional desencadenada por el caso, sus familiares y amigos todavía tienen que añadir al dolor de su ausencia la rabia de continuar esperando justicia. Hoy sus seres queridos la recuerdan como una persona tímida, esforzada por sacar adelante a sus hijos, amante de la lectura y apasionada del deporte. Pero, por desgracia, no será lo único que les venga a la mente en este triste aniversario. Quizás, además, recuerden momentos especialmente difíciles vividos desde aquel 24 de abril, como el temor a que el caso fuera archivado en una investigación informal en 2013. E incluso, probablemente, piensen en otros actos similares y, en las primeras detenciones por crímenes de esta naturaleza, que les hayan animado a ver en un horizonte aún lejano el fin de la impunidad.