Las oficinas de Amnistía Internacional difundieron peticiones similares para que nuestros simpatizantes de todo el mundo pudieran actuar. Hasta ahora más de 500.000 personas han firmado estas peticiones.
Algunas organizaciones de medios de comunicación publicaron posteriormente reportajes poniendo en tela de juicio la petición. En algunos casos se dijo que los miembros del gram panchayat –un consejo de aldea sí elegido por votación– y los de la casta dominante habían negado las denuncias. En otros, que Amnistía Internacional no había investigado el caso. Desgraciadamente, estos informes han desviado la atención de la situación de las hermanas, que, al igual que sus familias, siguen temiendo por su seguridad.
La primera vez que tuvimos noticias del caso fue el 18 de agosto, cuando el Tribunal Supremo respondió a una petición de 146 páginas presentada por Meenakshi Kumari, una de las hermanas, que solicitaba protección y una investigación del caso. Es sumamente infrecuente que una familia dalit acuda al Tribunal Supremo con semejante petición. La familia también ha presentado denuncia ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Nacional para las Castas Reconocidas.
Inmediatamente nos pusimos en contacto con el abogado y la familia (seguimos comunicándonos regularmente con ellos) y examinamos la documentación presentada al Tribunal Supremo, que contaba los detalles de una historia de acoso e intimidación. También contactamos con periodistas a nivel nacional y estatal, que no pudieron confirmar la información, y con agentes de policía locales y un jefe de khap (clan), que afirmaron que el khap panchayat no se había reunido.
Nos hemos mantenido en contacto con la familia y hemos hablado por teléfono o en persona con cinco miembros de la comunidad jatav (dalit) de la aldea, que nos han dicho que la orden había partido del khap panchayat y nos han hablado del clima de temor que hay en la aldea, que impide hablar a los miembros de la comunidad dalit.
Un miembro de la comunidad nos dijo: “la gente tiene miedo, no quiere significarse [...] Los jatavs son aquí minoría, somos muy pocos. Si hablamos o nos significamos, acaban con nosotros y nuestros familiares.”
Discriminación por casta
La petición presentada por la familia al Tribunal Supremo contiene también otras denuncias de abusos contra los derechos humanos. Las hermanas se fueron de la aldea en mayo de 2015, cuando su padre, Dharampal Singh, al parecer empezó a recibir amenazas contra la familia, después de que su hijo se fugara con una mujer de la casta dominante.
Dharampal Singh nos dijo: “Temía que [los miembros de la comunidad jat] nos mataran a mi o a mis familiares”.
La petición al Tribunal Supremo incluye:
-Una declaración hecha por la mujer jat a la policía de Delhi el 2 de mayo tras la fuga, en la que afirma que sus familiares la han amenazado de muerte. En un fragmento de la declaración, la mujer afirma:
“Viviré con Ravi o moriré, porque quiero dar a luz a su hijo, que llevo en mi vientre. No quiero regresar a mi casa, corro peligro, pues mis familiares me matarán y no quiero ir a la familia en la que me casé, también porque me pegan. Quiero estar con Ravi. Me tienen que dejar irme con él.”
-La transcripción de una conversación telefónica grabada que al parecer mantuvieron el 24 de mayo el padre de la mujer dalit y el tío de la mujer jat, en la que este último sugiere que la mujer dalit podría ser violada y amenaza al padre si vuelve a la aldea.
-La transcripción de una conversación telefónica grabada que al parecer mantuvieron el 30 de mayo el hermano de la mujer dalit y un policía que afirma que familiares de la mujer jat mantienen bloqueada la casa de la familia dalit.
-Detalles de otras situaciones en las que al parecer se amenaza con violar a las mujeres dalit. Según declara el padre:
“El 24 de abril de 2015, los padres de la chica (...), y su hermano, (...), vinieron a mi casa junto con sus otros familiares y empezaron a decir que eran de la comunidad jat y que esta aldea es de los jats y que nos harían cualquier cosa, porque no nos dejarían vivir en esta aldea y se vengarían de la chica con una chica de nuestra familia, y después siguieron viniendo con frecuencia a mi casa. Y ahora es peor, porque han empezado a venir a golpear la puerta de mi casa a las 2 o las 3 de la mañana, y han empezado a amenazarnos con que nos matarán y secuestrarán y violarán a mis hijas y también que las matarán, y también han empezado a decir que ahora veremos quién nos va a salvar y quién va a hablar contra nosotros, dalits, si ellos no quieren, y que tampoco dejarán que hablen sobre nosotros.”
El papel de la policía
En su petición y en las conversaciones con Amnistía Internacional India, la familia afirma que la policía local también ha participado en el acoso y la intimidación. Dicen que en mayo la policía detuvo ilegalmente a uno de los primos de Meenakshi Kumari durante tres días y lo torturó para averiguar el paradero de la pareja que se había fugado. Al parecer también detuvieron ilegalmente a uno de sus tíos.
El hermano de Meenakshi, Ravi, fue detenido en mayo por presunta posesión de drogas un día después de que a él y a la mujer jat los entregaran a la policía. En la grabación de la conversación telefónica mantenida al parecer entre el hermano de Ravi y un mando de la policía local, éste admite que se había implicado falsamente a Ravi, que podría haber sido acusado de algo aún más grave. La familia afirma que decidieron acudir al Tribunal Supremo porque creían que había muy pocas probabilidades de que la policía local realizara una investigación imparcial e independiente.
Qué son los khap panchayats
Nuestra petición alude a los khap panchayat, consejos de aldea no elegidos por votación e integrados sólo por hombres. Según informaciones publicadas en los medios de comunicación, en el “consejo de aldea” de Sankrod (Baghpat) había varias mujeres, y su jefa era una mujer dalit.
Los khap panchayats son diferentes de los gram panchayats, órganos administrativos cuyos miembros son elegidos por votación oficialmente. Por el contrario, los khap panchayats son órganos no elegidos por votación que casi siempre están dominados por los hombres de la casta dominante. Normalmente se reúnen miembros de una casta y no suelen levantar actas por escrito de sus actuaciones.
Los khap panchayats tienen un inmenso poder y dictan órdenes sin apenas rendición de cuentas. En estados tales como Uttar Pradesh, Haryana, Punyab y Rajastán se sabe de familias que han presentado acusaciones falsas, infligido castigos violentos e incluso han matado para proteger su “honor” cuando las parejas deciden huir o casarse violando las normas de casta.
En 2011, el Tribunal Supremo de India calificó a los khap panchayats de simulacros de tribunal, señalando:
“En los últimos años hemos oído hablar de los `Khap Panchayats’ (conocidos como katta panchayats en Tamil Nadu), que a menudo dictan o fomentan de manera institucionalizada homicidios en nombre del honor u otras atrocidades contra muchachos y muchachas de diferentes castas y religiones que quieren casarse o se han casado, o interfieren en la vida privada de la gente. Opinamos que esto es totalmente ilegal y debe cortarse de raíz.”
El informe de una comisión jurídica de 2012 alude a que los khap panchayat practican la “vigilancia moral”, y afirma:
La perniciosa práctica de los Khap Panchayats y similares de tomarse la justicia por su mano y pronunciarse sobre la nulidad o irregularidad de [...] matrimonios entre castas y dictar penas contra las parejas [...] constituye una flagrante violación del Estado de derecho y una invasión de la libertad personal de los afectados.
No es probable que los miembros de un khap panchayat admitan haber aprobado una orden ilegal de este tipo, pues podrían ser objeto de acciones penales. Un hombre dalit de la aldea nos dijo cómo se enteró de la orden del khap panchayat: “Cuando la comunidad jat convoca un panchayat, por supuesto que no nos convoca a nosotros [...] No se nos permitiría acudir [...] Algunas buenas gentes de su comunidad [jat] son las que nos dicen: 'Todo esto es lo que se les viene encima'”.
Es fundamental que el gran interés que este caso ha suscitado entre los medios de comunicación no distraiga la atención de los problemas que ha puesto sobre el tapete: la realidad de la discriminación por casta y género existente en India y las graves consecuencias que arrostran quienes violan estos códigos de conducta no escritos.
Hemos pedido una investigación rápida, completa e imparcial sobre las órdenes dictadas contra las hermanas, y que se garantice su seguridad y la de sus familiares. No tenemos intención de dejar de hacer campaña sobre el caso hasta que se consiga.
*(Actualización del 16 de septiembre) Recientemente la Corte Suprema de la India ha reconocido la vulnerabilidad a la que se puede enfrentar la familia dalit en Baghpat, Uttar Pradesh. El 16 de septiembre, el Tribunal Supremo, en respuesta a una petición presentada por Meenakshi Kumari, ordenó a la Policía de Delhi proporcionar protección a la familia.